Capítulo 3: Cabello.
Chisme de hoy: "¿No te enteraste? Ayer, el nieto del tercer Hokage estuvo retenido por Mala Suerte hasta tarde en la noche, cuando por fin lo dejó ir; el pobrecito salió corriendo como alma que lleva el diablo, ¿Puedes imaginarte qué torturas extrañas debió haber experimentado?
Pero eso no es todo, también obligó al hijo del Patriarca Uchiha a entrar en ese lugar malévolo, ¿Qué tan poderoso puede ser para hacer eso? Por Dios, es mejor mantenerse lejos de esa monstruosidad".
-•••-
Eran las cinco de la mañana cuando Naruto fue interrumpido en medio de su plácido sueño por el constante golpeteo de la puerta principal. Se revolcó en la cama, sin muchas ganas de librarse de la calidez de las cobijas, con la almohada cubrió su cabeza, pero eso no amortiguó el ruido.
Toc, toc, toc.
Un sonido insistente que le desesperó tanto como para no seguir ignorando. Contó hasta tres, se levantó rápido y revolviendo su cabello bostezó mientras arrastraba los pies descalzos por el suelo. Al abrir la puerta, no distinguió de inmediato de quién se trataba, el sol empezaba a salir cerca de las seis de la mañana, por lo que todavía estaba oscuro.
-¿Aún no estás listo? -Le escuchó decir -Te dije que vendría a ésta ahora, ¿Lo olvidaste?
La mente del recién levantado Naruto, estaba en blanco. Con la boca abierta después de su cuarto bostezo, se restregó los ojos para ver con más claridad, pero por el contrario, su visión se volvió más borrosa. Parpadeó varias veces antes de lograr enfocar el rostro de la persona, pero la lentitud de su cerebro somnoliento era abismal.
-¿Es una entrega a domicilio? -Bostezó otra vez -Te equivocaste, no ordené nada.
-Naruto -habló el hombre en tanto ponía el pie evitando que cerrara la puerta.
Esa voz sumada a su nombre, que nunca escuchaba, fue el click que le hizo despertarse por completo. Abrió bien los ojos y sonrió incómodo a Itachi, dejándole pasar.
-Lo siento, mi mente estaba deconectada -dijo sentándose en el sofá con las piernas cruzadas-. Es demasiado temprano.
Itachi observó su descuido, levantando un sobre blanco del piso que alguien debió pasar por debajo de la puerta. No tenía remitente, ni ninguna señal que demostara de por quién fue enviado. Se lo entregó a Naruto, quien lo destapó ahí mismo, leyendo aburrido el contenido.
Ésto no era más que las mismas palabras de siempre con un ligero cambio de frases, alguna persona desocupada trataba de incitarle a odiar y despreciar Konoha. Claro, eso ya lo hacía, pero no quería decir que fuera tan estúpido como para convertirse en el peón de algún lunático con ideas retorcidas. Además no le importaba tanto las personas de la aldea o fuera de ella.
No lo pensó dos veces, rompió la nota junto con el sobre y los lanzó al bote de la basura, tal como lo hizo con los anteriores. Debía admitir que quien sea que se lo envía, tenía una perseverancia de acero, no se rendía aún cuando declinó todas la veces a ir al lugar designado al final del párrafo.
Ay, es que no le daban muchas ganas de convertirse en miembro de alguna organización criminal secreta, sólo un estúpido cambiaría su pacífica vida llena de chismes a sus espaldas por una repleta de peligro y crímenes intrincados.
-Señor Uchiha, has venido tan temprano.
-En eso quedamos ayer.
-Si, lo sé -se levantó de un salto enérgico y se acercó a Itachi -¿Podrías esperar a que me dé una ducha? Hace dos días que no me baño.
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Mala Suerte (ItaNaru)
Hayran Kurgu"Naruto, la reencarnación de la mala suerte. Si le ves por la calle, ¡Corre!" ¿Correr? Quizás la mente de Itachi no estaba bien, porque contrario a eso; se le lanzó de lleno a los brazos. Mientras la gente dice que Itachi es un lunático, un deprava...