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Por primera vez en años, lo despertó el sonido irritante y chillón de la alarma. Boss gruñó con sus ojos cerrados, estirando la mano para callar la maldita cosa con un golpe. Ahora recordaba cuál era la razón por la que siempre despertaba minutos antes de que sonara.

Un corto gimoteo y un peso extra sobre su pecho hizo que abriera sus ojos, pronto todo su campo de visión fue asaltado por un cabello gris despeinado y revuelto en rizos. Boss parpadeó, acostumbrando sus ojos a la luz de la mañana y atrajo más al Omega a su cuerpo, quien se aferró a su costado, hundiendo la nariz en su pecho.

Era un buen día para no ir a trabajar, decidió mientras abrazaba el cuerpo del Omega. Sí, haría eso. Se tomaría el día libre, pensó mientras hundía la nariz en los cabellos de Noeul, inhalando su aroma a chocolate.

-Boss.-Una voz ronca y adormecida lo llamó y el aludido agachó la mirada a la cabecita despeinada sobre su pecho.-Me duele la cabeza.-Se quejó en un lloriqueo y Boss no pudo evitar reír.-El estómago también. Me duele mucho.-El Alfa dejó un beso en sus cabellos.

-Buscaré un analgésico para ti, déjame levantarme.-Buscó incorporarse de la cama, quitando los brazos del Omega alrededor de su torso más pronto Noeul se aferró a él como una enredadera.-Tienes que dejarme ir para buscar las pastillas.-Le recordó y escuchó un guñidito bajo.

-Entonces ya no me duele la cabeza.-Le dijo y Boss dejó ir una risita.

Noeul se incorporó, yendo a sentarse sobre su regazo. Boss miró con una sonrisa su carita hinchada con algunas marcas de la almohada. Tenía los ojos entrecerrados y somnolientos con el cabello gris alborotado totalmente.

-Te ves lindo.-Noeul sonríe, frotándose los ojos con una de sus manos, buscando quitarse los rastros del sueño de encima.

-Acabo de despertar.-Es todo lo que le dice y Boss niega, dejando caricias sobre sus muslos desnudos.

-Aún así te ves lindo.-Le reafirma y Noeul desvía la mirada, evitando la del Alfa mientras la vergüenza colorea sus mejillas de rosado. Aún no se ha despertado del todo y Boss ya le está diciendo esas cosas. Noeul lleva las manos a sus mejillas, cubriéndolas con las palmas.

-Buenos días, Boss-ah.-Se acerca a dejar un piquito sobre los labios rosados del Alfa, seguido de un beso esquimal que le roba una sonrisa preciosa a Boss y Dios, permite que así sean todas y cada una de sus mañanas.-¿No vas a ir a trabajar hoy?-Le pregunta y el Alfa niega, con las manos extendiendo caricias hasta su cintura.-¿Eso no te causará problemas?-Boss alza una de sus cejas.

-¿Quién me va a decir algo? ¿El jefe?-Le pregunta y Noeul cae en cuenta que, su esposo es su propio jefe.-No tengo ganas de ir a la oficina hoy. Después de desayunar llamaré a Nunew para avisarle.

-Deberías darle el día libre a Nu-ah también.-Noeul le dice y siente las caricias sobre su cuerpo detenerse. Se gira a ver a Boss, quién tiene una ceja alzada.

-¿Nu-ah? ¿Desde cuándo Nunew y tú son tan cercanos?-Le pregunta y Noeul aprieta sus labios, aferrando las manos a la camiseta de Boss.-¿Sucede algo?-Antes de que pueda decir algo más, tiene al Omega fuera de su regazo.

Noeul corre dando traspiés hacia el baño de la habitación y el Alfa se levanta con rapidez, siguiéndolo al escuchar lo que parece una arcada. Cuando llega el Omega está aferrado al váter mientras vomita y deja ir un suspiro, agachándose para sostener su frente y sobar su espalda.

Noeul sorbe su nariz y lo mira con ojos llorosos.

-No voy a beber más.-Boss rueda los ojos.

-Esa es la promesa vacía del borracho.-Le dice y Noeul le hace mala cara.-Iré a preparar algo de comer, date un baño y baja cuando termines, ¿bien?-Quita los cabellos grises pegados a su frente y el Omega niega con la cabeza.

Pusilánime // BossNoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora