Compañera extraña./ Salvatore, Mikaelson y TN/

Capitulo 1

Narra TN.

Me senté junto a Damon y saqué mi celular para hablar con mis amigos, ignorando por completo lo que hacía el pelinegro. Sabía que sus ojos estaban puestos en mí, y no necesitaba utilizar mi don de telepatía para saber lo que estaba pensando. Lo había usado al principio para asegurarme de si había captado su atención, y cuando me aseguré de que sí, dejé de usarlo.

Cuando llegó el mesero, le di mi pedido: un capuchino francés, solo eso para el desayuno. No necesitaba más. Después de que el mesero se fue, Damon se volvió hacia mí con su vaso de alcohol y me dedicó una sonrisa coqueta.

Damon: Lindura, ¿no te gustaría algo mas fuerte?- pregunto mientras movía su vaso.- Yo podría invitarte.

TN: Muchas gracias.- comente con una falsa sonrisa.- Pero no recibo cosas de extraños.

Damon: Damon Salvatore.- expuso su nombre mientras estiraba su mano.- A su servicio.

TN: Un placer, señor Salvatore.- exclame con cordialidad mientras estiraba mi mano para estrechar la suya.- Soy TN.

No dije mi apellido porque todavía no era momentos de que conocieran quien era yo, debía manejarme entre la sombras como estoy acostumbrada hasta que tenga la información que me falta, después de todo ser una mutante tiene sus ventajas.

Damon: No tienes que ser tan formal conmigo.- exclamo con una sonrisa coqueta mientras se acercaba mas a mi para acercar su boca a mi mano y dejar un beso en el dorso de esta.- Pero encantado en conocerte TN.

Cuando terminamos de presentarnos, llego el mesero y me dejo el capuchino en la mesa, le sonreí haciendo que se sonrojara y saliera rápidamente  para seguir trabajando, solo pude reírme entre dientes, sentí a mi compañero tensarse al lado mí, eso si me confundió ligeramente, pero decidí no colocarle atención por el momento, tenia otros planes los cuales hacerme cargo.

Damon: ¿Debías sonreírle de esa manera?- pregunto con los dientes apretados.

TN: Se llama ser cordial querido Damon.- comente con tranquilidad, mientras entrecruzaba mis piernas.- Además, solo fue una sonrisa, porque pareces tan enojado por esa estupidez.

Damon: Nada, simplemente que no creo que le debes sonreír a los jovenes de esa manera, ya sabes son hormonales.- espeto como quien no quiere la cosa.

TN: En tal cosa, se protegerme sola.- comente con aburrimiento, para después darle un sorbo a su bebida.

Antes de que pudiera decirme algo mas, vi que recibió un mensaje y por su expresión era algo importante, seguí tomando de mi capuchino como si no me importara lo que le estaba sucediendo a el, pero algo me decía que tenia que ver con mi hermanita.

Damon: Tengo que irme.- expreso con tristeza.- Se presento un asunto importante que atender, pero espero poder volver a vernos.

TN: Bueno, es un pueblo chico, supongo que nos volveremos a ver.- dije con tranquilidad.

Damon: Entonces, espero que sea con rapidez.- comento con una sonrisa coqueta, mientras se acercaba para darme un beso en la mejilla.

Después de ver salir a Damon, me limpié la mejilla con la manga de mi buso, sintiéndome incómoda por el gesto tan íntimo que había hecho recién con personas que acababa de conocer. No me agradaba mucho el contacto físico con gente que no era parte de mi círculo íntimo, pero tenía que mantener la apariencia si quería mantener a mi familia a salvo.

Terminé mi capuchino, dejé el dinero sobre la mesa y salí del grill. Si mis cálculos eran correctos, Jenna aún estaría en casa antes de irse a la universidad para trabajar en su tesis. Necesitaba hablar con ella antes de que se fuera, porque cuando usualmente regresaba, Elena ya estaba en casa y no quería que supiera que todavía estaba allí, al menos no hasta el día de la fiesta del fundador, que estaba a solo unos días.

"Veamos a las afuera de Mystic Falls a las 8 de la noche" envié un mensaje a mi mano derecha.

Después de enviar el mensaje, me subí a mi motocicleta y me dirigí directamente a la casa de mi infancia, con la esperanza de poder hablar con mi tía Jenna. No quería que le pasara nada malo a ninguna de las pocas personas que siempre habían estado ahí para mí.