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Quería estar acorde, simular no ser un interesado y claro, que unas cuantas tarjetas de crédito podían facilitar eso, compro prendas de diseñador, zapatillas cómodas pero claramente caras y una glamorosa valija que prácticamente gritaba "Tengo dinero" probablemente cuando vuelva del viaje el grito sería más "Tengo dinero que pagar" pero lo único importante era sorprender a sus futuros suegros.

Cuando el sonido de la bocina se escuchó fuera de su modesta casa en un barrio de clase media, salió en todo su esplendor cargando sus pertenencias. El chófer de la limusina bajo para abrirle la puerta. Lo primero que encontró al subir fue la mirada aburrida de su pareja - Oppa... ¿No crees que es demasiado? – Por supuesto que le molesto ese comentario, pero se limitó a sonreír para luego besar obligatoriamente esos labios repletos de gloss pegajoso – Ups lo siento –

Si quieres más besos... deja de usar esa cosa – le dijo limpiando con su pañuelo Dior sus labios. Ya hacia un tiempo Annie había dejado de insistir con besos, lo cual en cierta forma extraña le agradaba.

Pero te quedaras sin excusas – respondió su pareja demasiado divertida por el hecho de que casi no tenían contacto – En fin... cuando volvamos tengo un compromiso –

¿Puedo preguntar cuál? Me gustaría que tus padres nos vean juntos – para Kyuhyun la confianza ya superaba los limites, claro que sabía de los amantes de su prometida, pero soltarlo a si... frente al chófer de la limusina era demasiado - ¿Te sigues viendo con ese perdedor? -

Mi amado futuro esposo no estés celoso, sin embargo ese perdedor me hace gritar en la cama – le respondió la chica aburrida, para luego pasar su mano sobre la pierna de Kyuhyun - ¿Quieres desafiarlo? Podemos subir el vidrio e intentarlo –

Vas a arrugar mi ropa, estuve toda la mañana planchando para que se vea perfecta – alejo la mano de la chica, para mirar por los cristales polarizados como dejaban atrás la ciudad para dirigirse a ese aeroparque privado que tenía la familia de su novia.

Eres tan aburrido – Kyuhyun ni siquiera la miro cuando saco de su mochila elegante una botella de jugo de mora, debido a su nerviosismo no había desayunado. Ambos escucharon el sonido estruendoso de un auto deportivo, la ruta por la que viajaban era de una sola mano, por lo que el auto negro hizo una maniobra demasiado osada para ubicarse delante de la limusina, obligando al chofer a frenar de una forma un poco violenta. El jugo de mora fue derramado sobre la camisa blanca de Kyuhyun.

No puedes ser tan estúpido – le grito al chofer – Me hiciste manchar la camisa – su pareja intento calmarlo, pero los nervios de Kyuhyun estaban por las nubes.

Lo siento Joven Kyuhyun, el auto delante me obligo a frenar así –

¡Señor Cho! para la servidumbre – exigió, totalmente enojado.

Oppa cálmate, mis padres siempre llegan tarde... apuesto que tienes otras camisas para cambiarte – la chica se acercó al asiento delantero y puso una mano en el hombro del chófer – Señor Park disculpe a mi novio, está un poco nervioso por conocer a mis padres –

Cuando la limusina freno, ni siquiera espero que el chófer le abra la puerta, simplemente bajo y le saco de una forma un poco violenta su equipaje – Annie ¿dónde está el baño? – pregunto apurado.

Al final del pasillo – le dijo su pareja, entonces comenzó una caminata. Debido al peso, no le quedó otra que terminar arrastrando su valija, tuvo que desechar sus planes de devolverla cuando vuelvan del viaje, abrió la puerta del baño y se llevó la sorpresa que ya había alguien.

Cambiarse delante de un extraño no era algo que lo complaciera, por lo que termino por ubicarse al lado del sujeto en los orinales para hacer lo mismo, el sujeto tenía más o menos la misma altura que Kyuhyun, sus cabellos negros se veían revueltos, como si recién se despertara y un horripilante delineador negro manchaba esos ojos rasgados. Creyó ser disimulado, ese perfil se le hacía conocido, no tenía ni la menor idea de dónde. Sus ojos se concentraron en la persona a su lado, tenía una mano apoyada en la pared y con la otra sostenía su miembro mientras orinaba - ¿Acostumbras ser tan disimulado? – esa voz... tan grave, con demasiado textura le genero una ansiedad descomunal.

El precio del éxitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora