No paso ni media hora cuando escucho el timbre sonar. Me levanto a atender y es él.
Al verme, me toma con ambas manos el rostro y estampa sus labios junto a los míos.
—Te necesito demasiado— Confiesa, acaricia mi cuerpo delicadamente sorprendiéndome aún más.
Corta el beso y me toma entre sus brazos llevándome escalera arriba hacia mi habitación, me deja en mi cama y me ayuda a desvestirme con paciencia, mi entrepierna ardía por su atención, su tacto parecía quemarme y mi mente me decía que parara, que hasta hace unas horas estuvo dentro de otra mujer que no era yo.
—Santiago— gemí ante sus besos en mi abdomen, quería detenerlo pero solo me estremecí cuando su lengua se apoderó de mí intimidad, arquee mi espalda soltando jadeos ante las maravillosas sensaciones que me hacía sentir.
La vista era digna de grabar en mi memoria, él desnudo con su cabeza entre mis piernas mientras mis manos agarraban su cabello y mi boca no paraba de soltar halagos de lo mucho que me gustaba lo que hacía, de estar pidiendo más y más.
Cuando estaba apunto de llegar al orgasmo se separo, subiendo nuevamente a mi boca y apoderándose de la mía, dándome de probar mi propio sabor, con delicadeza acomodó su miembro y despacio se deslizó en mi canal. Sus embestidas fueron diferentes, no sabía que pasaba pero parecía disfrutar sentirme, me veía como queriendo atesorar este recuerdo. Y eso comenzaba a asustarme
No dejaba de besar mis labios y de tocar mis piernas, mi abdomen y mis tetas, mi cuerpo acoplado al suyo recibiendo el placer tan lento. Me sentía perder en la nube de placer, todo parecía fantasioso, él nunca había sido así. Siempre era agresivo y ardiente.
Me gustaba ambas versiones, debía admitirlo.
—Santiago— gemí cuando las oleadas del orgasmo arrasaron con mi cuerpo.
—Emilia— Soltó un gemido al llegar al orgasmo, su esencia tibia me llenó el canal y mis piernas envolvieron su cadera reteniendolo a mi, queriendo que se quedara por siempre en el mismo lugar. Quería tener a este hombre y poder decir que era mío y no solo un fugaz momento.
Esto era como un pantano que cada vez se volvía más profundo, más peligroso y sin ninguna salida que no fuese ahogarse en él.
Giró nuestras posiciones dejándome descansar sobre su pecho, su corazón estaba acelerado y su respiración poco a poco se regulaba. Cerré mis ojos sintiéndome bien, queriendo quedarme por mucho tiempo acá y no enfrentarme a la realidad.
Lamentablemente de mi cabeza no salían aquellos gemidos que hicieron que mi corazón se oprima.
—Te la cogiste.—murmuré
—¿Que?— Pregunto confundido levantando mi rostro para que lo mirase.
—A tu mujer, te la cogiste.
—Ajá, termine de hacerlo— murmuró besando mi hombro. Sonreí a medias y mi corazón latía a mil al escuchar eso.
—Soy mujer de otro— Lo provoque. Sentí su cuerpo tensionarse. —Así como vos hombre de otra.
—¿No te das cuenta, linda? —sus dedos jugaban en mi espalda baja.
—¿Que cosa?
—En como estamos dejándome pertenecerle a otros para pertenercernos a nosotros. Solos mirános, no podemos parar esto que empezamos.
No quería ilusionarme, sentía miedo mezclado con pizcas de emoción por sus palabras.
—Pero vos estuviste con ella, los escuché y...— su pecho vibró y una suave risa salió de sus labios.
![](https://img.wattpad.com/cover/362966794-288-k945775.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Dulce tentación
Ficção AdolescenteEmilia, tras la pérdida de su madre, se enfrenta a dificultades económicas mientras cuida de su hermana menor. sin darse cuenta se ve envuelta en una encrucijada de sentimientos, una tentación que sobrepasa los límites.