Duality's Embrace

[CAPITULO LIII]

CAPITULOS FINALES

Kim Ji Yeon

No podía explicar cómo me sentía en estos momentos. La sensación de no querer existir me abrumaba, y el dolor en mi corazón al descubrir cómo fui concebida había sido un golpe devastador. Ahora, todo tenía sentido: el constante sentimiento de rechazo por parte de mi padre y por qué nunca parecía aceptarme. Era como si mi propia existencia estuviera marcada por un oscuro secreto que finalmente había salido a la luz. 

Ambas llorábamos, mi madre tratando de acercarse mientras yo me alejaba. Sentía una mezcla de emociones abrumadoras: el dolor, la tristeza, pero sobre todo, una sensación abrumadora de culpa. Quizás habría preferido no saber la verdad, porque ahora la carga de ese conocimiento pesaba sobre mí como una losa. No era mi culpa, pero aún así, el sentimiento de no merecer existir, o más bien, de que nosotros no mereciéramos existir, me consumía por dentro.

La razón de nuestra existencia, Jiwon y yo, ahora se revela bajo una nueva luz. Aunque somos hermanas, el descubrimiento de que nuestro padre no es el hombre con quien crecí ha sacudido mi mundo por completo. Resulta que mi verdadero progenitor es un despreciable individuo que abusó de mi madre, una pesadilla viviente que secuestró y sometió a mi madre a lo impensable. De ese abuso, nacimos Jiwon y yo.

Mi madre, a pesar del horror que enfrentaba, decidió no abortarnos. Su corazón de madre no podía permitirse tal opción, incluso teniendo el derecho debido a las circunstancias. Su negativa enfureció a mi padre, quien comenzó a dudar de ella. Sin embargo, su amor por mi madre y su familia prevaleció. Aunque tuvieron dos hijos juntos, el vínculo entre ellos y el amor que se profesaban los mantuvo unidos. A pesar de ello, mi padre insistió en la adopción cuando supo que íbamos a ser gemelas. No podía soportar la idea de tener una hija que le recordara constantemente su fracaso al no proteger adecuadamente a mi madre, y ahora se enfrentaba a dos.

La confesión de mi "padre" nos dejó a mi madre y a mí completamente atónitas, especialmente porque ella no tenía ni idea de la decisión que había tomado en aquel entonces.El día del parto, mi madre sufrió un desmayo tan grave que tuvieron que realizarle una cesárea de emergencia. Después del parto, mi padre le solicitó al médico que, al despertar, le informara a mi madre que solo una de las niñas había sobrevivido, haciéndola creer que era yo. Respecto a Jiwon, mi padre tomó la decisión de entregarla para que fuera adoptada por otra familia. A partir de ese momento, perdimos todo contacto con esa niña. Lamentablemente, su destino no fue el mejor, y hoy es una mujer marcada por el odio y el resentimiento.

y entonces ambas crecimos apartadas, en diferentes mundos.

El sonido del golpe resonó en la habitación cuando la mano de mi madre se estrelló contra el rostro de mi padre.

- ¿Cómo pudiste hacer eso? - exclamó, su voz temblorosa por el enojo y las lágrimas que le embargaban.

- Lo siento, fue una decisión tomada en un momento de rabia, por no haber podido protegerte - se justificó mi padre, su tono lleno de pesar.

- Pero al menos deberías haber garantizado que estuviera con una familia adecuada - intervine, mi voz cargada de tristeza. Sentía un profundo pesar por Jiwon; después de todo, ella era mi hermana, y me entristecía pensar que no había recibido el amor maternal ni el de una familia adecuada.

- ¿Entonces, de quién nos hablaste? ¿Se trata de ella? - preguntó mi madre, refiriéndose a la historia que les había relatado el día que los vi.

- Sí, es Jiwon, la mujer de Han que los tenía secuestrados - expliqué, y mi madre casi cae de la impresión, pero mis hermanos la sostuvieron y la sentaron en un sofá.

- ¿Y dónde está ahora? - intentó levantarse, pero no la dejaron.

- Bueno, la verdad es que no sabría decirte. Supongo que, como Han ha muerto, tal vez huyó - respondí insegura mientras observaba a Taehyung, quien estaba investigando su paradero.

- Sí, de hecho, acaban de informarme que escapó - dijo Taehyung, apagando su celular.

Intenté hablar con mi madre con calma, compartiéndole todos los eventos que habían ocurrido desde el principio. Ella seguía resentida con mi padre por lo que había hecho. Yo me sentía confundida, atrapada en una maraña de sentimientos encontrados que no podía digerir. Las acciones de quien había sido mi padre durante todos estos años, las de mi hermana, todo se estaba entrelazando en mi mente.

Una vez que todo estuvo seguro, pudimos regresar a casa, aunque no estaba segura de si mi familia sería la misma después de todo lo sucedido. Hablé con los chicos para que, cuando Jungkook despertara, le explicaran todo lo que había pasado. Decidí volver más tarde, cuando las cosas se calmaran, para poder hablar con tranquilidad y asegurarme de que no tuviera una idea equivocada de mí al haberle disparado.

Jeon Jungkook

—Entonces, ¿todo este tiempo fue Ji Yeon quien nos proporcionó la información? —pregunté, un tanto sorprendido.

—Sí, ella nos facilitaba los movimientos de Han y también sobre los infiltrados y el ataque hacia ti —respondió Jin.

—Entonces, no estaba loco —recordé aquel día en casa de Jin, cuando percibí el perfume de Ji Yeon—. Ella estuvo contigo ese día.

—Sí, vino a verme porque sabía que si hablaba contigo, te pondrías terco y no la dejarías ir.

—Qué tonta soy, podría haberla ayudado —negué con la cabeza, sintiéndome frustrado.

—Tal vez es igual de terca que tú, y también quería proteger a su familia, no solo a ti, Jungkook

 —asentí, comprendiendo que ella también se preocupaba por sus seres queridos.

—Pero, ¿está bien? —pregunté preocupado mientras intentaba levantarme de la maldita cama.

—Dentro de lo que cabe, sí. Tal vez esté un poco afectada por la noticia de su nacimiento —fruncí el ceño, sin entender a qué se refería.

—¿De qué hablas?

—Eso le corresponde a ella decírtelo. Solo te diré que seas comprensivo. Ella prometió venir cuando estuvieras bien y supieras lo que te conté —me tranquilizó que Ji Yeon aún estuviera dispuesta a venir después de lo sucedido.