Capítulo 22

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Capítulo 22: Enmascarado.

        Chisme de hoy: “—Oye, oye, ¿Es cierto que hay algunas personas que quieren expulsar a Ma... el esposo del Patriarca Uchiha fuera de la aldea?

        —Sí, eso fue lo que oí. No es claro, pero incluso ya hay grupos decididos a hacerlo, ¿De qué manera? No me lo preguntes, porque no sé.

        —¿Pero ya no se aclaró que la reputación del hombre no es más que una farsa creada por Lord Adivino?

        —Jum, siempre hay extremistas que sin importar tener la verdad enfrente prefieren seguir ignorantes.

        —¿Y de qué les sirve sacar al tipo de la aldea? Digo, no es como si nos afectara en algo.

        —¿Quién sabe?”






—•••—






        El viento silbaba, como un compañero mientras Naruto caminaba por ese ya conocido sendero enrrastrojado. No llevaba linterna, se guíaba con la poca luz lunar. Las hojas de los árboles susurraban, y las ramas crujían. A medida que el camino se acortaba, las nubes cubrían el cielo oscuro, ocultando a la luna. Pronto divisó las ruinas de la casa de sus padres, y allí, en lo que pudo ser la sala de estar, había una mesa extra, en buenas condiciones, sobre ella reposaba una vela blanca, protegida dentro de un vaso de vidrio transparente.

        Naruto sacó su arma personal, esa que creó con Lonsdaleíta, pero no la activó. Primero observó al enmascarado sentado, que le esperaba tras esa mesa. La máscara era negra, sin ningún trazo adicional, solo el molde de un rostro estándar, y un par de agujeros en los ojos. Había una silla libre, ante el gesto de invitación del desconocido, se sentó también.

        —¿Conociste a Menma? —la voz del enmascarado estaba distorsionada, quizá con chakra.

        Naruto alzó las cejas, no había esperado esa pregunta. Apretó con fuerza su arma, listo para atacar en cualquier momento.

        —Lo siento, chico —dijo, con un tono culpable—. Debí haber hecho más protegerlos a tí y a tu hermano.

        Naruto permaneció en silencio, escuchando las divagaciones del enmascarado, y con lo oído, podía deducir que este era el ‘maestro’ de Menma, el ‘amigo cercano’ de su padre. El desconocido habló sobre la misma historia que su ‘hermano’, de lo arrepentido que se sentía por haberlo dejado en la aldea, pero que no podía hacer más que escapar antes de que él mismo también fuera asesinado. Que pasó varios años ocultándose, hasta que el enemigo pensara que había muerto, entonces regresó por Menma, lo entrenó y lo cuidó. Que con el tiempo fundó una organización que toma a los desafortunado jóvenes, víctimas del abuso y la desgracia, para también entrenarlos, para hacerlos poderosos y así luchar por la justicia, por la paz.

        Los ojos de Naruto miraban la llama de la vela, disimulando la oscuridad que cubría su expresión mientras le escuchaba hablar, sin decir nada. Con esto, estaba aún más inseguro de si Menma es su hermano. Sólo después de ver el resultado de la prueba de ADN estaría claro. Y la historia llena de lagunas tanto de Menma como del enmascarado incrementaba las dudas.

        —Pero no te he descuidado, puedes saberlo por las pequeñas notas que te he dejado desde hace tiempo, siempre estoy al pendiente, procurando aconsejarte para que no desvíes el camino —dijo el enmascarado—. Incluso te invité a venir a mí, sin embargo —hizo una pausa —nunca obedeciste, no sabes cómo me puso de mal humor.

Mala Suerte (ItaNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora