Capítulo 10.

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Sentía que iba a dormirme en cualquier momento. Ayer habían dicho que partiriamos en la mañana, yo, inocentemente, creí que sería a eso de las siete o seis pero no a las malditas cinco de la mañana. Cuando Elión entró a mí habitación para que me levantará jure que le había dado algún ataque de locura, pero no, Emalyn entró a regañarlo y me pidió que me diera una ducha rápida para salir lo antes posible.

Así que, aquí estoy, a un lado de Ivy y Cassidy mientras las tres entramos en un punto muerto dónde no sabemos si estamos despiertas o dormidas. Veíamos a todos moverse, a nosotras nos habían dejado a un lado para terminar de ver lo que debían ver y ya estaban por ser las seis, supongo que, partir temprano, es levantarse a las cinco para salir a las seis de la mañana. Lorcan estaba dando algunas instrucciones que todos escuchábamos con atención y reteniamos de manera rápida.

No alejarse del grupo. Sí te piden que guardes silencio, te callas. Respetar los tiempos de comida. Turnarse en las guardias por las noches y, por sobre todas las cosas, no dejar a uno de los tuyos solo.

La manada es importante, cada integrante de este lugar tenía una función, si uno de ellos no estaba, se tendría que mover todo de una manera muy compleja y caótica, todos importaban, no interesaba sí te caía bien o mal, si es de tú manada, lo salvas y no lo dejas solo a menos que sea una orden de Lorcan, Emalyn, Erick o Gianna.

Lorcan da la orden de que debemos partir y la gran mayoría se transforma en Wolven, cómo ya se me había indicado, el primer tramo lo haré caminando, ya que no sería tan complejo salir del pueblo y adentrarnos al bosque, mañana por la mañana ya sería diferente, algunos permanecerán en su forma Wolven mientras otros caminarán o montarán a los demás con sus armas en mano. Según entendí, los bosques son más peligrosos desde que los principales Primales se fueron a dormir y por ende, todos corríamos un peligro abismal.

Comenzamos la caminata con algunos Wolvens delante de nosotros y otros detrás, de mí cadera colgaba una espada y en mis muslos iban dos dagas, traía el corsé que técnicamente vendría siendo mí armadura con dos espadas cortas pegadas a mis costillas. Llevábamos unas cuantas horas caminando y ya nos habíamos empezado a adentrar al bosque, mis pies me estaban doliendo pero la caminata que había tenido en la Montaña, había servido suficiente para que no comenzará a quejarme porque el pequeño dolor que estaba sintiendo en estos momentos.

—¿Estás bien?—Un olor a pino inunda mis fosas nasales y arrugó mí nariz al oír a Nolan.

—Pino —Todos voltean a verme—. Nolan huele a pino.

—Nolan no huele a pino.

—Sí, cuando habla conmigo… tiene un olor a pino, Elión es más cítrico —digo sin mirar a nadie en concreto.

—Los Wolvens perdimos el olor en la impronta desde que el primer Primal de la vida murió, Aelin, es imposible que se pueda sentir el olor de un Wolven en estos tiempos —Erick me mira cómo si me hubiese vuelto loca, al igual que todos.

Todos menos Lorcan, él simplemente me queda mirando un poco más de tiempo, sacude su cabeza y sigue avanzando por el pequeño sendero que él mismo trazó.

Quedé mirando a Lorcan por largos minutos, pensando en que quizás él podría ser la única persona que me podría responder algunas dudas pero, la confianza o seguridad que sentía para acercarme a él y atreverme a preguntar, era completamente nula, así que era quedarme con la duda o lograr que Elión se aburriera de mis preguntas y me obligue a hablar con Lorcan.

Sonaba un tanto patético pero necesito respuestas a dudas que me han estado surgiendo desde ayer por la noche.

Me quedé viendo a Elión, quién caminaba unos cuantos metros más adelante de nosotros y claramente, me estaba dando la espalda. Lo mire por al menos unos cinco minutos, hasta que sentí ese extraño olor a cítrico inundar mis fosas nasales.

An ember of ash.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora