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Fiesta de bienvenida.

La vuelta a clases es motivo de festejo, las fiestas abundan por cada fraternidad y/o habitación prácticamente. Julia no es exactamente una persona de fiestas, odia el tumulto de gente, el humo del cigarrillo juntado en un cuarto, y los olores de cada persona que apestan el lugar, sin mencionar a los borrachos idiotas que se le insinúan.

—Patricia —llama a su mejor amiga—, no más de dos tragos, tienes cero tolerancia al alcohol y no tengo ganas de hacer de tu niñera hoy.

—Okay Moore, ya te pusiste en modo mamá.

—Hablo en serio Tricia.

—¿Para que me acompañas si no querías venir?

—Porque... —Atenea no ha dejado de merodearte, idiota— eres mi mejor amiga, idiota.

Llegan a la fiesta en una de las fraternidades, de las capas alfa tau imbéciles cómo las llama Julia. Quisieron reclutarla sabiendo su apellido y de quién es hermana.

Ese mismo día más temprano.

—Unete a nuestra fraternidad —una rubia tetona se interpuso en su paso, ella miró su pecho y siguió se largo— ¿Eres Julia Moore, la hermana pequeña de Max?

—Número equivocado.

—Pero si él me dió tu foto y esta definitivamente eres tú —vuelve a cortarle la pasada—, me dijo que podrías unirte a nuestra fraternidad —ella revolea los ojos— y que también te gustaban las chicas.

—Me gustan más naturales, Barby silicona. No vuelvan a molestarme ni a acercarse a mí o pinchare tus tetas artificiales.

—Que pedante.

Ella siguió su paso colocándose sus anteojos de sol, iba apurada a encontrarse con Zed, el capitán del equipo de fútbol americano que la esperaba en los baños recién bañado. Julia es bisexual y aunque prefiere más las mujeres, tiene de vez en cuándo su desliz hetero con algún chico.

—Llegas tarde —le dice él y ella levanta una ceja.

—¿Y porqué esperaste entonces? Bajate el pantalón que tengo una clase y ya vengo estresada ¿Trajiste protección?

—No me gusta usarlo, prefiero el contacto... —ella toma su cartera y sale— Hey ¿A dónde vas?

—Yo prefiero evitar el nido de enfermedades y sobre todo el embarazo, si no te cuidas no hay sexo, al menos no conmigo, que estés bien.

—¿No dijiste que estabas estresada? ¿No querías coger? Te estuve esperando —ella sin mirarlo sigue texteando en su teléfono.

—¿Quieres te que chupe el pito en agradecimiento? —él le hace un gesto de afirmación—. Si fueras mujer al menos me la pensaría. Jalatela —le hace el gesto— idiota.

—¡Perra!

<<Perra, pedante, zorra. Que bien va el día, solo quiero coger con alguien sin que complique demasiado las cosas, podría ser con el primero que se me cruce —aparece Tricia— iugh el segundo mejor —se topa con Atenea que no saluda— agh el tercero —el decano—, hoy no es mi día>>

Su día había comenzado mal y no pintaba bien, al menos pensaba despejarse un poco en la fiesta a la que Tricia la arrastró. Llegan y entran a la casa explotada de jóvenes, algunos ya algo ebrios, al entrar ve una mesa de ping pong llena de vasos rojos con alcohol y dos idiotas jugando a embocarla mientras otros igual de idiotas los alientan.

—Voy a buscar algo de beber —dice Tricia y se marcha dejándola sola.

—Que cara Moore —<<esa asquerosa voz, yo la conozco>>.

—¿Cómo conseguiste mi apellido?

—Tengo mis fuentes —Atena se encoje se hombros—. Te propongo un juego —la mira intrigada—, cada una escoge a 5 mujeres, una tiene que tener pareja, tres que se vean súper heteros y una mojigata.

—¿Y luego qué?

—Quien consiga más besos gana, y si alguna se lleva a alguna a la cama gana el juego, como evidencia le dará a la otra las bragas. Yo elijo a tus chicas y tú a las mías ¿Entras? —Mira en dirección a Tricia que conversa con un chico.

—Bien.

Estrecha la mano con Atenea y así comienza el juego. Cada una escoge sus desafíos. Nos se pierden de vista, ellas deben verificar que la otra está jugando limpio y que cumpla con lo que prometió. Van empatadas 3 a 3. Julia lo reconoce la diosa tiene su encanto y el don de seducir con la palabra.

—3 a 3 diosa griega.

—No sabía que eras tan buena jugando Moore —ella sonríe.

—¿Qué te parece si lo vamos a todo o nada? Game over, una hora para encontrarnos aquí con unas bragas —Atenea asiente— pongamos las alarmas entonces —lo hacen y se separan en sentidos opuestos, tienen que buscar a sus objetivos y ganar, pero antes Julia se dirige a Tricia—. Trish una hora y media más y nos vamos —le dice al oído.

—Él es James —presenta al chico—, James mi mejor amiga Julia Moore.

—Un gusto —le regala una sonrisa y ahora entiende porque Tricia insistió tanto en venir—, Tricia me ha hablado mucho de ti. Es un gusto conocerte al fin.

—El gusto es mío James —pellizca a su amiga en el trasero y en eso que conversan ve subir a Atenea las escaleras con una chica, quien le regala una sonrisa de victoria—. Tengo que irme.

Divisa a una de las chicas y al irse acercando ella vomita, cambia su objetivo y se enfoca en la mojigata, la encara y luego de usar todas sus armas de seducción y con tan solo media hora, logra que la chica la siga al cuarto de lavado. Traba la puerta y se besan, hasta que logra quitarle las bragas que caen al suelo, pero no quiere que ella pierda algo importante por una apuesta, no es tan cretina.

—¿Alguna vez lo has hecho? —se detiene arrodillada frente a ella guardando las bragas en el bolsillo de su pantalón— a tener sexo me refiero —La chica se ruboriza y ya sabe la respuesta—. Escucha —se para— eres hermosa, y mereces que la primera vez sea especial y no con una desconocida en este lugar, será algo que quieras recordar, será importante —le acaricia la mejilla—. Ya llegará la persona indicada, pero yo no lo soy —la besa una última vez y sale.

Con 10 minutos de sobra, tiene una sonrisa el en rostro, Atenea se coloca a su lado.

—¿Y bien? —le pregunta.

—No quiso hacerlo.

—Game over diosa olímpica —le muestra las bragas—, gané.

—¿A quién te cogiste?

—Una verdadera dama, no habla de quien toca su cama. Pero lo importante aquí es que gané, fue divertido.

—Quiero la revancha.

—Sí, pero no hoy. Ando con mi hija —la mira extrañado y ella señala a Tricia—, mi pichón hetero. Así que me voy —codea a Atenea—. Ya deja de mirarla o te voy a arrancar los ojos.

La diosa olímpica se ríe y se aleja, le llama mucho la atención la castaña ruluda y que sea hetero solo la hace más deseable, y un desafío. Pero ella tiene a una fiera de amiga y sabe que meterse con ella es provocar que Julia sea la responsable y le hará personalmente la vasectomía ella misma, sin anestesia y con sus propias manos.

Las voltea heterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora