El Circo Morningstar | [HuskerDust]

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"La Caníbal y el Demonio de la Radio"

Si hubiera una palabra para describir cómo se siente Charlie ahora, sería "Fracasada, decepcionada, enojada, estresada, triste" bueno, quizás había más de una palabra. No había pasado mucho tiempo desde que había hablado con su madre y también había arreglado las cosas con su padre. Había veces en donde hablaba con él, Lucifer apoyaba en lo que podía a Charlie, quería hacer todo por ella.

Cuando la rubia le pidió ayuda al soberano sobre buscar un socio o alguien que la ayude con el circo, él le hizo un listado de todos los demonios posibles que podían servir para el cargo pero ninguno aceptó, nadie sentía que eso podría salir adelante.

–Vaggie ya no se que hacer, hablé con todos los que están en la lista–dijo–ninguno de ellos aceptó, y no se me ocurre nadie más- su voz sonaba decaída, Vaggie acariciaba el cabello de su novia mientras volvía a leer la larga lista y notó que un nombre no estaba tachado lo que le llamó la atención.

–Amor, ¿Hablaste con alguien llamada Rosie?.

Charlie, confundida por lo que Vaggie le había preguntado, abrió los ojos y miro la lista, fue cuando se dio cuenta que jamás había hablado con ella, ni siquiera recordaba haber visto el nombre de ella en aquella lista– No, no me acuerdo haber leído su nombre cuando tachaba al resto– respondió.

La de piel grisácea le extendió la lista a la rubia y le señalo el final de la lista– Aquí– dijo.

Charlie posó sus ojos en el nombre de la lista tenía razón, el nombre "Rosie" no está tachado por lo que le faltaba ir a hablar con ella-No se que haría sin ti- le dijo la rubia a lo que Vaggie le regaló una sonrisa. Ambas chicas fueron en busca de la overlord, por lo que estaba anotado en la lista la overlord vivía en el barrio caníbal y era dueña del Rosie's Emporium, Charlie y Vaggie se dirigieron al barrio caníbal con ambos guardaespaldas de la princesa Razzle y Dazzle, no les tomó mucho tiempo llegar.

El barrio caníbal era ruidoso pero en cierta parte tranquilo, los caníbales gritaban y otros hablaban civilizadamente. Al fondo del barrio había una gran fila de caníbales, por lo que ambas caminaron hasta el lugar cuánto más se acercaban podían ver el letrero de la tienda de Rosie, habían llegado.

Entraron por la otra puerta que tenía la tienda, encontrándose con una multitud de caníbales en el vestíbulo–¿Cómo encontraremos a Rosie aquí?– preguntó Vaggie. La princesa pasaba sus ojos por todo el lugar hasta dar con una caníbal de gran sombrero color rojo adornado con dos calaveras, tres flores negras en la parte delantera con una pluma del mismo color del sombrero y una negra en la parte de arriba. Sus ojos eran completamente negros y tenía una gran sonrisa que dejaba ver sus afilados dientes blancos.