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Las cuatro se juntan en la nueva casa de Tricia, finalmente han logrado coincidir. La dueña de casa las recibe con una gran sonrisa, el matrimonio y Julia le entregan regalos para el nuevo hogar.

—¿Qué les parece? Hay que hacerle bastante cosas —le comenta Tricia.

—¿Tiene habitaciones extra? Porque mis futuros sobrinos necesitan sus cuartos.

—Tiene tres habitaciones.

—Pequeño para cuatro niños.

—¿Quién te dijo que tendré tantos hijos Moore?

—Tendrás por las dos, porque yo no tendré hijos.

—Aún no sabés eso.

—Creeme que lo sé.

—¿Qué hay de ustedes? —le pregunta a Atenea y Sam.

—Hijos por ahora no —responde la rubia y Atenea agacha la cabeza.

—Hablaba de que tal les parece la casa.

—Está bien ubicada y aunque hay que hacerle algunos detalles se ve bastante linda —responde Atenea— ¿Puedo salir al patio? —le muestra el cigarrillo y Tricia le pasa un cenicero.

Atenea sale primero y cómo es ritual al poco tiempo Julia se suma a su lado viéndola sin decir nada, solo se coloca a su lado con una distancia entre ellas.

—¿Tu esposa sabe que quieres hijos?

—Lo sabe y le vale mierda —da una calada—. Me hice los estudios, las dos nos hicimos los estudios —la mira finalmente—, digamos que para mí no es tan fácil quedar embarazada, de las dos Sam puede. Pero tener un bebé ahora no es exactamente el mejor momento de su carrera.

—Te jode bastante ¿Verdad?

—No me hago más joven Julia y me gustaría tener hijos antes de llegar a los 40 —da la última calada cerrando los ojos y suspira tirando el humo—. Aunque no parezca es lo que más deseo. Vamos a cumplir dos años de casadas en un mes, casi 6 años juntas.

—Chicas ya está la comida —sale Tricia a decirle para que entren, Atenea voltea para entrar y Julia la frena colocando una mano en su hombro.

—Aún estás a tiempo de encontrar a alguien con tus mismas metas.

—Si llego a los 33 y no tengo hijos voy a descartar la idea —Julia niega con la cabeza ¿Cuan cegada está por una relación que hace rato no funciona?.

Entran y ambas están riendo mientras conversan, la cara de Atenea es seria, toma una panera y la coloca en la mesa sentándose, Sam a su lado intenta tomarla de la mano y Atenea coloca su mano en su regazo. La diosa griega la ama, pero está juntando algo de resentimiento, ha hecho mucho y entiende a su esposa y su carrera, sabe que ser médica es una profesión sacrificada y más ella que es cirujana pediátrica. Sí, irónicamente atiende y salva niños, pero aún no quiere tener hijos.

—Tal vez comencemos a agrandar nuestra familia con James —suelta Tricia la noticia y Atenea la mira con ojos de anhelo y mira a su esposa que traga— así que vayan viendo cosas para el bebé.

—Siempre veo cosas de bebé —dice la diosa griega y da un trago a su copa de vino— ¿Pensaron en nombres?

—Luke si es niño, nombre que nos gusta a ambos y Elizabeth si es niña.

Atenea se quedó un momento mirándola y no pudo evitar pensar en cómo hubiera sido un futuro con alguien como Tricia a su lado, con alguien que quería una familia con hijos, con una casa cómo esta con niños corriendo, con alguien que la llame mamá, con hijos con los cuáles tirarse al suelo y jugar aún vestida de traje, con una esposa que la espera feliz de verla. Julia la patea por debajo de la mesa antes de que Sam se de cuenta de cómo se ha quedado mirando a Tricia, pero ella ya no sigue teniendo un crush con ella, solo fantasea con un futuro con una persona que hubiera tenido sus mismas metas.

Las voltea heterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora