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Jugyeong habia pasado los últimos días siendo la sirvienta de Lee SuHo, haciendo todo lo que él pedía en cuestiones de segundos. Se encontraba totalmente agotada tras no haber parado ni un segundo, puesto que el chico no solo le pedía que hiciera cosas por él cuando estaban en la escuela, sino que también cuando se encontraba en casa.

Ahora por fin tenía un momento de tranquilidad, caminando con Jaehyun por uno de los pasillos de Saebom High. La menor arrastrando sus pies con su cabeza cabizbaja deseando nada más que ir a dormir.

—Seguirás haciendo todo lo que Lee SuHo te pida, ¿no es así?— Soltó Jae al ver lo cansada que su hermana se mira.

—No tengo de otra... sabe cómo me veo sin maquillaje.— Murmuró Jugyeong en una voz tan baja como pudo para asegurarse de no ser escuchada por los estudiantes que estaban a su alrededor.

—Yo ya te he dado una buena opción.— Jae se alzó de hombros con sus manos en los bolsillos de su saco.

—Ya te dije que no puedes golpearlo.— Achicó levemente los ojos mirando a la chica a su lado quien simplemente soltó un bufido. —Además, crees que querrá seguir guardando mi secreto luego de que le des una paliza, ¿eh?—

—No, lo dudo.— Asintió dándole por fin la razón a Jugyeong, quien pareció aliviada por solo esas tres palabras. —Pero...— La pequeña sonrisa de Jugyeong se borró tras escuchar a su hermana sin saber sobre que la regañaría ahora. —No deberías de dejar que te trate asi. No eres su jodida sirvienta. Te ha hecho ir de un lado a otro desde que llegamos esta mañana.—

Jugyeong abrió su boca en busca de hablar pero Jae no le dio la oportunidad de hacerlo al continuar con sus quejas referentes a esta extraña situación con Lee SuHo.

—Además de eso, no se conforma con atormentarte en la escuela, si no que también has salido corriendo de casa para cumplir una de sus tantas peticiones. Esto se está saliendo de control.—

Los labios de Jugyeong se cerraron, apretando los labios hasta formar una línea recta, quedándose en silencio. Sabía perfectamente que todo lo que salía de los labios de Jae era nada más que la verdad. Y ahora que lo escuchaba en voz alta hacía sonar todo esto como una total locura. Pero, ¿qué más podía hacer? Había trabajado tan duro para ocultar su verdadero rostro y no quería que todos descubrieran la verdad.

No quería ser el centro de burla de todos una vez más.

La atención de Jugyeong fue captada por una notificación de su teléfono. Maldiciendo en su mente en el instante que miro aquel mensaje en su pantalla.

—¿Es Suho otra vez?— El rostro de Jaehyun formó una mueca de claro disgusto.

—Tengo que irme.— Murmuró la menor mientras tecleaba algo en su celular comenzando a dar pasos al frente.

Pero antes de que pudiera salir corriendo la mano de Jaehyun la detuvo.

—Habla con él, haz que este estúpido juego pare de una vez.— Soltó con su mirada seria sobre el rostro de Jugyeong.

—Lo haré.— Su mano libre fue hasta la mano de Jae, separandola de su muñeca. —Nos vemos en clase.— Sonrió levemente antes comenzar a caminar, o mejor dicho correr por el pasillo.

Jae se quedo parada en el pasillo mirando a su hermana correr como si no hubiera un mañana. Realmente estaba poniendo todo de sí misma para que SuHo no dijera nada.

Un quejido se escuchó en el pasillo. Al fondo, al inicio de las escaleras, Jugyeong habia chocado con SeoJun.

—Oye tú!— Exclamó el chico con molestia por el reciente golpe que recibió cuando la cabeza de Jugyeong se estampo contra su pecho.

Second Lead • Han SeoJun [Edited]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora