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--¿Cualquier sueño?- Preguntó Jennie.

Lisa miró a los ojos a la menor y sin
problema alguno leyó su expresión, sabía lo que estaba pensando, sus ojos dilatados solo se lo afirmaban tal y como lo habían hecho por la tarde
en el sofá cuando se había levantado
agitada y sudorosa.

Qué más daba si estaba prohibido?
Quería saber todos y cada uno de
los pensamientos que llegaban a
esa pequeña cabecita con inocencia
aparentada.
Quería cumplir todas y cada una de las
fantasías que se le pudieran ocurrir,
además, ese es el arte de vivir.

Las reglas se hicieron para romperse, los instintos para seguirse y las almas para corromperse.

;Qué más daba si sus labios estaban
prohibidos? Los quería probar
;Qué más daba si su cuerpo no estaba
permitido? Lo quería tocar.

Prefería terminar en el infierno a ir al
cielo sin su piel poder palpar, además
de que sabía que no solo era un deseo
carnal.
Ella era su fruto prohibido.

-Dime Jennie, ;A qué tipo de sueño te
refieres?- Dijo Lisa sin apartar sus ojos
de los de ella, pero Jennie no le sostuvo la mirada.

La castaña bajó la cabeza y no pudo
evitar que sus mejillas se tiñeran de rosa indicándole a Lisa que estaba en
lo correcto en cuanto a sus suposiciones.

-No te hagas la tímida ahora Ruby Jane- Dijo Lisa tomando su barbilla para subir su cabeza para seguido de ello acercarse a su oreja

-Ambas sabemos a qué te refieres-
Susurró mordiendo levemente su oreja.
-Ah...Lis ¿Que haces?- Preguntó Jennie
con una risa nerviosa aferrándose a la sábana

-Basta de jueguecitos Ruby Jane- Susurró en el mismo tono ronco que antes -Sabes lo que haces, sabes jodidamente lo que provocas con tus acciones que de manera absurda disfrazas de inocente- Dijo al
tiempo en que hacía una leve caricia en
su mejilla.
-Estoy harta. Sé lo que quieres
estoy consciente de lo mucho que quieres ser tocada por mí- Le susurró mientras pasaba sus labios a lo largo de su cuello

-Sé que ansías que te lo haga iNo es así?-Dime lo que quieres o no
haré nada.

-Yo quiero todo lo que dijiste, -Quiero que me toques. Mientras sentia las manos de su hermana acariciando sus muslos.

-Quiero que me digas lo que estabas
soñando- Dijo sorprendiendo a Jennie
con el hecho de que sabía de lo que
trataba su sueño. Su tono de voz era
crudo, fuerte, ronco y muy sexy, pero su
vergüenza era mayor, pues no quería
decirle a su hermana que había soñado
que la había hecho suya sobre su cama
y la había tocado en lugares que nadie
nunca había hecho, nisiquiera ella
misma.
-Yo...No recuerdo muy bien que soñaba-
-Sé que lo recuerdas perfectamente y
quiero que me lo digas. Puedes pensarlo mientras vuelvo, y si no me dices no voy a tocarte ni un pelo ;Entiendes?- Dijo
levantándose de la cama sin esperar una respuesta.

Jennie se quedó perpleja por la actitud
de Lisa, pero ;A quién engañaba? Le
encantaba.
iVale la pena?
;Qué tipo de pregunta es esa? Claro que
vale la pena
Unos segundos después, Lisa llegó
con una caja pequeña de cartón que
contenía preservativos que la hicieron
sonrojarse al instante. La ojiverde cerró
la puerta con pestillo, cerró las cortinas
y encendió únicamente la lámpara de
noche con una luz muy tenue, para
después dejar la caja abierta sobre la
mesa de noche y volver a la cama
-Me dirás entonces? O estoy perdiendo
mi tiempo?- Dijo recostándose junto a
Jennie quien la miraba de lado.
-Yo... Yo estaba soñando que tú.tú y yo..-
Comenzó.

-Ven aquí- Dijo Lisa atrayéndola hacia su cuerpo hasta que quedó acostada sobre ella con su cuerpo entre sus piernas. Solo dime y te daré lo que quieres- Dijo suspirando pesadamente en su cuello mientras pasaba su mano desde su rodilla hasta su muslo para después pasarla rozando levemente su sexo provocando que elevara sus caderas para aumentar aquella sensación placentera, pero Lisa retiró la mano riendo al
escuchar el jadeo de frustración de la
menor.
-Soñé que me haciss tuyaLisa- Dijo
abrazándose al cuerpo de la mayor y
escondiendo su rostro en su hombro
- y me hacías llorar de placer.

-Vaya mentecita que tienes- Dijo
Lisa riendo y acunando su trasero en sus manos, acción que Jennie tomó como una invitación para comenzar a mecer su pelvis sobre su sexo provocando una fricción, pero Lisa la detuvo.

-Jen, solo necesito que me digas que
realmente estás segura. No me sentiría
bien si algún día te llegas a arrepentir-

-Lili, estoy muy segura- Dijo dejando un
besito sobre el cuello de la mayor que
provocó que todo el vello del cuerpo se le  erizara.
-Jen, la primera vez, no es
precisamente la mejor. Te dolerá y
probablemente nisiquiera logres llegar, no como en tu sueño. -Dijo rozando sus labios con los de Jennie.
-Te prometo que si tú quieres, después
te lo haré muy duro hasta hacerte llorar.
Dijo con una risita -Pero no quiero
lastimarte ahora :Está bien?- Jennie la
miró transmitiendo con sus ojos claros el deseo y cariño que sentia por ella.

-Está bien Lili-

-Está bien Lili-

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