Art

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Llevaba en casa de Elena casi dos horas, y me lo estaba pasando tan bien que casi olvido que es exactamente igual que mi madre. Al principio estaba un poco más tímida, pero he conseguido confianza muy rápido.
-Y bien, nos has hablado maravillas de tú tú madre¿se puede saber cómo se llama?-pregunta Elena de forma animada. No puedo evitar ponerme nerviosa, se que ella no la conoce, pero aún así siento como si la expusiera tan solo diciendo su nombre. Así que opto por llamarla por un apodo.
-Se llama Kath- Respondí, sentia que esa respuesta era más que suficiente, hasta que vi como tanto las caras de Elena tanto la de Bonnie se llenaron de terror.
-¿Kath viene de Katherine?- Dijo Bonnie como con terror. Yo no tenía idea de lo que sucedía, así que respondí con naturalidad.
- Si¿por que la pregunta?- Pregunté algo extrañada. Pero termine de no entender nada con el hecho de que mi respuesta hicieran que saltaran todas las alertas de sus cuerpos ¿pero que narices? La única que parecía estar igual de perdida que yo era Caroline, cosa que me aliviaba bastante.
-Claudia ¿Cual era tu apellido?- Valee, las cosas cada vez están más raras.
-Pierce, me apellido Pierce.- A Elena se le terminó por ir el poco color que le quedaba en la cara.
-Eres la hija de Katherine Pierce.
-Si ¿que pasa con eso ?- Ellas se miraron entre sí, y como por telepatía decidieron cuáles eran sus siguientes movimientos.
-Lo siento mucho, pero creo que es mejor que te vallas- Espera ¿que? Caroline estaba igual de sorprendida que yo, y no tardo en saltar a mi defensa.
-¡Elena!¿Pero que demonios te pasa?
-Lo siento Caroline, pero es lo mejor.
Yo no quería seguir humillándome así, por lo que decidir hacer lo más inteligente.
-No os preocupéis ya me voy- dije mientras que me iba.
Caroline me siguió hasta la puerta y me paró en seco.
-Oye, lo siento mucho. No se que ha pasado ellas normalmente no son así.
-No importa Caroline, de verdad- Mis palabras no fueron suficientes ya que me seguía mirando con pena.
-¿Quieres que me valla contigo?
-No, no importa. Mejor vuelve con tus amigas.- ella dudo antes de responder.
-Está bien¿Nos vemos mañana?
Yo asentí con la cabeza y me fui lo más rápido que pude.
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No sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero en ese momento había un revoltijo de emociones flotando por mí estómago que hacía que no pudiera parar de conducir. Al salir de casa de Elena, me monté en el coche, y en vez de dirigirme hacia mi casa, me encontré a mí misma conduciendo hasta una pequeña galería de arte que hay a unas dos horas y media de distancia. La primera vez que estuve allí tenía tan solo 12 años. Estábamos ahí ya que mamá tenía una " cita" importante y ese era el lugar de encuentro. Desde el momento en el que entré quedé fascinada por aquellas obras. Fue la primera vez que me interese por el arte realmente, y desde entonces no he podido evitar convertirme en una fanática de este mismo, y aunque gracias a todos mis viajes haya visto algunas de las galerías más impresionantes que hay esta siempre será mi favorita, porque fue la que hizo que me enamorara del arte. Por mi 15 cumpleaños. Mamá me regaló una copia de las llaves de aquel local, creo que la consiguió hipnotizando al vigilante o algo así, pero lo importante es que puedo ver esas obras las veces que quiero y cuando quiera y esta va a ser una de esas veces.
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Por fin había llegado a mi destino, tengo que admitir que estaba algo cansada pero merecería la pena. Era bastante tarde, prácticamente medianoche, pero no me importó. Sabía que a aquellas horas de un miércoles no habría nadie vigilando, así que entré por la puerta trasera como años atrás mi madre me indicó y por fin puede volver a estar rodeada aquellas paredes que tanto amaba. Pero esa vez, fue distinto. Porque no estaba sola. Estaba empezando a sentir la verdadera tranquilidad cuando un ruido detrás de mí me sobresaltó y cuando me di la vuelta, crucé mi mirada con la de un chico alto, rubio y con los ojos azules más hipnotizantes que había visto en mi vida. Me quedé sin palabras, y lo único que pude hacer fue sonreír. Hasta que el chico misterioso empezó hablar.

-Siento haberte asustado, amor. Pero en mi defensa diré que no esperaba que nadie se colara en mi galería a estas horas de la noche.-¿ su su galería? Mierda.
-¿ eres tú el dueño? pensaba que lo era el señor Smith.
-Bueno, lo es de cara al público. Pero el verdadero rey aquí soy yo, he sido el que ha elegido la mayoría de estas obras.

Yo me quedé asombrada, y no pude evitar mirarle con admiración .
-Así que tú eres el responsable de todo esto esto-dije refiriéndome a que pequeño pedazo de arte.
-Así es, pero basta de preguntas hacia mí ¿qué haces aquí? no me malinterpretes, eres bienvenida solo tengo curiosidad.
Solté una pequeña risa, y no sé por qué, pero siento que puedo confiar en él, así que empecé a revelarle a un total extraño una de las historias que, por simple que parezca, es una de las que más me han marcado .
-Claro que me gusta¿ a quien no le gustaría? Este fue el sitio que me hizo enamorarme de arte. he visitado muchas galerías, pero siempre vuelvo a esta. no sé cómo explicarlo, pero tiene algo... Mágico.
Supongo que mi respuesta le había gustado, ya que había dejado sin palabras a aquel extraño que parecía tener todas las respuestas. Pero por alguna extraña razón, sabía que ese silencio no era de molestia, pues podía ver que después de unos instante de sorpresa, una sonrisa estaba por asomar de sus labios.
-Veo que se te da bien analizar lugares¿ serás tan buena analizando obras?
-¿Eso es un reto?-Cuestiones de forma divertida.
-Por supuesto que lo es amor. Mira hagamos algo, yo elijo un cuadro y tú me tienes que decir cómo se sentía el autor mientras que lo pintaba. Conozco la historia de todos estos artistas así que sabré cuál es la respuesta correcta. Si lo que consigues analizar de esa obra te gusta, o si sientes algún tipo de conexión con el autor me debes tu número de teléfono ¿ trato hecho? -casi me río de lo ridículo que sonaba, pero no pude evitar decir que sí.
-Bien, quiero que me digas lo que sentía el autor al pintar esa obra de ahí.
Yo me acerqué a la obra que él me decía. Era algo oscura, y sus inestables trazos podrían hacerte pensar que el autor era un loco de desequilibrado. Pero había algo más, hay algo en esa obra que, por motivos que desconozco siento que tienen una gran belleza.
-Creo que el autor estaba furioso. Puede que porque se sintiera confundido o traicionado, no lo sé. Pero hay mucho más .Es fácil pensar que lo único que dice esta es lo trastornada que está esta persona. Como si al autor le diera miedo mostrar como verdaderamente es e intentará camuflarse en sus defectos para que los demás no pudieran llegar a él, pero si te fijas en la base del cuadro puedes ver un paisaje verdaderamente bello. Creo que el autor muy en el fondo es una buena persona que está intentando alejar a los que le quieren solo porque tiene miedo de ser abandonado.

Veo como el chico misterioso, se queda anonadado . Y me da la mirada más profunda que nunca me han dado.
-Y bien, me dirás el nombre de nuestro artista.-el sonrío y algo avergonzado contestó.
-Lo tienes justo delante, amor. -no pude evitar morirme de vergüenza, soy tonta.
-Madre mía, lo siento mucho. Yo no sabía que tú eras... siento si te he ofendido.
-No, para nada, creo que es justo eso.
Un poco más aliviada confieso la verdad.
-Ciertamente, me gusta la historia del artista, así que...-saqué un rotulador que llevaba siempre en el bolso y empecé a apuntar mi número de teléfono en la palma de la mano de aquel chico.
-Tengo que irme ya porque es bastante tarde.
-¿ Cómo te llamas?-Me preguntó él.
-Claudia- El sonrió al instante- ¿Y tú?
- Yo soy Nick.
-Un placer conocerte Nick. Pero me tengo que volver, Mystic Falls está lejos de aquí.
-Créeme que el mundo es un pañuelo, planeaba hacer una visita hacia allí pronto.

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Dioos , Nick y Claudia ya se han conocido. Y Claudia sin querer, acaba de romper la promesa que le prometió a su madre. A partir de ahora se viene lo bueno y siento haber hecho el cap tan largo

The allure of darkness| Klaus Mikaelson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora