The Aliens Runaway Omega II

22

Lew

Me desperté sudando frío, con el corazón palpitante, segura de que Nico se había ido, de que había muerto. El dolor me atravesaba. Me temblaba todo el cuerpo.Me acerqué a la puerta, aparté las cortinas y agarré al guardia que estaba más cerca.

 - ¿Qué ha pasado? -

 - ¿De qué estás hablando? - 

- ¡Nico! ¿Qué le ha pasado? - 

-Nada, Lew, - me tranquilizó el otro guardia. 

Fue entonces cuando por fin me di cuenta; el vínculo se había roto. Me tragué el nudo que tenía en la garganta, intentando calmarme, pero esa comprensión me pareció igual de grande, igual de destructiva, y supe que nunca seguiría adelante, que nunca sanaría, a menos que Nico y yo volviéramos a estar unidos. 

-Alerta al jefe alfa Soj. 

-El vínculo está roto, - logré decir. -Es hora de la subasta. - 

Se hicieron arreglos rápidamente para el día siguiente. Se corrió la voz, como siempre, con los miembros del consejo yendo casa por casa y publicando anuncios en el mercado, la casa de baños y los parques.Era la primera vez que no participaba en este asunto desde que entré a formar parte del consejo años atrás, ocupando el puesto de mi al-padre.Me habría sentido extraño si no fuera porque estaba completamente hipnotizado por lo que estaba por venir. No podía pensar en otra cosa. Sólo en Nico, en el banco, esperándome.Casi en trance pasé el tiempo, sentado y esperando en mi casa, incapaz de contemplar la posibilidad de hacer otra cosa, hasta que Versta  apareció en el umbral de mi puerta. 

-Pensé que te encontraría así, -musitó.

 -No deberías haber venido aquí, - susurré.

Se me quedó mirando un momento y luego negó con la cabeza. 

- ¿Por qué no? - 

-Porque puedo olerlo en ti.... - 

Parecía sorprendido e incluso retrocedió un paso cuando me levanté y me acerqué a él. El olor de Nico estaba allí, en su piel. Un gruñido reverberó en mi pecho mientras lo olfateaba con cuidado, siguiendo el leve rastro de su esencia.Para mi satisfacción, el olor de sus feromonas sólo estaba presente en el brazo izquierdo de Versta . Me lo tendió para asegurarme hasta que me aparté de él.

 - ¿Contento? - preguntó, con una ceja levantada. -Sólo me senté a su lado antes de venir aquí.- 

- ¿Está bien? - 

-Esta miserable,- dijo Versta . -Te quiere. - 

Se me encogió el corazón y mi cola azotó el suelo para ayudarme a calmarme.

 -No he venido a burlarme de ti, - dijo Versta . -Vine para ayudarte a distraerte por hoy. Necesitas tener la mente despejada para mañana. - 

Pensé en discutir, pero cuando nuestras posiciones se habían invertido y Versta había necesitado distraerse, me lo había permitido.

 - ¿Adónde? -

 -Primero a la casa de baños, - dijo Versta, sonriendo. -Déjame quitarme el olor de tu omega. -