Nico
Estaba tan atónito que me dejé llevar por Lew durante un buen minuto antes de hablar.
-Entiendo todo este rollo del caballero de brillante armadura, - le dije, -pero conmigo no va a funcionar. -
Esperé su respuesta.Frunció el ceño. Pareció considerar mis palabras durante un largo rato antes de clavar en mí su mirada preocupada.
-No tengo ni idea de lo que estás diciendo, - dijo.
Parpadeé.
- ¿Qué? -
- ¿Qué rollo? ¿Qué es un caballero? -
Me lo quedé mirando un largo rato.
-No importa. Bájame. -
No lo hizo. Me mordí el labio.
-Lew... Te lo advierto. -
-No permitiré que camines sobre esa herida. -
Tenía la mandíbula firme, la voz profunda y firme. Traté de respirar hondo, de calmarme mientras el fastidio crecía en mi interior. Este vínculo estaba destinado a ser un apareamiento. ¿Cómo demonios iba a ser capaz de pasar tiempo con este tipo? Era un gilipollas autoritario y controlador. No teníamos nada en común, incluidas nuestras orientaciones. Pensé en mi padre, en las consecuencias de haber huido como lo había hecho. Abandonar ahora el descabellado complot sólo me acarrearía castigos que no quería afrontar, pero, de repente, no creí que pudiera seguir adelante con él... y sí, tal vez le engañé anoche, dejándole que se acurrucara a mi lado, pero había estado oscuro y hacía frío, y había estado cansado.
El cuerpo de Lew era una larga línea de fuerza y músculo justo debajo de piel y escamas frías al tacto, casi como una serpiente. Al principio, estar contra él me había hecho estremecer, y luego nos habíamos calentado juntos, llegando a estar tan calientes que yo había estado sudando.
Ahora, a medida que el cielo se aclaraba, ya podía sentir el calor del día subiendo rápidamente, la temperatura multiplicándose por minutos.Odiaba los desiertos. Las junglas no eran mucho mejores. Calientes y húmedas. Por encima de nosotros, los pájaros empezaban a piar fuerte y agradablemente, como si este lugar no fuera el infierno que yo acababa de decidir que era.Tragando saliva, intenté dar otra oportunidad a la diplomacia.
-Lew - empecé con calma. -Soy totalmente capaz de caminar. No quiero que me lleven. Por favor, bájame. -
-No. Lo siento. -
Apreté la mandíbula. Una oportunidad más.
-Si no me bajas ahora mismo, - rechiné, -te vas a arrepentir....-
-No, Nico. Esto es por tu propio bien. -
Y con eso, no pude soportarlo más.Mi cinturón negro en BJJ se hizo cargo. Agarré el brazo que me sujetaba y de repente balanceé mi cuerpo fuera de sus brazos y alrededor de él, llevándome el brazo conmigo.Antes de que Lew tuviera tiempo de lanzar más de un grito ahogado, estaba en el suelo, con el brazo en una sólida barra y mis extremidades rodeándolo, empujando con todas mis fuerzas para sacarlo de su sitio.Gritó antes de que llegara tan lejos, su corpulento cuerpo era inútil para un movimiento tan desconocido.Por un segundo, aguanté, e incluso apreté un poco el agarre antes de ceder con un suspiro y soltarlo. Se escabulló en cuanto quedó libre y se giró para mirarme, apoyándose en el brazo, con los colmillos al descubierto. Por un segundo se acercó a mí, con un gruñido en los labios, dominado por su instinto de lucha, antes de retroceder.
Durante un largo momento, ambos nos miramos fijamente, y era difícil saber quién estaba más enfadado.
- ¿Qué ha sido eso? - gruñó.
-Diez años de jiujitsu brasileño, incontables torneos y un cinturón negro. -
Ante su expresión de confusión, me encogí de hombros.
-Te lo advertí, - dije. -Te dije que me bajaras. Me faltaste al respeto. -
Sus ojos destellaron con algo brillante, furioso y arrepentido.
-Fue por tu propio bien. -
-Eso no lo decides tú. -
-Soy tu alfa... -
- ¡Todavía no! - Me quejé. -Jamás. -
Se hizo un largo silencio, los pájaros trinaban en lo alto. Su larga y gruesa cola se movía de un lado a otro con ansiedad, como un gato a punto de abalanzarse.Mis músculos se tensaron.
-No lo dices en serio. Has venido aquí...-
-Por la libertad de seguir haciendo lo que sé, - dije con dureza. -No para ser controlado por un alienígena alfa prepotente. Eso no está sucediendo. Ya no. -
Levantó la barbilla con obstinación.
- ¿Qué vas a hacer? ¿Volver a tu nave? ¿A tu gente? Estabas desesperado por alejarte de ellos.-
Negué con la cabeza, mirándole. Para ser una bestia grande y masculina, había algo casi inocente en sus ojos verdes brillantes y rasgados. Lew no tenía ni idea. Tal vez incluso simple. No parecía entender ni la mitad de lo que estaba pasando aquí, y casi me habría dado pena... si no fuera tan imbécil.
-El trato se cancela. Me vuelvo. -
Me moví para caminar a su alrededor, pero él se movió, bloqueándome.
-¿Planeas detenerme? - Le pregunté. - ¿Qué vas a hacer? ¿Arrastrarme montaña arriba y obligarme? -
Su rostro palideció y pareció flaquear ligeramente.Tras un largo momento, negó con la cabeza.
-No, - susurró. -Nunca lo haría. -
Se hizo a un lado y me dejó pasar.Sorprendido, me quedé un momento mirándole. No esperaba que cediera por eso. Pensaba que era de los que intentaban arrastrarme y estaba preparado para una pelea. Aun así, no iba a presionarle.Me apresuré a pasar junto a él, ignorando el ruido de dolor que hizo mientras me alejaba y la punzada de algo inesperado dentro de mí. Algo parecido a una pérdida.Forcé el sentimiento y seguí caminando.No parecía que estuviéramos en medio de los árboles. Pude ver dónde se adelgazaban y me dirigí en esa dirección. Una vez en campo abierto, me verían enseguida.
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The Aliens Runaway Omega II
Fanfiction⚠ Esto es una adaptación del libro "the Aliens Runaway Omega" de Sienna Sway Lew (Lewis) Llegan los humanos. Cientos de ellos. Vendrán a infiltrarse en Mukhana con sus bases, sus maquinaria, su extraña cultura y sus exigencias desmesuradas. Todo es...