Capítulo 20

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Desperté, pero no por la alarma o los rayos del sol, sino porque sentí sus labios sobre mi rostro. ¿Esto no es un sueño? Bueno, si lo es, no quiero despertar.

—Buenos días, dormilona—murmuró contra mi oreja, haciéndome sonreír por las cosquillas que me provocó.

Abrí mis ojos poco a poco, deseando que cada mañana al despertar pudiera ver su hermoso rostro.
Él acariciaba con ternura los mechones rebeldes de mi cabello.

—Levántate, preparé el desayuno

—¿Preparaste el desayuno? No lo puedo creer, pensé que un hombre como vos no cocinaba.—bromeé divertida mientras me sentaba en la cama, ya que en la mesita de luz estaba el desayuno que él preparo y me lo trajo.

—No olvides que soy padre y tengo una nena de casi 3 años a la que aveces tengo que hacerle de comer.— arqueó una ceja divertido, comiendo una tostada y tomando su café.

Cierto que anoche me contó que aveces Sofía y él quedaban solos por varios días hasta que Daniela se decidía a aparecer. Pensándolo, las pocas veces que lo vi en su rol paternal, lo hacía muy bien, con ella, él era completamente diferente a lo que es con el resto de las personas.

—Obvio que no lo olvido, aunque admito que creí que siempre alguien más cocinaba para vos.

—Hablando de Sofi, ¿que vas a hacer el sábado?— Mi corazón latía con fuerzas ante esa pregunta.

—No tengo nada planeado.

—Él sábado voy a preparar una fiesta de cumpleaños a Sofía en casa de mis padres, solamente estarán familiares. ¿Te gustaría venir con nosotros? Daniela no está invitada y ademas Sofi te ama.

—Si.— Respondí en un susurró, mi cuerpo temblaba y mi corazón latía muy fuerte que creí que iba a salirse. —¿Pero estas seguro que me queres ahí? Es decir, ¿por  que iría yo? No quisiera interrumpir un momento especial.

Vi como una hermosa sonrisa se formó en la comisura de sus labios, parecía feliz.

—Por supuesto que quiero que estés. Si no, no estaría haciéndote la invitación, además sos niñera de Sofi, podemos decir que asististe para darme una mano con ella y ya esta. Será un día lindo y especial para todos.

No quiero preguntar que significa todo esto, ni tampoco seguir cuestionandolo y presionandolo. Solo voy a dejar que todo fluya y que el tiempo decida que pasará.
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Llego sábado, elegí un atuendo ni muy formal, ni tampoco informal, considero que se ajusta a la ocasión y me hace sentir sexy sin mostrar nada y muy segura de mi misma.

Mi cabello lo dejé suelto, con ondas suaves que caen sobre mi espalda, me gusta como se mueve cuando camino y para el maquillaje, algo ligero para no cargar tanto.

Santiago paso por mí y ahora nos encontrábamos en la casa de sus padres, no había nadie todavía así que estábamos trabajando juntos en la decoración para la fiesta. Yo lo ayudaba a inflar globos y los colgabamos en las paredes y techo. En el ambiente se podía sentir la emoción y alegría, ya que Santiago estaba celebrando una fecha importante para él.

A medida que continúabamos decorando, no podía evitar sentirme agradecida por que él me hizo parte de este día tan especial.

—Estas hermosa.— me abrazo por detrás y beso mi hombro.

—Gracias, vos también estas guapísimo— me gire y le di un beso rápido. —Creo que ahora sí, todo esta listo.

Dulce tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora