Notes | Chaesoo

Capítulo 3 - No es mala

Nunca había sido demasiado buena con los números, por eso casi estaba reprobando matemáticas y Lisa tuvo que rogarle al profesor que nos diera otra oportunidad.

Casi lloraba hasta que accedió, creo que le daba más miedo un escándalo de Lisa y tenerla como alumna un año más.

Salimos riendo del pasillo y Lisa rodeó a Jennie con su brazo. Estas dos eran increíblemente inseparables, y sonreí por eso. Separé mi vista de ellas para perderme en unos ojos verdes que me observaban a lo lejos.

Jisoo estaba masticando chicle sacando el casco de su motocicleta del casillero.

Empezó a caminar por el pasillo manteniendo su mirada en mi, haciéndome temblar. Sólo pasó a mi lado, dándome una sonrisa de complicidad.

Maldije por lo bajo por ser tan obvia y seguirla con la mirada. Cuando seguí caminando solo sentía la mirada de Jennie y de Lisa.

-Chae...

Dejé salir el aire en mis pulmones.

-¿Ella te gusta?-Jennie susurró.

Me mordí en labio.

-N-no.-balbucee y me miraron feo- No me gusta solo... creo que en serio es bonita. Además de ser una molestia de vez en cuanto.

Ellas se rieron.

-Awww, Chae puso sus ojos en la chica mala...

-Ella no es mala.-la defendí con rapidez.

Ambas sostuvieron la mirada.

-Ella no es mala...-continúe- la conozco desde hace demasiado tiempo, solo es un fastidio, es sarcástica, se burla de todo y le gusta sentirse el centro de atención.-dejé caer mis hombros- Que fume y tenga motocicleta es tonto, y para impresionar.

-Sabes mucho de ella, ¿no?-habló Jennie.

-He visto su cara todos los días por los últimos diez años, así que es lo mínimo que puedo saber.

Ellas asintieron y fueron cambiando a otros temas diferentes a Kim Jisoo.

Después de la escuela llegué a casa a cambiarme el uniforme a ropa casual y uno de mis suéters favoritos. Aprovecharé que hay frío.

-Chaeyounnnnng-llamá mi madre y empiezo a bajar las escaleras.

-¿Que, mamá?

Ella tiene el delantal puesto y hay unos huevos en el piso.

‐Corre a la tienda-casi me rogó-, ¡se va a dañar la cena!

Rodé los ojos tomando mis llaves para salir de casa e ir a la única bendita tienda en toda la zona.

Ella estaba ahí, por si puesto, hablando con un par de colegiales de primer año. Ambas chicas parecían estar embelesadas por la chica castaña clara. No las culpo, la verdad.

Fui hasta el pasillo de los huevos e hice mi fila.

Al verme, pude detectar un pequeño destello en sus ojos.

-Hasta luego, señoritas.-y las chicas se miraron confundidas- Chaeyoung-ahh, por aquí.

Y se cambió de caja porque las chicas no planeaban moverse.

Casi nunca dice mi nombre en voz alta, pensé.

-¿Que te trae por aquí? Al que te gusta se le cayeron y vienes por más.-rodé los ojos y ella sonrió- Ahí esta.-dice riéndose.

-¿Puedes cobrar los malditos huevos?-hablé.

Jisoo fingió estar ofendida.

-¿Tu puedes reírte de mis chistes?

-No sabían que eran chistes.

-Es porque no tienes sentido del humor.-tiende la mano para que deje el dinero.

Se lo dejó en el mostrador y me cruzo de brazos.

-Mi cambio.-exigí.

-Ven por el.

Entrecierro mis ojos mientras ella sonríe.

-Lo haría.

-¿Vendrías por esto?-dice dejando unas monedas en su mano.

La miró a los ojos y veo como sus dedos juegas con las monedas.

Automáticamente mi rostro se tiñe de un rojo violento y ella estalla de risa. Me da la bolsa con los huevos no sin antes escribir algo en un papel y dejarlo en la bolsa.

-Vete al diablo.-digo tomando la bolsa.

-Le mandaré saludos de tu parte-me guiña el ojo justo cuando me doy la vuelta para irme- ¡Ten un lindo día!

Y lanzo la puerta de la tienda.

Aún escucho sus risas a mis espaldas ¡Es una desgraciada! ¿Como puede tratarme como un humano decente hace unos días y hoy sigue siendo la misma idiota? ¡Agh! No debí defenderla de las chicas.

¡Esto es una jodida mierda!

En cinco meses estaré en la universidad y nunca más veré a Kim Jisoo...

Me detuve a algunos metros de mi casa.

Nunca más veré a Kim Jisoo, me repetí.

Gruñí. Ella no debía estar en mis pensamientos ¡la odio! Muero por el día en el que no se burle de mi nunca más... o eso creo.

...

Como dicen por ahí, del odio al amor hay un paso.