EL SECRETO DE VIENTO. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
El cielo era igual...la tierra también. Pero el ambiente era demasiado ríspido y el silencio parecía eterno. Rick Powell estaba de pie y miraba fijamente el horizonte que tenía un color grisáceo. Los árboles se mecían lentamente con el frío viento, que no cambiaba de dirección. Se volvió y esperó con la odiosa paciencia para ver qué ocurría. Tenía todo el tiempo para hacerlo, porque tiempo era lo que sobraba en ese mundo que parecía irreal. Después y sin sentir ningún cansancio, fue a sentarse en una piedra. Bajó la mirada de sus ojos color cobrizo.
¿Qué significaba ese gran hoyo por el cual estaba viajando en contra de su voluntad? Hacía tres días que había experimentado ese extraño suceso y no podía encontrar una explicación lógica para definir el hecho. Le causaba un dolor agudo de cabeza, pero casi al mismo tiempo al terminar el trayecto, se le quitaba por completo. El hombre de vestidura roja se llevó una mano a la sien y trató de recordar qué había pasado después de ese viaje insólito, pero no pudo lograrlo.
De repente, un ruido extraño le llamó la atención. Rick se fijó de dónde provenía y notó que una figura brillante se iba formando frente a él. Se puso de pie rápidamente y se escondió detrás de una gran roca. Su sorpresa fue mayúscula al descubrir que la silueta que se había materializado...era él mismo.
Crispó el rostro. ¿Qué rayos estaba ocurriendo? Se asomó con cuidado, para confirmar ese desconcertante descubrimiento. Abrió los ojos como platos al darse cuenta que no se había equivocado. ¡Era otro Rick! Analizó cada parte de su cuerpo de complexión media, el cual estaba de espaldas. Su cabello negro y lacio, con su acostumbrado corte tradicional. Tenía la misma vestimenta de tela de algodón en color rojo y en la mano derecha lucía una pulsera de hilo de algodón, que él mismo había hecho.
Pero entonces reparó en algo que le pareció increíble. Clavó la mirada en esa imagen y le pareció ver una acción que había realizado... ¡Sólo unos minutos antes! No, no podía ser posible. Entonces no le quitó la mirada de encima, porque después si no le fallaba la memoria, caminaría hacia la piedra y se sentaría. Rick estaba muy asombrado, mirando que su mellizo ahora bajaba la mirada. Se llevó una mano a la cabeza, tratando de entender lo que pasaba. No era para nada un miedoso, porque le gustaba encontrar una razón lógica a todo, pero esto se salía de contexto...de lo racional. Y si aplicaba su juicio, su otro yo, ahora vendría corriendo hacia donde él estaba oculto. En un impulso se dio la vuelta y salió corriendo como loco hacia ninguna parte.
No entendía nada. ¿Por qué de pronto había aparecido en ese mundo solitario? Rick corría lo más rápido que le permitía su cuerpo falto de ejercicio. ¡No!... ¡No! Ahora recordaba esa maldita calle húmeda y resbaladiza. Sus ojos rojos se cubrieron de lágrimas y antes de que otra imagen llenara su pensamiento, se sintió arrastrado por una corriente de energía muy superior a sus fuerzas, que lo envolvía completamente y apagaba toda su conciencia. Luego...desapareció.
Una última gota de alcohol. Will, sí...así se llamaba. Todavía no perdía la última neurona de su cerebro, pensaba él. El indigente tiró la botella de vidrio y se puso de pie con dificultad, mirando la polvorienta calle. Salió de ese sucio callejón y se dirigió a la avenida, dispuesto a pedir algunas monedas a quienes pasaran por ahí, que por cierto, eran muy escasas. Ya era de noche. ¿Cuándo había decidido vivir de esa manera? No recordaba con certeza el día. Lo único que sabía muy bien, era que necesitaba el licor para poder soportar su horrible soledad.
Todos lo habían dejado. Su esposa, hijos y hermanos. ¡Qué ingratos! Y él que había dado su vida entera para darles lo que no se merecían. Will se pasó una mano para limpiar su boca ahora sedienta. La vida era desgraciada. Sus ojos le ardieron y tragó saliva para que no se formara un nudo en la garganta. No quería llorar. Un hombre como él, no lo hacía.
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El Secreto de Viento
FantasyCuando sus ojos se encontraron con ese nuevo paisaje, Rick Powell, profesor de física, nunca se imaginó que se vería inmerso en la más increíble realidad. Su vida entera se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos. ¿Dónde estaba? ¿Qué era esa luz...