[CAPITULO L]

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Kim Ji Yeon


Sabía que si seguía por este camino, perdería el control y podría revelar todo, pero debía contenerme o arruinaría todo lo que he construido. Intenté apartarme de él, pero no me lo permitía; me tenía firmemente sujeta. Aunque me sentía reconfortada en sus brazos, gracias a su calidez, necesitaba alejarme.


- Jungkook, por favor, déjame ir - rogué, pero él negó con la cabeza y me sujetó más fuerte.- Solo un poco más - susurró cerca de mi oído, su cálido aliento me estremeció.


Unos momentos de silencio se extendieron entre nosotros antes de sentir su agarre aflojarse gradualmente. Al apartarme de él, noté que también se distanciaba.


- Ya deberías irte - insté, decidida a continuar mi camino, pero él volvió a detenerme.- Una cosa más - murmuró a mis espaldas, su voz resonando en el aire invernal. Esperé en silencio, anticipando sus próximas palabras. Entonces, lanzó una pregunta inesperada: - ¿Estuviste hoy con Jin?


La sorpresa se reflejó en mi rostro. ¿Cómo podía saberlo? ¿Acaso Jin ya le había informado? ¿O había sido él quien me había visto? 


- ¿Por qué debería estar allí? - respondí, tratando de mantener la compostura. - No tengo permitido cruzar sus fronteras, y si lo hiciera, sería descubierta fácilmente, ¿no crees? - lo miré directamente, intentando proyectar seguridad en mis palabras. Él guardó silencio, como si estuviera reflexionando sobre mi respuesta, pero sin detenerme, continué mi camino, dejándolo atrás. Esta vez, no hizo ningún intento por seguirme.


Al llegar al bar, informé a Winter sobre los encargos que me había pedido, asegurándome de que todo estuviera en orden para que pudiera irse a descansar tranquila. Yo también me dispuse a retirarme, pero mi mente aún estaba ocupada por él. Sus palabras, su aroma, su presencia, todo seguía rondando en mi cabeza, impidiéndome encontrar paz incluso en el descanso.



///...\\\


Con cada día que pasaba, los hilos del destino se entretejían más densamente entre Han y Jeon. Sin conocimiento mutuo, ambos líderes maquinaban planes para minar la influencia del otro en el mundo del crimen. Mientras tanto, Ji Yeon actuaba como un puente entre los dos mundos en conflicto, suministrando información crucial a Jeon, claro sin que este supiera que era ella.


A medida que el tiempo avanzaba inexorablemente, el día del enfrentamiento final se acercaba con paso firme. Los movimientos en las sombras, las intrigas y las traiciones, todos convergían hacia un punto crítico. Jeon se preparaba para contrarrestar los movimientos de Han, aprovechando cada pieza de información que de manera indirecta Ji Yeon le proporcionaba en secreto. 


Los infiltrados en los territorios de Jeon y en los de otros líderes criminales trabajaban diligentemente para influenciar y manipular a la gente de Jeon, sembrando semillas de discordia y desconfianza. Sin embargo, gracias a las advertencias previas, los seguidores de Jeon actuaban con astucia, aparentando estar de acuerdo con los infiltrados mientras en realidad mantenían su lealtad firme hacia su líder.

Cada movimiento de los infiltrados era meticulosamente observado y contrarrestado por los leales a Jeon, quienes aprovechaban la información privilegiada proporcionada por Ji Yeon para anticipar y neutralizar los intentos de subversión. 


///...\\\


Kim Ji Yeon


Acabábamos de tener una reunión con Han, donde supuestamente se acordó el día en que llevaríamos a cabo el gran golpe hacia Jungkook. Aunque debía asegurarme de que fuera no fuese mentira, ya que aún no confiaba del todo en que Han me dijera toda la verdad. Por ello, agradecí a Taehyung, quien me proporcionó unos micrófonos para instalar en la oficina de Han, de esta manera podríamos estar al tanto en caso de que sus palabras no fueran verídicas.



Mientras me dirigía hacia mi encuentro con Jin y Taehyung, un grupo de hombres me interceptó y me arrastró a la fuerza hasta una camioneta. Mis súplicas por respuestas cayeron en oídos sordos, y el silencio persistió durante el trayecto. La incertidumbre se apoderaba de mí mientras avanzábamos hacia un destino desconocido. Finalmente, llegamos a un lugar apartado en medio del campo. Descendí de la camioneta y, poco después, un automóvil familiar se aproximó: era Jiwon.


-¿Se puede saber qué quieres ahora?- pregunté con cansancio, ya acostumbrada a sus comportamientos amenazantes. Parecía que cada vez que nos encontrábamos, me recordaba su capacidad para hacerme daño- ¿me mataras?


-No sería divertido si solo te matara-respondió, apoyándose despreocupadamente en el capó del automóvil.


-Entonces, ¿por qué me has traído aquí?-inquirí, sin comprender sus motivaciones pero consciente de que debía mantenerme alerta ante cualquier posible peligro.


- Estás haciendo cosas que no me gustan y que Han debería saber - dijo ella con una mirada desafiante.


- ¿Y qué son esas cosas? Porque no hago nada más que servirle a tu querido esposo - respondí, tratando de ocultar mi inquietud.


- No me creas idiota, sabes bien a lo que me refiero - dijo en tono enérgico, claramente molesta.


- ¿Te refieres a que soy mejor en cuestiones de ayudarlo en los negocios y que tú solo le sirves en la cama? - dije, lamentando mis palabras al instante, pero ya era demasiado tarde para retractarme.


-Soy mejor que tú en todos los aspectos, lo único que lograste fue arruinar mi vida - me espetó con ira.

-No tengo la culpa de tus estúpidos errores. Si no hubieras traicionado a Jeon, nunca habríamos cruzado caminos - respondí, manteniendo la compostura.

-Jeon no es más que un necio que cree dominar el mundo, pero eso pronto cambiará - sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa, revelando sus oscuros planes junto a Han.

-¿Cómo puedes hablar así de alguien que te amó sinceramente y anhelaba un futuro a tu lado? - reclamé, tratando de entender su perspectiva.

- No me interesa tener una familia maldita - su voz resonó con rabia y desprecio -. Nunca la tuve, y Han es todo lo que me importa - se acercó a mí amenazante, con una mirada llena de desafío - ¡Y tú no me lo vas a quitar!



Duality's EmbraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora