Capitulo 5

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Una Nueva Oportunidad

Capitulo 5.

Yukine seguia viendo con sospecha a los dos jóvenes, no quería pensar mal aunque como estaban lo hacía pensar otra cosa. Mizuchi por su parte los veía divertidos. No cabía duda en ella que el destino los tenía bien unidos pues notaba que Shiro estaba empezando a sentir algo más por Yato, realmente el amor que sentía por él es fuerte pues ni el paso del tiempo logro borrarlo.
Mizuchi camino hasta donde seguía Shiro y la tomo de la muñeca llevándola a dentro de la casa para que se limpiará la tierra y que Yukine pudiera interrogar a Yato tranquilamente.
Una vez que las chicas entraron a casa Yukine se cruzó de brazos alzando una ceja esperando a que el dios le diera una explicación.
Yato rasco su cabeza y empezó a explicarle lo que había pasado, Yukine se sorprendió cuando Yato le dijo que había sido punzado por su amiga.

ー¿Y estás seguro de que no sabes por qué te lastimó?
ーLo estoy, y preferí no decirle nada no quiero que se vaya a poner triste si sabe que me lastimó. ーrespondió con sinceridad.
Yukine asintió dándole la razón, lo mejor era no decir nada.
El celular del dios sonó y Yato rápido contesto sonriendo y aceptando una nueva petición. Después de colgar le dijo a Yukine que esperara ahí pues iría por Shiro y Mizuchi para ir a la costa cercana y cumplir el encargo.
No tardó mucho en traer a las dos chicas y llegar junto a Yukine, rápidamente Yato volvió a sacar su celular para después ser teletrasportados.
El dios y compañía aparecieron en una gran mansión, todos estaban sorprendidos admirando el paisaje y la bella casa que tenían en frente. Un hombre de edad mayor salió de la casa acercándose con paso lento a los jóvenes, Shiro se acercó a él rápidamente para ayudarlo a llegar, una vez enfrente el señor se presentó y los invito a pasar agradeciéndole a Yato por su rápida respuesta, una vez dentro les empezó a explicar la situación. La cual consistían en eliminar al fantasma que solía deambular por las noches en el jardín, ya que solía destrozar las flores y arbustos que había. El dios acepto su pedido y tomó sus cinco yenes, el señor les indicó que se podían quedar a descansar en una de las habitaciones.

Pasaba de la media noche y aún no había pasado nada. Mizuchi ya hacía tiempo que se había ido siendo acompañada por Yukine.
Yato se encontraba sentado en el césped perdido en sus pensamientos cuando una dulce voz lo hizo reaccionar.
ーYato si te quedas aquí enfermaras.
ーNo te preocupes Hiyo... ーYato rápidamente llevó sus manos a su boca y su corazón latía rápidamente, volteo a ver a la chica con claro temor en sus ojos. Sin embargo solo había confusión en ella debido a la reacción del dios.
ー¿Te encuentras bien Yato? ーpregunto mientras se sentaba junto a él. El dios solo pudo asentir con su cabeza, el miedo aún no desaparecía por completo de él. Se regaño mentalmente por poner en peligro a Shiro.

ー¿Y tú estás bien? ーNo puedo evitar preguntarle, el miedo me invade.
ーSí.ー Me responde, sin embargo sigo intranquilo, puedo ver cómo mis manos están temblando y ella lo nota. Veo como acerca y toma mi rostro con sus manos. Me mira seriamente analizandome, sus ojos se quedan fijos en los míos intentando buscar la razón de mi miedo después de unos segundos aparta su mirada resignada y se vuelve a sentar a mi lado.
ーSi no quieres decirme que es lo que te pasa esta bien. ーMe dice de repente en tono triste, volteo a verla con sorpresa por sus palabras. Veo como juega arrancando pequeños retoños del césped mientras mantiene su mirada agachada. Sin embargo me quedo callado observándola pues no le puedo decir la razón por la que me encuentro así.

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