Havia de passar.

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Havia de passar.- La Fúmiga ft. The Tyets.

(Segunda parte de "Segona conjugació").


Aún no se acostumbraba al calor de Barcelona. Llevaba un par de meses habituándose a la ciudad, y aunque estaba encantada con su funcionamiento, la temperatura era algo que no soportaba. Por no hablar de lo mucho que echaba de menos sus rincones habituales y las caras conocidas de siempre.

Tenía suerte de, por lo menos, haberse reencontrado con Ruslana, que había dejado Londres bastantes meses antes que ella. Además, la pelirroja no había dudado ni un segundo en incluirla en su grupo de amigos. Y con Martin había conectado enseguida, por lo que ya no se quedaba en casa si Ruslana, por lo que fuera, no podía ir a la quedada que planeaba el resto.

-¿Puedes estarte quieta de una vez, Rus?- Se exasperó Martin, viendo que Ruslana no dejaba de recolocarlo todo cada diez minutos.

-¿Lo veis todo bien?- Hizo una mueca, mirando alrededor y haciendo el amago de levantarse una vez más.

-God.- Rodó los ojos, frenando a su amiga.- Vive contigo desde hace tiempo, sabe de sobra que eres un desastre.- Quiso calmarla pero sin dejar pasar la oportunidad de meterse con ella.

-¿A qué hora vuelve?- Se interesó el chico.

-Pues no debería tardar en llegar...- Musitó, mirando a Chiara por unos segundos y mordiéndose el labio algo nerviosa.- Igual... Igual deberíais iros ya.

-¿Ya nos echas?- Alzó una ceja, poniéndose aún más cómoda en el sofá.- Cómo se nota que lleva dos meses en Granada, ¿eh?- Soltó una pequeña risa.- Yo me estaría subiendo por las paredes.

-Porque has cogido la mala costumbre de follarte a cualquiera cada viernes.- Le reprochó.

-No vamos a hablar de eso otra vez, Rus.- Contestó con tono cansado. Prácticamente le sacaba el tema cada día.

-Es que no sé qué te pasa, Chiara.- Bufó.- Tú no eres así. Y no sé hasta qué punto estás bien con lo que haces.

-Estoy perfectamente, ¿vale?- Se levantó al ver que la otra quería seguir con la conversación.- Me voy ya, que he quedado.

-¿Con una de tus amiguitas?- Se rió sarcásticamente.- Muy bien, Kiki, así se afrontan los problemas.

-¿Pero qué coño te pasa hoy?- Se giró a mirarla, pues ya empezaba a caminar hacia la puerta.

-Chicas, de verdad... Dejadlo ya, estáis siempre igual.- Musitó el chico, que miraba a ambas de manera intermitente.

-Tú te callas.- Advirtieron las dos a la vez, mirándolo con el enfado en sus ojos. Martin solo levantó las manos, a modo de rendición. Estaba cansado de que siempre acabaran igual.

-Me pasa que tú eres de hablar sobre lo que te pasa, y últimamente cuando te pregunto cómo estás, tus respuestas son "estoy bien", "como siempre" o , "liada con el piano, ya hablamos".

-¿Y qué hay de malo en eso?- Tuvo que soltar una pequeña risa.- Estoy bien, Rus.- Se encogió de hombros.

-No lo parece cuando sales cada puto viernes a beber como si quisieras olvidarte de algo.- Chiara alzó las cejas sorprendida tras aquello, porque nunca le había reprochado que bebiera cuando salían de fiesta.

-Bebo igual que siempre.- Se defendió.

-¿Desde cuándo bebes hasta casi no poder más, Chiara?- Alzó una ceja, cruzándose de brazos.- Y peor aún, ¿desde cuándo te acuestas con la primera que se te acerca?

-Estoy experimentando, Ruslana.- Se encogió de hombros.- Tú también lo hubieras hecho en Londres si en ese momento no hubieses estado en una relación.

ONE SHOTS- KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora