Hank estaba muy intenso esta noche, así que decidí tomar la correa y llevarlo a un paseo.
-Vamos, pequeño revoltoso.-y el empezó a dar vueltas en círculos.
Baje de mi habitación y le dije a mi madre que iba a dar una vuelta.
En cuanto salí el frío de la noche me golpeó. Hablé y el vaho salió de mis labios en una ilusión del clima, sostuve la correa de Hank y empecé a caminar hasta un parque cercano.
Habían otras diez personas, vendían chocolate ahí cerca, incluso Hank alzó sus orejas cuando se dio cuenta.
Caminé hasta el puesto cuando el olor del cigarro se filtró en mis sentidos.
Jisoo estaba ahí.
Con sus piernas cruzadas, un cigarrillo colgando de sus labios y unos audífonos de casco puesto.
Parecía una pintura.
Una fotografía vieja.
Mi corazón dolió tanto al solo verla, odiaba que me hiciera sentir así para luego robarme un suspiro o hacerme una broma tonta.
Hank ladró a alguien que tenía un helado y Jisoo se giró, cruzó miradas conmigo, me dio una media sonrisa y se giró de muevo para ponerse sus audífonos de vuelta.
La ignoré y fui a comprar chocolate y una galleta para mi mejor amigo.
Caminamos un rato más antes de ir de regreso a mi casa, y entonces Jisoo se puso a mi lado. Moviendo sus pies al mismo compás que los míos, lentos y tranquilos. Ella tenía sus manos en los bolsillos y no me miraba.
Apenas una silenciosa existencia.
-No deberías caminar a casa sola.-dijo por lo bajo.
-Hank me cuida.-solté y el pequeño ladro.
Escuché su leve risa.
-No lo dudo.
Y seguimos caminando. Apenas eran dos calles y media, pero algo en mi quería caminar más lento.
-¿Como se siente quedar en la universidad que querías?-preguntó de repente.
La miré, algo sorprendida de su pregunta.
-Bien.-ella suspiró- Supongo que bien. Iré a la universidad de Seúl aquí mismo, estaré cerca de todos.
Una pequeña sonrisa pareció en su rostro.
-Y tu...-empecé.
-Yo no.-y algo en mi corazón de rompió, ella dejo caer sus hombros- Conseguí el trabajo de medio tiempo para ahorrar para la universidad, pero supongo que no se puede.
¿Por qué se sentía algo tan mal en mi pecho? Verla tan encogida con una sonrisa en el rostro.
-¿A cual aplicaste?-pregunté.
-A la misma que tu.-auch, debía callarme- Iré a esa universidad, si sientes lastima de mi, te golpearé.
Y me reí.
-Yo te puedo ayudar.-por primera vez en el camino ella me miró- En serio.
-Quizá esa una estudiante difícil, enseñarme siempre ha sido algo complicado.
Ladee la cabeza ¿Debería seguir preguntando?
-Soy disléxica.-soltó, haciendo una mueca- Problemas de atención y bla, bla, bla...
-¿A que carrera aplicaste?-pregunté intentando desviar el tema de su revelación.
-Letras.-suelta, con una sonrisa pícara que me hace reír- Literatura.
Ella no puede evitar reír de ironía.
-Supongo que no me aceptaron por obvias razones.-intenta ocultar su desánimo.
-Cállate-y ella se congeló-, yo te ayudaré cuando sea necesario ¿me escuchaste?
Jisoo sonrió rodando los ojos antes de seguir caminando hasta su casa.
-Chaeyoung.-dijo- Te ves hermosa enojada.
De nuevo con su tonto coqueteo, fruncí el ceño y entre en mi casa hecha una furia escuchando sus fuertes risas alejándose, al parecer la seguiré viendo.
Fue suficiente para dormir tranquila una noche más...
...
Muchas veces pensaba en el destino, y en como encontraba las maneras para unirme con la chica castaña que vive al final de mi calle.
Me caí como una tonta cuando baje del transporte escolar y raspé mis rodillas con la acera. Hacía todo lo posible para no llorar o hacer pucheros mientras Jisoo abría la tienda e iba a cambiarse a su uniforme mientras yo esperaba afuera con los brazos cruzados y un hilo de sangre bajando por mis pantorrillas.
-Entra.-dijo, llevándome de la mano a un banco que tenían para tomarle la presión a los ancianos- Quédate quieta.
Jisoo buscó una gasa y alcohol, y ayudarme a limpiar mi herida mientras hacía un esfuerzo para no llorar frente a ella.
-Si quieres llorar, hazlo.-dijo- No te miraré.
No me miras de todas formas, pensé.
-No seas tonta, no voy a llorar frente a ti-y Jisoo negó riendo.
Tomó una venda y empezó a envolver mi rodilla, no quería pensar en sus manos tomando mi pantorrilla, ni subiendo ligeramente mi falda para limpiar la tierra. No, mi mente no estaba ahí.
No estaba en Kim Jisoo de rodillas ante mi con su mirada concentrada en mi herida. Casi olvidé el dolor viéndola a ella.
¿Le pasaba lo mismo? ¿O por qué otra razón deslizaría sus dedos por mis piernas casi sin vergüenza? Y lo más importante ¿Por qué yo la estaba dejando?
Rápidamente se puso de pie y fue hasta el mostrador, yo seguía algo perdida y mi corazón latía muy fuerte.
La vi guardar unas cosas en una bolsa para acercarse a mi y tendermela.
-Limpialo con esto dos veces al día-me dijo algo seria-. Puedes llamarme si necesitas algo.
Asentí, levantándome de la silla.
-¿Puedes caminar?-asentí- Aun lastimada eres una cabeza dura, Chaeng.-dijo volviendo detrás del mostrador.
-Yo...-suspiré- supongo que gracias.
Jisoo solo asintió, y regresó su vista a la computadora.
Sin más, regresé a pasos lentos a mi casa. Y cuando llegué a mi habitación, acostada viendo el techo, cerré los ojos y pensé una vez más como se sentía el contando de las manos de Jisoo contra mi piel, y me permití creer que éramos un poco más que unas tontas rivales.
...
¿Quien les dice?
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Notes | Chaesoo
FanfictionJisoo deja pequeñas notas en las compras de Chaeyoung, pero ella nunca las lee... #2 Jisoo 10/04/24