Hetero Pero.

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Hetero Pero.- K!ngdom.

Era jueves cuando todo empezó. Violeta y Chiara eran amigas desde que la última mencionada había tenido que mudarse a Barcelona por el trabajo de su padre. Al principio y, como es normal, no le hizo ninguna gracia tener que dejar atrás toda su vida, pero a día de hoy, seguía agradecida por aquel cambio.

Había podido conocer a gente maravillosa. A Bea, que iba con ella a clase. A Dena y a Violeta, que eran amigas de Bea pero iban un curso por delante. Y, por supuesto, a Ruslana y Martin, que aunque no iban ni siquiera a la misma universidad, los había conocido en una borrachera tonta y desde entonces se habían vuelto inseparables.

Sacó su móvil del bolsillo antes de tumbarse en la cama y abrió el chat de Violeta, pues tenía un par de mensajes por responder desde hacía unas horas. No es que no quisiera haberle contestado antes, es que había estado demasiado enfrascada entre los versos de su libreta.

Kiki.
Hola Vio, perdón, que estaba escribiendo y ya sabes que me olvido de todo el mundo.

Vivi.
Tranquila Kiki.
Pero eso, que si salimos esta noche.
Necesito quemar el café que me he bebido.

Kiki.
Son las ocho de la tarde.
¿Cómo te puede durar aún si te los has bebido a las diez de la mañana?

Vivi.
Es que no puedo tomar café con cafeína, os lo tengo dicho.
Pero se me ha olvidado decirle a Dena que me lo pidiera descafeinado.
Culpa mía.

Terminaron quedando para esa misma noche a las once y media. Cada una cenaría en su casa, porque ambas tenían cosas que hacer antes de salir, y se irían a un pub cerca de casa de Violeta.

Preguntaron por el grupo que tenían todos por si alguno se quería apuntar al plan, pero teniendo clase al día siguiente, era raro que alguno aceptase. Así que terminaron encontrándose las dos solas entre la multitud de aquel local.

Decir que Chiara no estaba nerviosa sería mentir. No era ningún secreto que llevaba un tiempo pillada de su amiga. Violeta sabía aquel dato, pero no le importaba. Al fin y al cabo, se lo pasaba bien con la medio inglesa. Se reía con ella y en ningún momento se le hacía incómodo. Es más, solían tontear entre ellas, de broma, claro. Nunca habían hablado de la orientación sexual de la pelirroja, y de la de Chiara tampoco, en realidad, porque trataban con naturalidad los "me gusta una chica" de Chiara y los miles de repasos que le hacía Violeta a cada chico con el que se cruzaba. No era un tema de conversación presente en el grupo, pero todos sabían cuáles eran las preferencias de cada uno. Eso era algo que todos agradecían; no tratar el tema como si de verdad tuviera importancia qué le gustaba a cada uno.

-¿Qué te pido?- Se acercó Chiara a Violeta para que le escuchara bien, pues la música estaba bastante alta.

-Un ron cola.- Le sonrió. Chiara hizo una mueca. Antes bebía lo mismo que su amiga, pero se había empezado a aficionar a la ginebra con limón, y nadie le sacaba de ahí.

No querían beber demasiado, porque al día siguiente Violeta tenía clase y, aunque Chiara no tuviera, debía madrugar.

-Al segundo cubata me paras, ¿eh?- Le pidió la pelinegra. Se conocía y sabía que, aunque no quisiera beber mucho, el ambiente le podía, y era capaz de terminar bebiendo más de lo previsto.

Pero cuando se terminó el segundo, fue la pelirroja la que le pidió el tercero, y tuvo que reírse. Sabía que iba a terminar con resaca al día siguiente, pero en ese momento no le importaba, se lo estaba pasando realmente bien.

-Si es que tiene que ser súper aburrido para ti salir solo conmigo, Vio.- Hizo una mueca.

-¿Por qué?- Se pegó más a ella para poder hablar bien.

ONE SHOTS- KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora