El accidente de Enzo -II-

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El diálogo de señas entre Jorge y Héctor sobre el amigo internado que tenían en común siguió:

—¿Viste cómo es Enzo? Es absoluto... No tiene puntos medios —dijo Héctor lamentándose—. Y recordó:

¿Te acordás que, a la hora de nombrar un color, tenía la manía de irse a lo absoluto? Para él es todo rojo, azul o amarillo; blanco o negro. Y verde, marrón o naranja; hasta el día que se enteró de que estos últimos son mezclas y empezó a nombrarlos con menor frecuencia.

Héctor le pidió a Jorge un momento de descanso sin diálogo, ya que sentía sus brazos agotados de tanta seña; sobre todo luego de haber hecho el gesto de "mezcla". Este último consistía en enfrentar ambas manos y mover todos los dedos a la vez, pero también moviendo los hombros, mirando hacia arriba, moviendo los ojos y golpeando el piso con el pié izquierdo cinco veces... Seis veces era otro significado.

Uno se señaló la boca, como diciendo "¿Y si hablamos normal?". El otro le negó indignado con la cabeza.

Tomó la "palabra"... el gesto, Jorge:

—Tenés razón. Un vez lo encontré en el almacén comprando bizcochitos de manteca y me contó lo que le había pasado con una vendedora de ropa. Fue algo así:

Intercambio entre Enzo y la vendedora:

—Hola, ¿me puedo probar el pullover que está en vidriera?

—Si, cómo no —dijo ella—. ¿El turquesa y carmesí?

—El verde y rojo —corrigió él.

La vendedora se quedó pensando:

—Por eso, ¿el turquesa y carmesí?... El que está arriba a la izquierda, cerca de jean negro.

—Ese pullover es verde y rojo, señora, ¡No me complique!

La vendedora, que no sabía seguirle la corriente a su cliente y se jactaba de sabedora de colores raros, siguió la discusión con sonrisa de triunfo. Sacó el pullover de donde estaba, lo colocó en el mostrador y comenzó su clase:

—Mi querido, este color es turquesa; observará que es un azul ligeramente verdoso; y este se llama carmesí: es un rojo intenso, que también puede llamarse amaranto, carmín o grana.

—Para mí, y para la gente normal, esto es rojo y verde, y se acabó. —Enzo tomaba temperatura—. Si usted necesita hacerse la entendida, es problema suyo. Conmigo diga lo que son... Verde o rojo.

—Usted es un grosero y un ignorante.

—Váyase a lavar el culo, señora —dijo él—. Y métase el pullover en el mismo lugar.

Así terminó aquel intento de compra.

–Enzo siempre fue un poco desquiciado –agregó Héctor.



Dicotomía y otros cuentos desquiciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora