Notes | Chaesoo

Capítulo 0 - No me odias

Regresaba a casa esa noche después de haber tomado doble turno en la tienda, no es como si quisiera volver a casa y que mis padres me vuelvan a preguntar como me fue en los exámenes de la universidad, no estaba siendo nada divertido evitarlos.

Suspiré llegando a mi calle y vi una figura conocida temblando en la puerta de otra casa.

-¿Chaeyoung?-susurré.

Estaba saliendo vaho de su aliento y se estremecia por la brisa. Debía ayudarla.

Me acerqué a ella pero no podía notar mi presencia. ¿Estará ebria?

-¿Chaeng?-moví su hombro y sus ojos se abrieron un poco- ¿Estas bien?

Ella abrió los ojos por completo y soltó una carcajada intentando ponerse de pie.

Si, estaba ebria.

-Oh, mira a quien tengo a ti.-habló irregularmente- A la chica más bonita de tooodo Seúl, o hasta de Corea.

Me reí, era una tonta.

-Si, si. Ahora levántate bien, debes entrar a tu casa.-bromee pero ella solo se me quedó viendo.

-Realmente tu solo sabes bromear, y molestarme.-dejé caer mis hombros- Por eso nadie en la escuela te habla, creen que eres muy genial y no estas a su altura, vamos. Solo tienes una moto cool y fumas como anciano. Estas sola.

No quería pero... sus palabras de cierta forma me estaban lastimado.

-Chae...

-No, no, no. No eres mi princesa encantada, Chu.-dejé caer mis brazos- Ahora vete, yo esperaré a que lleguen mis padres y me abran la puerta...

Me cansé de sus tonterías, puse mi chaqueta por encima de sus hombros y le arrebate su llave.

-¡Hey!

-No me importa lo que digas.

Abrí la puerta de su casa y por lo visto tenía razón, sus padres no estaban. Así que puse su brazo al rededor de mi cuello y apreté su cintura para llevarla a su habitación, como si eso no estuviera a punto de volverme loca.

A tropezones con su pesado y adormilado cuerpo llegamos a la última puerta, donde al abrirla vi su linda habitación.

Tenía polaroids pegadas en su pared de sus amigas en sus salidas más lindas, a veces me preguntaba como sería eso. Tener amigas y solo ser una adolescente querida.

Que patético sonó eso.

Cargué a Chaeyoung hasta su cama y la deje ahí, o lo hubiera hecho si no me hubiera tomado por el cuello aprisionandome.

¿Que quiere esta chica ahora?, pensé.

El viento cerró la puerta, pero no pude quitar mis ojos de los de ella.

-Chaeyoung, ya estas en su cama, suéltame.

Ella negó.

-No te muevas.-me dijo.

Intenté soltarme pero de la nada ella me besó.

Me besó una y otra vez y yo estaba a tan pocos intentos de ceder que sentí que moría.

Pero ella estaba ebria, no estaba consiente de todo esto. Ni siquiera sabía que era yo a quien estaba segura de estar besando, así que después de un último besó me separé de ella.

-Quédate.-me pidió y respire.

Ella no me puede estar pidiendo  eso...

-Debo irme a casa.-murmuré, su olor mezclado con el licor y el sudor me estaba haciendo perder la poca cordura que me quedaba, ella aún me sostenia cerca acostadas sobre su cama.

No había duda que soñaría con esta imagen.

-Si te vas te odiaré más en la mañana.- rei un poco

Ella no me odiaba, no realmente.

Pero escuché las puertas de la entrada abrir y cerrarse y supe que sus padres estaban aquí.

-Algún día te besaré de verdad, Chaeng.-ella sonrió para cerrar sus ojos- Eres el ser más hermoso que haya visto jamás.

Terminé de subirla a la cama antes de quitarle los tacones y dejar un beso en su frente. Se había quedado dormida tan pronto dijo que me odiaba. Que gracioso que eso no sea cierto.

Dejé otro corto beso en su frente y abrí su ventana para salir de su casa. La miré por un momento más, estaba cansada de mirarla a distancia. Lo sentía, mi lugar estaba con ella en esa cama, con mis brazos abrazándola y cuidándola toda la noche.

Le dejé mi chaqueta antes de irme a casa, quizá así me recuerdes.

...

Ese cambio de ritmo de esta gente lo fue todo, byeee.

Espero que les haya gustadooo y gracias por leer.