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Se apretó con más fuerza a Izuku, sentía que el cuerpo le pesaba, había sido un golpe directo el que había recibido.

—Espera Denki no te duermas— pidió Izuku cuando el agarre del rubio se volvió más flojo.

—Me siento tan cansado— fue lo que dijo Denki y no se refería únicamente a ese momento, Izuku lo sabía claro que sí.

Aún seguía sin entender que pasaba por la cabeza de los demas, por qué atacaban tanto a Denki cuando el hacia un buen trabajo.

No tardaron mucho en llegar al hospital más cercano, los médicos no hicieron tantas preguntas cuando los vieron entrar, los llevaron directamente a una sala especial para los héroes ahí nadie los molestaría.

Izuku no se quedó ahí, avanzo detrás de los médicos que empujaban la camilla dónde estaba Denki.

Fue ahí cuando se dio cuenta de la herida que el rubio tenía en su costado, bajo su vista a su traje observando la mancha que había quedado.

No lo dejaron entrar más allá del pasillo que daba a la sala donde lo estaban atendiendo, se quedó ahí recargado en la pared, aún no entendía a sus amigos, trataba de hacerlo, y luego estaba aquella débil frase de Denki "me siento tan cansado"

Fue una espera que se le hizo quizá muy larga.

—Deku— el doctor le hablo llamando la atención completa del héroe— su amigo estara bien, la herida fue curada por completo pero hay algo que me inquieta— en su mano llevaba el expediente de Denki donde estaban sus análisis más recientes, de ese mismo momento— está muy bajo de peso y con una leve anemia, se alimenta bien?

—Yo— Izuku hizo una pausa y miro al doctor negando— no lo sé, no si se alimenta correctamente, rara vez nos vemos fuera del trabajo.

Aquellas palabras le sabían tan mal, como es que podía decir que llevaba tiempo sintiendo algo por el rubio y no se había percatado de lo mal que estaba.

—Sera mejor que se asegure de ahora en adelante coma bien, si sigue así su rendimiento bajara y puede que una siguiente herida como la de hoy sea más difícil de sanar— le comento el médico e Izuku asintio— puede pasar a verlo.

Izuku agradeció al doctor y se encamino a la sala donde le indico estaría Denki.

El rubio estaba acostado en la camilla mirando el techo, se veía tan frágil a ojos de Izuku.

—Hola— saludo el peliverde.

—Hola, gracias por traerme, realmente sentía que estaba por desmayarme alla— comento el rubio viendo como Izuku tomaba asiento en la silla al costado y con suavidad posaba su mano sobre la suya.

Miro la mano del peliverde cubrir la suya, se veía tan pequeña, o es que Izuku había crecido tanto, y luego recordó aquel beso, muchas veces creyó que había sido su desesperada necesidad de amor lo que le había hecho creer que había sido real

—Denki, por qué?— pregunto después de un rato Izuku— por qué te lanzas tan desesperadamente frente a todo para salvar a los demás?

—Aprendi del mejor no?— susurro el rubio

—No aprendas cosas malas, me costó mucho entender que si yo estoy herido no puedo salvar a los demas— comento Izuku —no lo hagas Denki, eres un héroe sorprendente, no te acabes de esa forma.

Denki desvío la mirada, Izuku no lo entendía, cómo podría si él era tan genial, no sabía lo que era necesitar que los demás lo vieran que no solo fuera un chiste, que lo tratarán como un héroe no como un niño jugando a serlo, ya no era un niño, tenía veintitres años, y a pesar de llevar siendo héroe cinco de ellos, ninguno de la clase A lo miraba con tanta emoción, ni siquiera les había importado que desapareció tres días.

KitsungiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora