Capítulo 4: El gran día

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Este capítulo quedó bien perro extenso, no escribía uno tan largo desde hace mucho(? Supongo que compensa que llevo dos semanas sin actualizar, porque dura lo mismo que dos capítulos puestos juntos 🥲
Pero bueno, les pido que lean lo que les he escrito al final del capítulo (después del banner) porque es importante para conservación de este fic.
No les robó más tiempo de su lectura, ¡disfrútenlo! (Y no duden en dejar sus comentarios(?)
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Angel y Husk caminaban por la ciudad tomados de la mano mientras conversaban casualmente sobre algunas cosas.

Aquella zona se encontraba muy tranquila esa tarde, aunque había varios pecadores transitando las calles. Algunos de ellos se sorprendían al ver a Angel Dust de la mano de su acompañante y otros tantos susurraban o se reían por lo bajo.

A pesar de que la araña nunca había sido de ponerse especialmente sensible por los comentarios ofensivos que otros demonios le hacían intentando herirlo, por algún motivo se estaba sintiendo muy incómodo al notar a los demás a su alrededor cuchicheando de forma burlona, y es que para él estaba claro que, por su estatus de exestrella porno, la gente no podía verlo de otra manera más que como una sucia puta cuyo cuerpo estaba usado por quién sabe cuántos demonios, y por ello les resultaba irrisorio ahora verlo andar por la calle, tomado de la mano de un hombre, haciendo como si ese pasado jamás existió.

Luego pensó que quizá no se estaban burlando de él, ¿y si en realidad se estaban burlando de Husk?

«¿Cómo lo puede llevar de la mano tan tranquilo? ¿Sabrá cuántos hombres se lo han cogido ya? ¿De verdad le enorgullece estar con la ramera más guarra de todo el infierno? ¡Qué puta asquerosidad!» Por su cabeza pasaron las posibles palabras de aquellos demonios y de pronto se sintió bastante triste.

Miró a Husk de reojo y se preguntó qué estaría pensando, si acaso ya se había dado cuenta de las miradas para nada discretas que estaban atrayendo y qué era lo que eso le hacía sentir, pero no quería preguntarle, simplemente agachó un poco la cabeza y de forma algo inconsciente, su mano se soltó de la del contrario; sin embargo, al sentir que el agarre de Angel se debilitó, Husk le dio un pequeño apretón y sostuvo su mano con firmeza. El demonio de blanco pelaje lo miró con un gesto de sorpresa y Husk también lo observó como diciéndole que no bajara la mirada.

—No les prestes atención —Murmuró, intentando transmitirle seguridad.

—Husk... —Angel quiso decir algo, pero el contrario tomó la palabra nuevamente.

—Lo que digan o piensen no importa, yo estoy orgulloso de estar contigo y tú no tienes nada de qué avergonzarte.

Angel se sonrojó un poco, no entendía como Husk era capaz de traerle tanta calma incluso cuando sus fantasmas querían atormentarlo. Recuperó su sonrisa y volvió a sostener fuerte y seguro la mano del demonio felino, caminando con ese porte y confianza con el que solía andar de aquí para allá, cosa que hizo que Husk sonriera con orgullo, para después retomar la conversación sobre a dónde irían y qué era lo que harían.

Mientras hablaban, ambos sentían como si nada a su alrededor fuera importante, como si el caótico infierno se transformara en un lugar diferente, ¿tal vez así fue como debió sentirse estar vivos? ¿O era así como se sentía estar en el Cielo? Si no era algo parecido a esa sensación de paz y felicidad que tenían en ese instante en que estaban juntos, entonces no merecía llamarse "Paraíso".

«Creo que de cierta forma Charlie tenía razón con lo del hotel... O sea, no literalmente, pero creo que gracias al hotel encontré mi propio camino al Cielo y finalmente estoy ahí» Pensó Angel mientras escuchaba a Husk hablándole sobre los espectáculos de magia que le gustaba hacer en vida.

Mi Ángel. [HuskerDust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora