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- Con su permiso me retiro quiero conocer a las personas - dando una reverencia comenzando a caminar entre la multitud, lo que necesitaba ahora era saber en que dirección se encontraban los consejeros.

- Sigue la - susurro mirando a su guardia personal, quien asintió mezclándose entre la gente.

...

Miraba a todos los alrededores, buscando con su mirada a la persona que necesitaba en estos momentos, podía ser tímida pero cuando se lo proponía dejaba de ser lo.

Nuevas personas entraban a la sala imperial donde se llevaba a cabo la celebración, si los consejeros no estaban adentro entonces se encontrarían afuera cambiando su rumbo a la salida del lugar.

Mientras a lo lejos un hombre de cabellera amarilla le seguía con cautela.

Apuraba sus pasos no podía negar que tenia miedo de ser descubierta, cuando su cuerpo choco con otra persona.

- Fíjate por donde caminas- Gruño acomodando su vestido levantando la mirada encontrándose con unos ojos perlas que odiaba.

- Lo siento- susurro marchándose no quería tener un enfrentamiento con esa chica.

Saliendo de los pasillos por fin había encontrado la salida bajando las escaleras. La noche era joven como le decía su padre así que tenia tiempo suficiente para lograr su cometido.

Sentía que alguien la observaba a caso la estaban  siguiendo, mirando a todos lados estaba segura que alguien la miraba.

Cuando sus pies se enredaron, perdiendo el equilibrio no savia lo que pasaba pero desde que llego aquí su cuerpo se volvía torpe y débil, sabia muy bien que ese golpe dolería, tapando con sus manos su rostro cerrando los ojos no quería ver su ridícula caída.

Pasaron unos segundos y el golpe no llego abriendo sus ojos encontrándose en el suelo  que rayos era lo que paso colocándose de pie revisando su cuerpo pero este no tenia ningún rasguño.

- Princesa Consorte...¿Que hace por aqui?-Pregunto la mujer por nombre tsunade.

- Solo observó las estrellas- mintió.

- Hay un lugar donde las estrellas se observan mejor acompáñame mis compañeros se encuentran en ese lugar.

- Si- caminando al lado de la mujer sin antes dar una ultima mirada a todas direcciones estaba segura que alguien la seguía.

...

- Así que ¿se cayo?- Pregunto acaso eso era tan interesante el necesitaba saber que planeaba la azabache el no era ningún idiota para no darse cuenta que esa chica planea algo.

- Pero señor ella no se lastimo, no tuvo ningun rasguño y lo raro fue ver como de sus manos desprendían un aura morada- Manteniendo su reverencia lo que el había visto era muy importante.

- ¿Que dices?-

- La seguí como usted ordenó pero se dio cuenta de que alguien la seguía así que tuve que esconderme, pero pude ver como su cuerpo se tambaleaba y sus piernas se enredaron era como si...

- Su cuerpo se debilitara-

- Exacto... Pero lo que me asombro fue ver como de sus manos se desprendía un aura morada protegiendo la- levantando su mirada para ver la expresión del rey.

- La perla comienza a fusionarse con su cuerpo, debemos actuar rápido ante que sea muy tarde- Acomodando el velo que llevaba en su rostro.

- Si la perla se funciona con el cuerpo de ella que ocurrirá

- La perla desaparecerá para siempre- Caminando a la puerta de la habitación, debía volver a la celebración nuevamente, girando su rostro para ver al guardia Naruto- Ella morirá, si una persona como nosotros mitad  bestias no puede controlar su poder una simple humana que no pertenece a nuestro mundo no podrá controlar el poder que se halla en la perla.

Saliendo de la habitacion, ante la mirada asombrada del rubio, si el propio rey Sasuke no podía controlar tal poder, la Princesa Consorte menos, por eso su cuerpo decayó rápidamente la perla era para dar energía, fuerza y poder pero a Hinata lo que hacia era drenarla.

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