Capítulo 10

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Capítulo 10: Exigiendo explicaciones.

      Chisme de hoy: “—¡¿Qué?! ¡¿Que la esposa del Líder Uchiha es en realidad un hombre?!

      —Y eso no es lo peor.

      —¿Qué puede ser peor que semejante horripilancia?

      —Dime, que Mala Suerte sea el esposo, ¿No es mucho peor?

      —!Dios mío! ¡Mala Suerte! ¡¿Cómo es posible?!

      —Ah, el líder Uchiha está hechizado por ese demonio. Por eso murió el Señor Fugaku.

      —¡Claro que fue por eso! ¿A quién no le va a dar un patatús si su hijo se casa con un hombre y por ahí derecho es Mala Suerte?, ¡Mejor iré a orar al templo, quizá los dioses me escuchen y eliminen a ese diablo ”.

—•••—

      No eran ni las siete de la mañana cuando fuera de la Mansión Uchiha se oyó un alboroto. La Señora Mikoto, que iniciaba su día a las cinco de la mañana, fue la primera en caminar a la puerta principal para confirmar que un gentío se estaba agrlomerando en frente. Escuchó los reclamos, los gritos y las maldiciones, su expresión se oscureció ante la mención de ‘Mala suerte’, de las exigencias por una explicación sobre ‘la estupidez’ que había cometido Itachi.

      Habían alegatos que afirmaban con valentía que el matrimonio del Líder Uchiha no sólo le afectaba a él, sino que a todo el Clan. Creían firmes que Itachi no pensó en su pueblo, y que por el contrario, sus acciones iban en contra del bienestar común.

      Para ellos, éste era un acto de rebeldía, los anteriores Patriarcas siempre encontraron a la mujer adecuada que le hiciera compañía, pero ¿Qué hizo él? Fue a casarse con un hombre ocultando su identidad del clan, y no contento con ello, lo hizo con el peor de toda la aldea.

      Escenarios poco prometedores y desastrosos confundieron sus mentes, y el miedo arraigado por las habladurías, por las supersticiones y a la posible existencia de suerte, les empujaron a correr a las puertas de la Mansión Uchiha, sin tener un plan, sólo la necesidad de obtener una respuesta satisfactoria, o la leve ilusión de ser quien pueda evitar un futuro de desgracia.

      Itachi terminó de arreglarse el cabello, siendo conciente de la algazara de afuera. Miró a Naruto, que dormía profundo, como si la bulla no le hiciera efecto, como si le arrullara. Sonrió sin darse cuenta mientas estiraba la mano hacia ese rostro sonrojado por el sueño, pero se detuvo a mitad de camino. Exhaló el aire de sus pulmones, dándose vuelta para salir al encuentro de la gente que le esperaba.

      Cerca de la entrada, se encontró con su madre. Ella le dió una mirada que decía: “espero ver cómo lo arreglas”, , se fue, de seguro a recluirse en su habitación, por el ceño fruncido supuso que tenía dolor de cabeza.

      Al abrir la puerta, el ruido que haría retumbar las paredes si fuese más fuerte, se calmó como si alguien hubiera oprimido el botón de pausa. Cruzó el patio hasta la entrada exterior, sus pasos eran constantes y susurrantes, la seriedad en su rostro traía un frío aire silencioso, sus manos cruzadas tras la espalda le daban la dignidad del Señor de la Mansión, del respetado anfitrión.

    Su mirada recorrió las caras de los presentes, cada uno perteneciente al Clan Uchiha. Ninguno parecía querer decir nada, sus bocas estaban cerradas, y de vez en cuando retrocedían dos milímetros, el impulso momentáneo para crear problemas, se vino a bajo apenas llegó su Patriarca.

Mala Suerte (ItaNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora