Una Nueva Oportunidad

Capitulo 7.

Una Nueva Oportunidad.

Capitulo 7.

Shiro se encontraba en el piso el dolor en su cabeza empezaba a minimizar. Unos ruidos la hizo levantarse pues parecía que alguien venía a toda prisa subiendo por las escaleras. Shiro rápidamente tomo el libro y lo oculto entre sus ropas se incorporó y trato de arreglar su aspecto antes de que la descubrieran. Apenas había logrado terminar cuando la puerta se abrió de golpe dejando ver a unos asustado Yato, Yukine y Kofuku quien rápidamente fueron hacia ella mientras la observaban de arriba a bajo dejando a la joven shinki confundida y nerviosa.

Veo como Yato y los demás me observan como si intentarán encontrar algo, lo que me pone más nerviosa pues temo que encuentren el libro. Sin embargo eso no pasa lo que hace que me tranquilice.
ーShiro ¿Qué fue lo que pasó? Fui punzado y venía de ti. ーMe sorprendo al escucharlo decir eso, hasta este momento no había lastimado a mi amo. Intento pensar en algo pero no se me ocurre nada, veo que me sigue mirando fijamente y decido decir lo que hacía sin mencionar lo que había encontrado. Veo como Yato no está del todo convencido pero al no ver algo extraño en la habitación decide dejar las cosas como están, aunque algo me dice  que esto no se va a quedar así como así. Los cuatro salimos de la habitación y alcanzo a ver cómo Kofuko cierra la puerta con llave. Buen, ahí va mi esperanza de volver a entrar y intentar encontrar algo más que explique lo del libro y por qué estoy ahí.

El resto de la tarde paso sin inconvenientes, Yato y Yukine junto a Shiro regresaron a terminar el trabajo aunque esto no le gusto mucho a ella. Sin embargo Yato no quería dejarla sola en este momento pues sabía que lo que les había dicho no era toda la verdad por lo tanto prefería tenerla serca para poder cuidarla.
Los tres chicos llegaron cansados y sucios a su hogar, los jóvenes decidieron bañarse en el apartamento antes de irse a Takamahara pues no querían ensuciar su casa. Una vez todos listos se pararon frente al santuario y desaparecieron llegando a su hogar. Cenaron en tranquilidad y después cada uno se fue a su habitación para descansar, sin embargo la joven shinki saco el libro y se acomodo en su cama volviendo a abrirlo. Mientras lo observaba se preguntó si habría más cosas como está en la casa de Kofuku aunque ya no podría saberlo pues ya no podía entrar a ese cuarto.
ーTal vez haya algo aquí. Si Yato y yo nos conocemos desde antes entonces es probable que aquí encuentre algo más. Solo debo esperar a que tanto él como Yukine se duerman para poder investigar.ー

Shiro observó el pequeño reloj que había en su mesita viendo que ya pasaba de la media noche, con cuidado y sin hacer ruido se levantó de la cama y abrió la puerta, dando pequeños pasos cuando paso junto a las habitaciones de Yukine y Yato.
Se detuvo en la pequeña estancia pensando en dónde podría encontrar algo más de información, sin embargo el único lugar que se le ocurría era en la habitación del dios. Sabía bien que si era atrapada se metería en grandes problemas, sin embargo la curiosidad que sentía por saber de su pasado eran mayores. Respiro profundo antes de dar media vuelta y dirigirse a la habitación del dios, una vez enfrente de ella volvió a tomar aire y con el mayor silencio que pudo abrió la puerta.

Siento como mi corazón late a mil por hora al estar por primera vez dentro de su habitación, para ser Yato tiene sus cosas bien ordenadas. Me acerco un poco y puedo distinguir su silueta y su suave respirar. Lo dejo de observar y me vuelvo a concentrar en lo que estoy buscando. Ya han pasado quince minutos en los que e estado buscando sin ningún éxito, me siento en el piso derrotada por no haber podido encontrar nada cuando veo que Yato se empieza a mover, asustada me agachó y me escondo debajo de la cama. Siento como se levanta de la cama y sale de la habitación, estoy por salir de la cama cuando mi pie choca con algo, una vez afuera de la cama meto mi mano alcanzando a tomar aquel objeto que resulta ser una pequeña caja de metal. Sin pensarlo dos veces me levanto y regreso a mi habitación.