Cautivos [la casa de papel] ¡PAUSADA!

✶02!

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・ ꒰✧ Un nuevo comienzo! ✧꒱ ・

❝La mejor manera de librarse de una tentación, es caer en ella. ❞

-Oscar Wilde

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・ ꒰Tijuana, México 1994 ꒱ ・

Seis horas había pasado desde aquel incidente, Chiara se encontraba sentada en el comedor sin poder parar de llorar, al frente de ella se encontraba su vecino bebiendo un vaso de leche, mientras la realidad de su nueva existencia sin familia se hundía en ella, Chiara se sintió abrumada por la sensación de desamparo y soledad. Se preguntaba cómo podría seguir adelante, cómo podría encontrar la fuerza para enfrentar lo que vendría después.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó el mayor para que la chica dejara de llorar.

—Chiara.

Se mantuvieron en silencio unos segundos más hasta que el hombre volvió a hablar —. Siento mucho lo de tu padre.

—Si no lo mataba alguien, un día lo iba a hacer yo —dijo sorbiendo su nariz la cual aún tenía un rastro de sangre seca.

—¿A tu madre también?

—Esa no era mi madre... y mi hermana quería perder peso de cualquier forma —sorbió nuevamente su nariz —. Apuesto a que se veía muy bien, aunque no era mi hermana, era mi media hermana y era la mitad mala —. La chica hizo un puchero mientras lágrimas caía por sus mejillas.

—¿Si no los soportabas por qué lloras?

—Porque mataron a mi hermano —dijo lo más rápido que pudo —¿Qué mal les había hecho? Tenía 3 años y jamás lloraba... solo se sentaba junto a mí y me abrazaba —la voz de la chica cada vez se cortaba más al recordar a su pequeño hermano —. Fui más madre para él que esa cerda mujer que murió.

—No hables mal de los cerdos, ellos son mejores que las personas —dijo él acercándose a la chica.

—Pero huelen mal.

El hombre hizo una seña con su dedo negando a lo que la joven había dicho —. No es cierto, es más, yo tengo uno en la cocina, que es muy limpio y huele muy bien.

—No tienes ningún cerdo en la cocina.

—Si, si tengo uno —el hombre alzó su barbilla mientras sonreía.

—Estuve ahí dentro y no vi un maldito cerdo.

—No te muevas, iré por él —el hombre se levantó de la silla y caminar a su cocina —¿piggy? ¿Dónde estás? —Chiara abrió su boca sorprendida al escuchar el gruñido de un cerdo —ah, ahí estas —escuchó decir al hombre.