A escasos metros advierto que se trata de una casa abandonada. Su apariencia ahuyenta a los posibles visitantes; con moho en las tablas de madera, y el polvo acumulándose en las ventanas, impidiendo visualizar su interior. Sin embargo, nada de ello le quita el aspecto pintoresco que forman las enredaderas, que suben por las tejas y le dan una segunda capa a la casa. El sonido de los pájaros se vuelve una compañía tranquila, en tanto el crujir de nuestras pisadas se unen armoniosamente al sonido de la naturaleza. Es un ambiente cautivador.
Se nota que Viktor ya ha estado antes aquí. Me hace esperar en la entrada, en tanto él fuerza la puerta trasera. A los pocos segundos ya lo tengo frente a mí, invitándome a dar un paso en su escondite secreto.
El sitio está algo descuidado. Advierto los rastros de él que hay en los sillones y muebles de la cocina; ropa tirada, migajas de comida y una que otra boleta suelta.
—¿Qué te parece? —pregunta algo impaciente.
Le doy un segundo vistazo a los rincones, deteniéndome en los cuadros de pintura abstracta y menajes antiguos. Dudo que algo de la decoración sea suyo, pero me atrae descubrir por qué este sitio fue de su interés. Sigo dando pasos cautelosos, buscando absorber cada pequeña parte de él. La casa cuenta con un largo pasillo decorado con cuadros de sus propietarios. A juzgar por el estado de las fotografías y los atuendos usados, esta casa debe llevar abandonada bastantes años.
—Nadie creería que has estado en un lugar como este.
—Y por eso me encanta —contesta, orgulloso del descubrimiento que ya ha hecho suyo.
Me sigue de cerca, y sin querer choca contra mi espalda cuando me quedo quieto repentinamente.
—¿Y eso? —La curiosidad me embarga al descubrir una puerta clausurada. Hay palos clavados que obstruyen el pase.
—Creo que se trata de un sótano. Nunca he intentado abrirla. Como puedes ver... no está muy fácil. Tampoco me apetece descubrirlo, deben haber ratas.
—Creo que a mí tampoco —suelto inmediatamente. De momento, es el único lugar de la casa que no me da buen rollo— ¿Dónde dormiremos? —Me doy la vuelta, quedando mi rostro demasiado cerca del suyo. Viktor sonríe con picardía ante la pregunta.
Me indica un cuarto pequeño con decoración rústica y una televisión vieja. Lo primero que roba mi atención es la amplia cama que abarca gran parte del espacio. Solo hay una, y a juzgar por el tamaño de la casa estoy seguro de que no saco nada con preguntarle si existe otro dormitorio.
Asimilo esa realidad, de que al menos esta noche dormiremos juntos. No debería ponerme tan nervioso, ya lo hemos hecho antes, aunque bajo la supervisión de Tobias y Cordelia. Y es justamente la ausencia de ellos, lo que podría hacer que esta situación desemboque en terrenos peligrosos.
De pronto, me veo expectante ante el rumbo que tomará todo esto. No sé cuánto tiempo planea que pasemos aquí, y aunque sé que será corto, imagino cómo serían nuestras vidas si pudiéramos alejarnos completamente de todo lo que nos atormenta.
Vivir apartados de la sociedad en medio del bosque, sobreviviendo solos él y yo. Dudo que papá me dejara ir, pero la idea es tan tentadora que hace que incluso fingir la muerte no suene tan descabellado. Así y todo, no creo que Viktor sea capaz de abandonar por completo sus privilegios. Odiará la fama, pero no sabe lo que es ser ordinario.
Salgo de mi ensoñación al recibir nuevos mensajes de texto. Saco el móvil del bolsillo, percatándome de que son notificaciones de llamadas perdidas y mensajes nuevos en el buzón de voz.
Nuevas llamadas se han sumado a las antiguas. Tal vez sería hora de reconciliarme con papá, ya hemos pasado mucho tiempo sin hablar. La última vez que nos vimos no quedamos en muy buenos términos, y por más que esté molesto con él, no quita que no me preocupe por su bienestar. Sin embargo, todo se queda en simples intenciones. Viktor me arrastra a la cama, asegurando que por hoy nos olvidaremos de los celulares. Que si la intención es descansar, solo lo lograremos si nos desconectamos del resto.
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Epifanía de una obra mal terminada
Mystery / ThrillerDesde los doce años, Isaac Foster ha estado obsesionado con "Vik", su cantante favorito. Fanatismo, que con el pasar de los años no ha hecho más que acrecentarse. Un día, Isaac cumple el sueño de conocer a Vik en persona. Sin embargo, con la llegada...