ZMLM 75.

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 "No había bocadillos.".





Fu Kun estaba sentado en los escalones de la entrada del hospital, con un cigarrillo entre los labios, pero todo el tiempo sin encender, se había olvidado de comprar un encendedor, era fácil que alguien que no fumaba a menudo se olvidara de adquirir sus artículos complementarios cuando compraba cigarrillos.

Un tío que estaba a su lado le miró fijamente durante un rato antes de ofrecerle su encendedor: —Chico, ¿no tienes fuego?

—Gracias. —Fu Kun tomó el encendedor y encendió el cigarrillo.

Tras dos caladas, apagó el cigarrillo con el zapato antes de tirarlo al contenedor de la basura que tenía al lado.

¿Puedes dejar de fumar? Fumar es malo para la salud.

Eso fue lo que le dijo Fu Yijie hace mucho tiempo, desde entonces, no había fumado.

La pantalla del teléfono que tenía en la mano se encendió, pero no por mucho tiempo, era un mensaje de texto.

Había puesto el teléfono en modo silencio, desde por la mañana hasta ahora, sabía cada vez que se encendía la pantalla, 27 llamadas, 5 mensajes de texto. Le faltaba valor para mirar, no sabía cómo debía decírselo a Fu Yijie, la presión a la que se enfrentaba, sus pensamientos, la decisión que podría no tener más remedio que tomar.

Era la primera vez que sentía desolación.

—Vámonos. —La voz de su madre llegó desde atrás.

Fu Kun se levantó de un salto: —¿Qué pasa?

—Gastritis aguda—, su madre miró a su padre de reojo con el ceño fruncido—, por todo el alcohol que bebe, además, ni siquiera suele comer a su hora, ¡no se cuida para nada!

Fu Kun no dijo nada y siguió a su padre y a su madre hasta el estacionamiento.

Su padre siempre había tenido un pequeño problema gástrico, pero normalmente no le afectaba, así que nunca le dio importancia, fue porque en los últimos dos días orinó un poco de sangre que su madre lo llevó a rastras al hospital para que le hicieran un chequeo.

Su madre dijo que era por la bebida, pero Fu Kun también pensó que podría tener algo que ver con el mal humor de su padre estos días, en cuanto lo pensó, se sintió culpable, su padre se levantaba todos los días en mitad de la noche y paseaba de un lado a otro en el apartamento, incluso en su habitación, Fu Kun podía escuchar sus suspiros ocasionales.

Cuando llegaron a casa, el teléfono estaba sonando, Fu Kun se quitó los zapatos instintivamente y caminó a paso ligero hacia la sala de estar, pero frenó bruscamente a los dos pasos.

—Ve a contestar el teléfono—, su madre dijo detrás de él—, ¿por qué te quedas ahí parado?

Fu kun fue a contestar el teléfono: —¿Hola?

—¿Ge? —Era la voz ya ronca de Fu Yijie al otro lado—, ¿a dónde fuiste?

—Salí con pa y ma. —Fu Kun miró a su padre y a su madre.

—¿No te has llevado tu teléfono? —Fu Yijie sonaba aliviado—, te llamé un montón de veces, pensé...

El corazón de Fu Kun se retorció dolorosamente, no habló.

QUERÍA UNA HERMANA Y ME TRAJERON UN NOVIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora