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Lew

Nico se mostró tenso al principio de la cena, claramente afectado por lo que fuera que Checo le había estado contando, pero enseguida se animó cuando nos sentamos juntos. Me encantaba la forma en que se apoyaba inconscientemente en mí mientras hablábamos con los que nos rodeaban, abrazando el ambiente positivo. Finalmente, los músicos empezaron a tocar una bonita melodía mientras terminábamos de comer, y la comida, que había sido devorada en su mayor parte, se retiró para dar paso al baile.

Tiré de mi pareja hacia la pista de baile cuando empezó a llenarse de parejas. Mis brazos rodearon los hombros de Nico y los suyos mi cintura. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sacudí la cabeza, asombrado.

-Por fin estamos aquí, - susurré, acariciando suavemente su pelo con los dedos.

Se estremeció y se apretó más contra mí. La sensación de su cuerpo contra el mío me recordó nuestra primera vez. Me había deseado tanto, se había frotado y empujado contra mí, ansioso por sentir mi cuerpo, y yo no había sido capaz de reaccionar como quería, pero seguía atesorando aquel recuerdo. Era precioso para mí porque él había decidido mostrar su deseo por mí aquel día. Y ahora, no tendría el mismo problema que entonces. Ahora estaría duro para él, y me sentiría en todos los sentidos, especialmente en el interior. 

Versta  me había instruido sobre cómo hacerlo mientras Nico y Checo  hablaban. Ya acoplado a un humano desde hacía meses, conocía técnicas que jamás se me habrían ocurrido por mi cuenta y se lo agradecí .Pensar en las cosas que Versta había dicho... la sola idea de tener un acceso tan ilimitado a todas las partes del cuerpo de Nico me provocó un estremecimiento de deseo. Debió de sentir cómo mi longitud se endurecía contra él, pero no respondió.

Deslicé las manos por su cuello y sus hombros y me incliné para susurrarle al oído.

- ¿Estás listo para retirarte a las cámaras de apareamiento? -

Todo el cuerpo de Nico se puso rígido. Dio un paso en falso y se detuvo. Tardó demasiado en tragar saliva y mirarme antes de forzar una sonrisa.

 -Preparado. -

No parecía preparado. Parecía lo contrario de lo que quería. Yo me quedé quieto y le miré a la cara.

- ¿Qué ha pasado? - Le pregunté. 

Hasta ese momento, nunca me había hecho dudar de su deseo de estar conmigo.

-Nada, - gimió. -Sólo estoy nervioso. Tengo que prepararme. -

Se echó hacia atrás y, de repente, dio un par de saltitos.

-Vale, hagámoslo, - dijo, aplaudiendo con fuerza.

Sacudí la cabeza, divertido por sus payasadas.

- ¿Te sientes preparado? -

Asintió.

-Muéstrame el camino, nene. -

Nos dirigimos hacia el borde de la pista de baile, pero Versta  me cogió del brazo y se acercó a mi oído.

-Recuerda lo que te dije, - me dijo al pasar.

Otros nos dieron palmaditas y nos desearon una noche divertida mientras abandonábamos la fiesta antes de tiempo. El sonido de la música resonó por el pasillo hasta que encontramos la puerta señalada para la pareja de recién casados. Nico entró antes que yo. Le seguí y cerré la pesada puerta tras nosotros, encerrándonos en un espacio fresco y oscuro. 

Nico extendió la mano a ciegas, sin ver nada. Ya me había dado cuenta de que los humanos tenían peor vista, así que tome su mano extendida y lo conduje hasta la cama.

The Aliens Runaway Omega IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora