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—Creo que está bien si cocinas algo— suspiro Denki

Izuku asintió y desvío su coche, estacionó en un centro comercial y llevo con el a Denki, siempre de la mano, poco le importaba que las personas los veían juntos, sabía que los rumores correrían, estaba bien, no tenía problemas ni miedo de sostener la mano de alguien como Denki.

Compro lo necesario para hacer pasta y salmón con miel y limón

—Desde cuando cocinas?— pregunto Denki viendo como Izuku elegía los ingredientes para una salsa blanca

—Me gustaba ver a mi mamá cocinar, no tenía muchas cosas que hacer después de la escuela cuando era pequeño, así que por las tardes veía que cocinaba, poco a poco fui memorizando sus recetas y comenzando a hacerlas— se giro y lo miro—Quieres tomar Torrantes o Soave

—No se que sea eso pero suena a lujo— comento Denki e Izuku comenzó a reírse.

—Perdón ser amigo de Momo, Iida y Shoto hace que uno tome vino en vez de jugo— comento apenado, Denki comenzó a reír y asintió entendiendo a Izuku.

—Cual sabe mejor?— pregunto Denki— no suelo tomar vino, los chicos eran más de cervezas y licores más pesados— se disculpo

Izuku se inclinó viendo el sonrojo de Denki, dejo el tarro de ajos cortados en el carrito y paso su brazo alrededor de la cintura del rubio, unió sus labios en un suave beso antes de alejarse y sonreirle—Creo que el Soave combina perfecto con tus labios— murmuró ganandose un fuerte sonrojo de parte de Denki.

Siguió a Izuku hasta la zona de vinos y lo vio observar las botellas con interés, aprovecho que el peliverde estaba concentrado en ellos para tratar de entender por qué le gustaba tanto aquella actitud tan coqueta y esos besos que Izuku le robaba como si fueran suyos.

No negaría que comenzaba a desear tener más valor y ser el quien besara a Izuku, quien coqueteara libremente pero tenía miedo de ello.

Lo había escuchado esa mañana, solo que su cabeza lo hacía sentir nada merecedor de aquel interés.

—Listo— hablo Izuku sosteniendo dos botellas

—Estas de broma? Son casi 5mil yenes por cada botella!— miro a Izuku

—Vamos, no comprare algo barato si es para compartir contigo— sonrió Izuku dejando las botellas en el carrito.

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Caminaba por las calles de la ciudad, había pasado una semana desde que oficialmente dejo de ser un héroe, no sabia exactamente que hacer con su vida pero quería descubrirlo.

Quizá volver a la universidad no era mala idea, había buscado folletos e investigado, habían carreras que le llamaban la atención, quería intentarlo, así que después de buscar un poco decidió ir a la agencia y ver si Izuku quería cenar con él esa noche y ayudarlo a decidir.

Aunque eso era una mera excusa, no lo había visto los últimos dos días, habían intercambiado algunos mensajes y hablado por teléfono una vez pero quería verlo.

Mientras caminaba una explosión más adelante hizo que todo se detuviera, era ese pequeño momento de silencio, como si el tiempo se detuviera por un pequeño momento antes de volver todo a la rapidez común de golpe.

No sabía si debía ir o no, su entrenamiento como héroe rogaba que fuera, su lado racional sabía que solo estorbaría era ya solo un civil más, no podía hacer mucho.

Pero como Izuku siempre decía, ser héroe se lleva en la sangre, sus piernas se movieron solas, cuando llegó a la zona habían escombros y fuego.

Comenzó a ayudar a las personas a ponerse a salvo, vio entonces a los responsables y luego a Shoto llegar, tenían la situación los héroes así que estaba bien, siguió alejando a los demás civiles.

KitsungiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora