Por tu guerra, por tu paz

capitulo 5

—Hola— dije de manera amable

—Hola— respondió tímida

Su actitud la sentía como la de una niña pequeña, y la verdad no tenía mucho sentido...bueno, tal vez sea por el tipo de propuesta que me están haciendo...aún así, la que debería tener vergüenza debería ser yo no?

—Me llamo Damara, un placer— extendí mi mano en su dirección esperando que ella la tomara y me dijera su nombre.

—Soy Eva— tomo mi mano y me saludo, su voz era pequeña y baja.

Eva volteo ligeramente su cabeza para mirar a Nigan, yo también mire por instinto, él estaba mirando directamente hacia acá, Eva volvió su cabeza en mi dirección y empezó a hablar.

—Bueno...escuché que tenias ciertas dudas conforme a la invitación de Nigan, me dijo que no estabas segura de que ambos estuviéramos de acuerdo, así que...te lo aseguro...ambos queremos que aceptes la invitación—
Termino de hablar con tanta seguridad, como si la chica tímida se hubiera ido y ahora hablara una completamente diferente y confiada en si misma.

Ese gran cambio me causo curiosidad...pero no sabía que hacer, nunca lo he hecho con una mujer, y no se si este sea el momento correcto, ella es hermosa, demasiado, y él...bueno, ni que se diga, me llamo la atención desde el principio...

—Necesito pensarlo un poco— me levanté para ir a la barra a pedir otro trago mientras lo pensaba, pero antes de siquiera terminar de levantarme sentí como Eva tomo fuertemente mi muñeca

—Por favor...no te..va..vallas— la mire, tenía la cabeza agachada, su voz se cortó, —Por..favor..a..acepta— volví a sentarme y entonces me soltó, paso su mano delicadamente por su rostro aún agachado y limpio las lágrimas que le empezaban a salir.

—yo...lo siento, lo siento, no suelo actuar asi— Su voz volvió a tomar algo de compostura, pero seguía sin mirarme.
Tomé su rostro y lo eleve, solo para encontrarme con una mirada dominada por el miedo.

—Ahora, señorita Eva, tendrá que ser sincera conmigo...o si no me ire— dije para dejarla acorralada, sus ojos se abrieron más de lo normal, puede que sea cruel, pero creo que será la única forma de hacerla hablar.
—Tranquila, puedo guardar un secreto—

—No es nada...es solo que...él se...enfadara si hago algo para que no aceptes— volvió a agachar su mirada y note como empezaba a mover sus piernas por debajo de la mesa.

Mire a la mesa de Nigan quien no ha apartado la vista de nosotras en todo este tiempo.

—Y eso te da miedo?— Pregunte para que me dijera más.

—Bueno...ya sabes cómo son los hombres — podía notar como su ansiedad crecía.

—Solo...di que si...quieres?...te juro que no te arrepentirás, la vas a pasar muy bien...solo será una noche..— Ya no sabía con qué tono me hablaba, parecía algo entre tímido y tentador a la vez.

No se, ahora todo está algo confuso, que debo hacer?

Mientras me sumergía en mis pensamientos Eva volvió a mirar a Nigan, y entonces...cuando volteó su cabeza ligeramente, lo suficiente como para que yo pudiera apreciarla de perfil y en un destello de luz que dio directo en su rostro pude notar algo...algo inusual, algo que me causo curiosidad, algo que estaba casi segura de que era pero tenía que confirmarlo de alguna manera...

Una idea paso por mi cabeza, una loca idea pero que a la vez sentía que era una gran idea, y la única que se me ocurrió en ese momento

—Sabes que?, para garantizarme que me la pasaré bien, tendré que tener un adelanto, ¿no lo crees?— dije con tono algo pícaro, Eva volvió a mirarme y hablo, —Algo como que?— dijo con tono seductor.
Listooo, si calló.
—Tu que crees?— dije con el mismo tono. —mmmm...un beso tal vez?— respondió de forma inocente. —Tal vez— dije, y eso basto para que de un momento a otro se pasará a mi lado y me besara con toda confianza.

Tomo mi rostro entre sus manos y conecto nuestros labios, respondí de forma ansiosa a su beso casi como si lo necesitará, se sentía suave y fino, era diferente a los besos con hombres, no se sentía esa picazón de rosar con una barba o bigote, no se sentían esos grandes labios ni esa gran insistencia con cortar el beso para pasar a lo siguiente, esto era un poco más lento, más delicado, como si tuviéramos el tiempo entero solo para ese beso.

Pose mis manos en su cintura, se sentía delicada y frágil, en un movimiento brusco por parte mía paso de estar al lado mío a estar arriba de mi, era necesario para lo que quería hacer, nuestras lenguas danzaban unidas en un baile salvaje y excitante, la temperatura de ambas empezaba a subir, tenía que hacer lo que quería antes de cortar el beso por falta de aire así que subí una de mis manos y la puse en su rostro como si necesitara más, subí un poco más mi mano, a la altura de su ojo, mi pulgar rozaba la orilla de su ojo y mis demás dedos se encontraban por su oreja, la sostuve con fuerza y la uni más a mi para que no se alejara, presione su cintura contra mi cuerpo para tratar de que se acercara más si era posible, me empezaba a gustar esto, sabía que tenía que parar, sabía que la idea no era besarla por placer, había un objetivo en todo esto, entonces puse un poco de presión en mi pulgar, Eva soltó un pequeño quejido y se aparto un poco, como si le hubiera dolido esa pequeñísima presión.

BINGO!!

Lo sabía, puse un poco más de presión y solo sentía como ella se alejaba un poco y removía su cabeza, como para intentar cambiar de posición mi mano, deje de presionar cuando sentí una lagrima correr por su mejilla, eso me lo confirmo por completo, lo que vi era un moretón, un gran moretón.

Corte el beso y vi como sus ojos estaban cristalizados.

—Dis...disculpa, no se..qu..que me..paso— le estaba costando trabajo respirar y articular bien las palabras, seco rápidamente sus ojos con su mano y se bajó de mi regazo.

Ambas estábamos recuperando el aliento, yo solo podía pensar en que ese idiota la había golpeado.

—Entonces...aceptaras?— hablo Eva mientras se cubría con su cabello justo la zona del moretón.

—Acepto— dije y vi como se formaba una sonrisa en el rostro de Eva —Con una condición— dije —La que sea— respondió Eva, —Que me digas quien te hizo el moretón de tu ojo— solté, sabía la respuesta, pero quería que ella me lo dijera, la cara de Eva palidecio, la mire con cara sería y entonces supo que lo había notado.
—No es lo que parece— empezo a decir —veras..yo...— tuve que detenerla, —shh, tranquila, te dije que soy buena guardando secretos— la intenté tranquilizar.

Pasaron como dos minutos en los que Eva mantuvo la mirada fija en sus manos que se estaban moviendo como locas entrelazadas, no la apresure, me quedé a su lado hasta que decidiera decirmelo.
—Él....él lo hizo—

Y entonces....ahí, en ese antro lleno de luces y música, lleno de alcohol y fiesta, repleto de gente, vicios y perdición, ahí supe que tenía que ayudarla, pero para eso necesitaba conocerla más, y para conocerla más tenía que aceptar la propuesta.

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Hola, al fin el capítulo 5, me emociono mucho este capítulo, espero les guste.
Bye.