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Todo por el

Miraba el frasco frente a mi, no sabía si era lo mejor, no quería pero debía hacerlo, debía hacer un sacrificio por mi hermano como él lo hizo por mi.

Tome el frasco y comencé a dibujar el pentagrama, cuando estuvo listo lo active, mire el fuego aparecer y antes de entrar vi a Magnus aparecer en la sala.

- Alissa, que haces - cuestiona confundido.
- todo estará bien, lo prometo - respondo y entro al pentagrama.

Lo escuchó gritar mi nombre pero solo cierro los ojos ante el dolor, apreté mis manos para evitar soltar algún grito.

Cuando estuve en Edom fui a casa de Asmodeus, no me preocupaba sabía que nadie seria tan valiente para venir aquí.

- de nuevo tu hija mía - escuchó su voz.
- quiero hacer un trato contigo padre - hablo directa.
- te escuchó - aparece frente a mi.
- si le devuelves su magia a Magnus yo me quedaré contigo - propongo.
- segura que Magnus está bien con eso - indaga.
- no importa, es mi elección hacer esto por el, así que aceptas o no - exclamo.
- pero claro que si, le devolveré su magia y tú permanecerás aquí a mi lado - acepta sonriendo.
- bien, hazlo - pido y el sonríe.

Asiente luego de unos segundos veo un gran destello salir de él.

- esta hecho hija mía - asegura.
- bien - suspiro aliviada.

Él se acerca y toma mi rostro con sus manos, siento ardor pero no me quejo.

- tan hermosa como tú madre, Anna fue una mujer extraordinaria, por eso fue la mejor candidata para traer al mundo a mi amada hija Alissa Black - habla complacido.
- es Bane, Alissa Bane - señaló soltándome mientras respiro agitada.
- tú cuarto es el mismo cariño - menciona y se sienta en su trono.

Me alejo para ir al cuarto, me miro en el espejo y veo que no hay ninguna marca de sus manos en mi rostro, suspiro aliviada.

Me senté en la cama y tome papel y pluma para escribirle a Matus y a Alec.

Magnus.

" perdóname, pero tú hiciste un gran sacrificio por mi, es mi turno de devolverte el favor, te amo y por favor no vengas a buscarme, estoy bien y mientras tú estés bien yo lo estaré igual, cuida de Alec, se que no será nada fácil para el el irme sin despedirme, te amo"
Alissa Bane.

Envié la carta, mire como se desvanecía en el fuego, tome otro papel para escribirle a Alec.

Alexander

" se que ahora no me entenderás, te pido perdón por no despedirme pero sé que no me hubieras dejado hacer esto, espero que entiendas que Magnus es mi hermano y haría todo por el, así como tú por tu familia, te amo nunca lo olvides y espero que podamos volver a vernos algún día, te amo"
Alissa Bane.

La envié, sabía que estaría molesto y triste pero Magnus, yo no podía dejarlo sufrir, esperaba poder convencer a mi padre de en un par de meses dejarme ir.

Un par de semanas pasaron con rapidez.

*Narradora*

Alec Lightwood se encontraba en el local de una bruja, buscaba contactar a Asmodeus sin traerlo directamente desde Edom.

- Alexander Gideon Lightwood - dice Asmodeus apareciendo frente a él.
- tú sabes quien soy - pregunta Alec.
- por supuesto, fue inteligente invocarme de esta forma - menciona.
- no me arriesgaría a invocar a un demonio mayor otra vez aquí, pero tengo que hablar contigo - aclara Alec.
- cómo está mi hijo - pregunta Asmodeus.
- miserable, se culpa por que Alissa esté atrapada contigo en Edom, así que por favor si alguna vez te importaron Alissa y Magnus, libérala - pide el.
- liberarla, ella se ofreció voluntariamente a quedarse conmigo por devolverle su magia a su hermano, todo por salvar al parabatai de su amante, patético - se burla Asmodeus.
- no es patético, fue un acto desinteresado - señala Alec.
- uno del que ya se arrepienten, ellos jamás habían estado separados más de un mes, con el tiempo se resentirán contigo - comenta el demonio.
- estoy aquí para evitar ese futuro - Alec interrumpe - para hacer que estén juntos otra vez - aclara.
- bien, dejare que se valla, con una condición, ustedes no seguirán siendo pareja - propone Asmodeus.
- qué - pregunta Alec.
- tú eres la fuente de todo su sufrimiento, la haces vulnerable, débil, contigo nunca alcanzará su máximo potencial - señala Asmodeus.
- te equivocas, nosotros nos amamos, no podría abandonarla - niega Alec.
- entonces me temo que permanecerán separados por la eternidad - declara el mayor.
- ella nunca lo aceptaría - aclara Alec.
- no le des a elegir, de hecho, mis hijos nunca deben enterarse de nuestro trato o se cancelará - aclara - rompe su corazón y ella volverá a casa con su hermano - indica.

Hasta el fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora