Jeon Jungkook, una figura respetada en los oscuros dominios del crimen organizado, ha emergido desde las implacables calles para convertirse en el líder respetado por las peligrosas mafias del país. Su imperio, sin embargo, se ve amenazado por una m...
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Jeon Jungkook
Una vez más, la información que me llegaba era precisa, lo que nos permitía intervenir y socavar los negocios de Han. Sin embargo, en las últimas semanas, una incógnita persistía: ¿quién estaba proporcionándome esta información? Con la ayuda de YoonGi, habíamos intentado rastrear el dispositivo que enviaba estos datos, pero resultaba ser difícil, casi imposible de rastrear. Aunque debo admitir que quienquiera que estuviera detrás de esto me estaba brindando una ayuda considerable. Gracias a eso, había logrado expandir mi territorio en el país de manera significativa.
Ahora, sin embargo, tenía que asistir a un evento anual que se celebraba en un hotel famoso, al que acudían los grandes nombres del mundo de la mafia, no solo de Corea, sino de todo el mundo. El evento era una oportunidad única para establecer contactos, negociar alianzas y, en ocasiones, resolver disputas. Aunque la atmósfera siempre estaba cargada de tensión, era un escenario en el que cada movimiento podía significar un avance o una traición.
Con los chicos a mi lado, me adentré en el bullicioso salón del hotel, donde las conversaciones se entrecruzaban y el humo de los puros flotaba en el aire. Reconocí a varios rostros conocidos, líderes de otras organizaciones criminales con los que había tratado en el pasado, algunos como aliados y otros como rivales.
Entre los murmullos y las miradas furtivas, mi objetivo era claro: fortalecer nuestras alianzas, detectar posibles amenazas y, si era necesario, enviar un mensaje claro de que mi organización no toleraría ninguna interferencia en nuestros asuntos.
Mientras avanzaba por el salón, mantuve los sentidos alerta, consciente de que cualquier paso en falso podría tener consecuencias graves. Pero también sabía que, en este mundo de sombras y secretos, la información era el arma más poderosa, y estaba decidido a descubrir quién estaba detrás de las filtraciones que tanto me beneficiaban.
Mientras conversaba con algunos miembros de la mafia italiana, algo llamó mi atención, o más bien alguien. Vi a Han entrar por el umbral del evento, con quien pensé que era Jiwon a su lado. Sin embargo, cuando nuestras miradas se encontraron, supe de inmediato que no era Jiwon, sino Ji Yeon. Un escalofrío de rabia recorrió mi cuerpo. Intenté volver a la conversación, pero me resultaba imposible concentrarme sabiendo que ella estaba allí.
A pesar de mis esfuerzos por mantener la compostura y continuar con la charla, mi mente no dejaba de dar vueltas. ¿Qué hacía Ji Yeon aquí? ¿Cómo había llegado a estar en brazos de Han en un evento como este? Las preguntas se amontonaban en mi cabeza, pero no podía encontrar respuestas. Por un momento, me sentí tentado a confrontarla allí mismo, pero sabía que no era el lugar ni el momento adecuado. Sin embargo, la tensión en el ambiente no hizo más que aumentar a medida que ella y Han se acercaban al grupo en el que yo estaba.
