Según mi criterio personal, quedarme en silencio por unos segundos no era tan malo, no sí mí cabeza estaba buscando la manera de explicarle a cuatro seres inmortales… a uno de los más importantes cabe destacar, que al menos cinco Primales se comunicaron conmigo con una misma razón, salvar su mundo y a ellos. Ahora, ¿cómo les explico el por qué yo soy la elegida para todo esto?
Terminé llegando a la conclusión de que tengo que empezar desde el inicio para que tengan un contexto de todo y así no me llenen de tantas preguntas después.
Rasqué la parte trasera de mi nuca y ví cómo los mechones pelirrojos se iban aclarando un poco a medida que mí cabello comenzaba a secarse. Sacudí la cabeza, eso no era lo importante ahora, lo que importaba era que ellos me creyeran en mí, me ayudarán a llegar hasta el Primal de la muerte y así poder salvar el mundo por completo. ¿Cómo los convenzo de qué mi historia es real? ¿Huelen el miedo? ¿La verdad?
Buenos Dioses, ésto es más difícil de lo que pensé.
—¿Humana?—Nolan me miraba expectante, esperando una respuesta.
—Es una historia larga, compleja y un tanto irreal, dependiendo del punto de vista de cada uno—suspire y me acomodé mejor sobre el sofá—. Pero técnicamente, todo empieza el día en que atacaron el pueblo en el que vivía. No haré muy larga esa parte, llegaron soldados de solo los Dioses sabrán dónde y atacaron mi pueblo, mis padres hicieron el tiempo necesario para que huyera y es lo que hice, termine en el templo abandonado de Lilith, un día de lluvia y aterrada de lo que sentía en ese lugar.
—¿Sentías?
—Soy algo sensitiva a la magia, sobre todo la Primal que es más fuerte. El templo de Lilith tenía su propia protección, pero los reyes de Ethylan me encontraron y decidieron adoptarme, más que cómo una hija, una doncella a la cuál iban a sacrificar por un bien común —Tomo una bocanada de aire y sigo—Según, toda mí vida giraba en torno a ser lo más puro que pudieran adquirir los Dioses, de esa forma toda la podredumbre que se extendía de sol a sol, iba a ser eliminada y todo volvería a la normalidad.
—¿La podredumbre? ¿La cuál inició cuando los Dioses y Primales comenzaron a despertar?—Lorcan me mira con cara de confusión.
—Sí, pero al ser reino mortal, no es como que apuntan a ellos, precisamente. Crecí siendo escondida y escoltada por mis hermanos mayores. Entrene todos los días para defenderme en caso de…cosas no deseadas—Aclaro mí garganta y entrelazó mis dedos—Pero, un día simplemente el templo de Thina estalló en mil pedazos. La magia se sentía por todos lados y su voz resonó en mí cabeza diciendo que él la había hecho enojar.
—¿Él?—Elión parecía ser el más confundido de los cuatro.
—El Primal de la vida. Resulta que después de eso, aparecieron más Primales y todos apuntaron a que tenía que venir aquí, tengo un collar que me dió Lilith, conocí a Syria en la montaña, la neblina me cuido y descubrí en todo el transcurso de mi camino que hay que despertar al Primal de la muerte, que asesine a su hermano, encontrar otra fuente para que el Primal de la Vida siga existiendo y ya. Después puedo volver a dormir cómo un bebé.
—¿Terminaste aquí por qué los Primales te llamaron para salvar el mundo?—Nolan me veía cómo si me hubiese salido un brazo por la frente—¿El Primal de la vida está despierto?
—Ah sí, querían ocupar mi sangre para terminar de traerlo a la vida, al tener un poco de magia dentro de mí eso ayudaría a que todo sanará más rápido o que se yo, esa parte no la entendí muy bien —Hago una mueca—El punto es que, necesito llegar con el Primal de la muerte, despertarlo, buscar información de cómo retener la magia del Primal de la vida para después pasarlo a otra persona y así siga habiendo un Primal… y también necesito enviar una carta para avisar que estoy bien.
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An ember of ash.
FantasíaEl peso de salvar a su reino estaba sobre sus hombros, lo que no sabía era que no solo salvaría un reino. Salvaría el mundo entero.