Capítulo Seis

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-Hace calor... -se quejó Ayanokouji

Horikita, el chico y yo, fuimos al lugar donde ocurrieron los hechos, pero estaba siendo un clima que daban ganas de meter tu cara al refrigerador

-El calor hace difícil pensar con claridad

-¿Puedo saber que estamos buscando realmente? -movía mi mano frente a mi cara

-Es el lugar perfecto para ponerle una trampa a Sudou, ¿y? ¿Se te ocurre un buen plan? -Ayanokouji se había quitado la chaqueta y con el cuello de la camisa intentaba dar aire

-Estoy pensando, el testimonio de Sakura nos permitió posponer la decisión, si conseguimos algo más decisivo...

-Por cierto, no hay ninguna aquí

-¿Qué cosa? -lo mire con duda

-Cámaras -mire con detenimiento el lugar, era cierto, ni una sola

-Si tan solo hubieran puesto... la pista mayor sería asegurada -me recargue en la pared y terminé sentándome en el banco

-Si hubiera cámaras esto nunca habría pasado... -abrió los ojos, igual lo hice, todo concordaba

-¿Qué pasa? -¿es idiota o se hace?... la segunda es mejor opción

-Quiero intentar algo

-Dijo que iba a llamarnos, ¿no? En serio que es algo difícil intentar con ella

-Estamos haciendo un progreso

-Si pero, a paso lento -dio palmadas en mi cabeza y entramos al salón

-¿Sakura? -la chica dio un pequeño grito y nos vio

-¿Si...?

-Buenos días

-Buenos días... -incómodo

-Buenos días Sakura, ¿es normal que llegues temprano? -deje mi mochila y fui con ella de nuevo

-Algo así...

-¿En serio? Apenas y puedo levantarme cuando suena la alarma, casi siempre Ayanokouji tiene que mandarme un mensaje de que ya está esperando el elevador para apurarme

-Porque eres demasiado floja

-Calla

-Además, Sakura, no tienes que testificar hoy, no tienes que estar tan tensa

-Si...

-Podríamos salvar a Sudou y a todos en la clase, tú lo hiciste posible -le di una sonrisa, aunque tenga cara de que no quiere hablar con nadie, es alguien gentil

-Confío en ti -aclare mi garganta

-Confíamos en ti -le di una sonrisa a Sakura

-Si quieres ayuda, pídela

-Gracias...

-No solo nosotros, seguro que Horikita, Kushida, Sudou y los demás también confían en ti

-Si... Eh, estaba pensando en algo... Tal vez no deba molestarlos con eso...

-¿Qué pasa? -pregunté, pero en eso, el teléfono de Ayanokouji sonó

-Lo siento Sakura, debemos hacer algo primero, si te parece bien, luego te escucharemos

-Si -aunque dio una sonrisa, se veía algo triste

-¿Qué hacen aquí? -preguntó uno de la Clase C, Kushida los había citado en el mismo lugar donde ocurrió el incidente, pero se nota que nuestra presencia no era la que buscaban

Protegerte (Ayanokuoji y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora