El Circo Morningstar | [HuskerDust]

6

"El Edificio"

Vaggie se encontraba sacando las maderas rotas y húmedas de aquel edificio abandonado, volaba de arriba a bajo con las maderas nuevas y las viejas le era fácil su trabajo gracias a sus alas. Charlie por su parte barría y limpiaba los rincones de la arquitectura. Ambas chicas cumplían con su parte, aunque les resultaba algo complicado terminar el edificio ellas dos solas, sin ninguna ayuda de un tercero de por medio.

La construcción tenía unos dos pisos y quizás en un futuro tenga uno tercero, depende de cómo la princesa lo quiera y obviamente lo vea de mejor forma para los que estarán en aquel edificio. La rubia tarareaba una canción, su favorita para ser más precisos. El ritmo de aquella melodía era tranquila... Era cómo si fuera una canción de cuna; aunque tal vez si lo sea.

Mientras Charlie estaba en su mundo, Vaggie intentaba quitarse una mancha de pintura que tenía en su mejilla izquierda que para su suerte, no pudo. No le tocó de otra que arrojar el trapo que tenía en sus manos con total frustración, tenía que esperar a que vaya a su casa para darse un baño con agua tibia, con eso sí le saldría la pintura.

–Amor– la ángel caída se acercó a Charlie, pero está no le prestaba atención estaba perdida en sus pensamientos– Charlie– llamó una, dos, tres, hasta que a la cuarta llamada la rubia por fin posó su vista en la de piel grisácea.

–Perdón Vaggie, ¿Qué decías?– dijo– Nada en especial, solo quería llamar tu atención; pero por lo visto tu mente estaba en otro mundo– cuando Vaggie terminó de hablar la contraria desvió la mirada con algo de pena– No cariño, ¿cómo crees?...

–¿Si sabes que no puedes mentirme?– dijo agarrando el mentón de la contraria, obligándola a verla, lo cual hizo que Charlie se sonrojara un poco por la cercanía que tenían– ¿Por qué tan nerviosa?– dijo Vaggie mostrando una sonrisa mientras se acercaba más al rostro de la rubia.

–¡Bien... Tu ganas!– la de piel grisácea sonrió victoriosa– Me encanta cuando tus mejillas toman ese hermoso color carmín.... Eres hermosa.

–Deja de aprovecharte el cómo me avergüenzo cuando me dices eso– contestó Charlie.

–No me culpes amor, es tu culpa por ser jodidamente hermosa. Charlie sonrió apenada por lo que Vaggie le dijo pero después de eso la del lazo rojo le volvió a preguntar– Dime ¿Hay algo que te molesta o inquieta?– se le notaba en el tono de voz la preocupación, Charlie inmediatamente negó– No, no es nada de eso, solo pensaba en este circo...– hizo una pausa– ¿Le gustará a la gente?...¿Será reconocido?.. ¿Podré encontrarlos?– dijo lo último en un susurro, uno que Vaggie pudo escuchar claramente.

–Los encontrarás, ya verás– la alentó Vaggie, la peli blanca se sabía toda la historia de los hermanos araña y su Charlie, aunque debía admitir que a veces le daba celos sobre el cómo hablaba de Anthony pero la rubia le decía que no tenía de que preocuparse, fue un pequeño interés de infancia y que ahora estaba con ella... Y eso le era suficiente.