[CAPITULO XLVI]

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Kim Ji Yeon



Los 20 minutos transcurrieron velozmente, y aunque intenté indagar más sobre la conexión entre Jiwon y mis padres, no logré obtener mucha información. Solo pude compartirles algunas pistas, dejando claro que habría una explicación más detallada en el futuro.Una vez de regreso en la ciudad, le pedí a Han, con todo el tacto que pude reunir, que no maltratara a mi familia. Sin embargo, sabía que en este mundo nada venía sin un precio.


La conversación con Han había sido directa y sin rodeos, y sus palabras resonaban en mi mente mientras me preparaba para llevar a cabo su pedido. Era evidente que quería infiltrar gente en el territorio de Jeon, una tarea arriesgada pero que podía fortalecer nuestra posición.


- ¿Quiere que infiltre gente en el territorio de Jeon?- Traté de confirmar su petición, necesitaba estar seguro de lo que se esperaba de mí.


Su respuesta fue breve pero contundente: -Sí, ve y haz lo que sea necesario para poder ponerlos ahí, y no quiero errores-


Con una reverencia, asentí ante sus palabras y me retiré, ya con la mente en la misión que tenía por delante. Había obtenido más poder y responsabilidad, pero también sabía que debía actuar con cautela. No podía permitirme confiarme en la aparente generosidad de Han. Mi próximo paso sería prevenir a Jungkook, asegurarme de que estuviera listo para cualquier eventualidad.



Convincentemente, preparé al personal que se encargaría de la investigación previa antes de infiltrarlos en el territorio de Jeon. Sabía que era crucial ganar su confianza y asegurarme de que comprendieran la importancia de su tarea. Sin embargo, mientras llevaba a cabo esta tarea, mi mente divagaba en cómo reaccionaría Jungkook al verme de nuevo. Recordaba lo terco que podía ser y el peligro que representaba para mí. ¿Qué pasaría si decidía retenerme de nuevo? No podía permitirme correr ese riesgo.


Entonces, una idea surgió en mi mente. En lugar de centrarme en Jungkook, debía pensar en alguien más, alguien que podría ayudarme a manejar la situación si las cosas se complicaban.



"Jin" -susurré,  mientras me dirigía con un auto asignado hacia una parte específica del territorio de Jungkook. Era crucial no dejar rastro de mis movimientos, especialmente considerando que Han podía tener rastreadores en los vehículos.


Con sigilo y cautela, logré llegar a su casa sin ser detectada. Entré con cuidado, asegurándome de no salir de los puntos ciegos de las numerosas cámaras de seguridad que vigilaban tanto el interior como el exterior de la mansión. Exploré la primera planta en busca de alguna señal de su presencia, pero no encontré a nadie. Decidí subir las escaleras y registrar las habitaciones, pero aún así no encontré a nadie.


Fue entonces cuando escuché su voz proveniente de la terraza. Avancé con cuidado hacia allí, pero al parecer, él notó mi presencia antes de que pudiera acercarme lo suficiente. Se giró rápidamente y me apuntó con un arma, lo que me obligó a levantar las manos en un gesto de rendición.



Jeon Jungkook


Mientras me dirigía a casa de Jin para discutir las nuevas inversiones con los canadienses, mi mente estaba enfocada en los detalles de la reunión. Al llegar, me informaron que Jin estaba en la terraza, así que me encaminé hacia allí. pero cuando me acercaba un aroma familiar inundó el aire, un sutil perfume a vainilla que me dejó perplejo. Instantáneamente, supe que Ji Yeon estaba cerca. ¿Qué hacía ella aquí? Mis pensamientos comenzaron a girar frenéticamente, tratando de encontrar respuestas a esta repentina presencia.


Con paso apresurado, me acerqué a la terraza, donde el aroma parecía ser más fuerte. Mis sentidos estaban alerta, preparados para cualquier sorpresa. Pero al abrir la puerta, la decepción se apoderó de mí al descubrir que no estaba allí. 


Me estaba volviendo loco, ¿acaso? No podía apartar de mi mente el pensamiento de ella, y ahora hasta su aroma parecía seguirme desde aquella noche en que la hice mía. Dejé escapar un suspiro, tratando de mantener la compostura mientras saludaba a mis hermanos.


-Hasta que llegas pensé que nos dejarías plantados- bromeó Taehyung, con una copa de vino en la mano.


-No sean exagerados-respondí, tomando asiento en uno de los sofás. Miré a Jin, quien no había dicho una palabra y parecía sumido en sus pensamientos, lo que me intrigaba-¿Qué te pasa?- pregunté, alzando una ceja.


-Nada, solo algunos asuntos que debo resolver-soltó un suspiro y se sentó cerca- Pero hablemos primero sobre los canadienses- Asentí, aunque mi mente aún divagaba en la posibilidad de que Ji Yeon hubiera estado aquí. Pero, ¿Qué estaría haciendo ella en este lugar?-




Duality's EmbraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora