𝑰 𝒂𝒎 𝑺𝒂𝒎 ~ 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒊𝒏

3

Jeongin presionó el botón con el número treinta haciendo que el asensor lo subiera a dicho piso.

Los nervios se apoderaron de él y empezó a sudar, movía su pierna de forma desesperada, y mordía sus labios ansioso.

Una notificación entrante lo hizo sobresaltarse en su lugar.

Sacó su móvil y su corazón latió con rapidez al leer el nombre de la persona que le enviaba un mensaje.

                                               Sam❣️:

                       ¿Vienes? Estoy ansioso.

Sonrió inconscientemente.

Sam estaba ansioso.

Ansioso por él.

Claro que, también era mutuo.

El timbre del ascensor le hizo saber que había llegado a su destino.

Tecleó una respuesta al mensaje antes de tocar el timbre de la puerta negra que estaba frente a él.

BabyBread 🍞:
Estoy afuera~

Tan pronto como envió el mensaje, la puerta se abrió frente a Jeongin.

Una silueta se hizo presente. Un hombre de cabellos pelirrojos le miraba con una ceja alzada, examinándolo detenidamente.

Él no era Sam. Lo sabía, sus facciones eran diferentes, atractivo, pero no era él.

-¿Yang Jeongin?- Preguntó Chan. El mencionado asintió lentamente, un poco nervioso y asustado por, tal vez, haberse equivocado de piso. Pero, estaba seguro que ese era el piso treinta. -¿Trajiste el documento de consentimiento firmado?-

-Lo traigo.- Jeongin suspiró aliviado, bueno, sí aquel tipo sabía de ello, seguramente estaba relacionado con Sam, así que, sacó dicho papel de la mochila negra que llevaba con sus pertenencias, le entregó el documento al hombre que no se había presentado y esperó a que él lo leyera.

-Está bien, esto me lo llevaré yo. Ahora muéstrame tu identificación.- La voz demandante del pelirrojo le daba escalofríos a Jeongin, sumando a su imponente porte mientras seguía viéndolo sin perder de vista ni uno de sus movimientos. El menor mostró su ID, y Chan lo tomó viéndolo por los dos lados y después asintió satisfecho. -Pasa, Sam te está esperando. Enjoy.- Le dijo para después entregarle su ID y pasar de largo dejándolo ahí.

Jeongin suspiró aliviado. Aquel hombre le había puesto los vellos de punta. "-Sólo le faltaba hacerme un chequeo corporal. -" Pensó, pero sonrió aliviado después. Jeongin entendía un poco, pues la seguridad era primordial para Sam.

Entró nervioso, y cerró la puerta por detrás.

Sus ojos veían un enorme departamento de tonos negros, cafés y blancos, cada uno contrastaba perfectamente con los muebles y el diseño del lugar.