Altamar

273 36 0
                                    

- ¿Qué haces aquí? ¡¿Dónde está Yuuji?!

- Yuuji ya está en casa. Tú y yo tenemos que hablar.

- No tengo nada que hablar contigo - dijo Toji furioso - ¡Largo de mi departamento!

- Lo siento mucho pero vas a tener que oírme, quieras o no - dijo Jin con firmeza.

Toji tenía unas ganas tremendas de partirle la cara. Estaba harto de él.

Por muchos años, su recuerdo lo fastidió como un fantasma del pasado, impidiéndole volver a amar por temor al rechazo. Y ahora que ya lo había superado y por fin volvía a ser libre, se presentaba nuevamente como una maldita piedra en el camino, intentando arrebatarle a la persona que amaba.

Porque Toji amaba a Yuuji, y de eso no tenía duda.

El dulce pelirrosa llenó su vida de alegría, aquella que creyó haber perdido hace tiempo. Hizo que su duro corazón volviera a palpitar, emocionado por su presencia. Su tierna sonrisa curaba su alma, así como su amor sanó cada cicatriz del pasado. El calor de su cuerpo llenó de calidez su fría y vacía cama, la cual ahora desbordaba en pasión, gemidos de placer y jadeos de satisfacción.

Ese departamento, ese pequeño espacio, se convirtió en su arrecife de corales, donde su adorable pececito rosa y él habían construido su "hogar".

Y ahora, Jin pretendía destruirlo.

- Quiero que me digas qué pretendías al usar a mi hijo de ese modo.

- Yo no estoy usando a Yuuji...

- ¿Ah, no? - Jin se acercó amenazante hacia Toji - ¿Me vas a decir que no sabías que se trataba de mi hijo? ¿Negarás que lo hiciste con la intención de vengarte de mí? ¿Eh, Toji?

El pelinegro no se dejó intimidar, y adoptando la misma postura de Jin, comenzó a hablar.

- ¿Quieres que hablemos con la verdad? Perfecto, hagámoslo. Desde un principio supe que Yuuji era tu hijo. Y sí, por un segundo me pasó la idea de vengarme por la forma en como me humillaste hace 25 años. Pero de inmediato la descarté, porque Yuuji no tenía por qué pagar los platos rotos de nuestra fallida relación. Él no tiene la culpa de que tú hayas sido un cobarde.

- Cierra la boca...

- ¿No eras tú el que quería hablar? ¿O acaso te molesta que te digan tus verdades en la cara?  Yuuji me contó como se enteró que tenías una amante - se detuvo un momento al caer en cuenta de algo - ¡Ja! ¿Se trata de un hombre, cierto?... Tu silencio lo dice todo. Incluso siendo un adulto seguiste escondiéndote. Después de tanto tiempo y aún no eres capaz de aceptar quién eres...

- ¿Y acaso tú lo hiciste? - dijo Jin, irritado - Tú también tienes un hijo, ¿no? Acaso él sabe que tú eres... Ya sabes...

- ¿Qué soy gay? ¿Que me gustan los hombres? No te hagas la mojigata, dilo tal y como es - al ver que Jin no diría nada, continuó - Te responderé: Mi hijo sí conoce cuál es mi orientación. No soy alguien que lo esté gritando a los cuatro vientos, pero tampoco intento ocultarlo. Es lo que soy ¿Y tú, Jin? ¿Quién eres?

- ¡Basta! ¡Ya tuve suficiente! - gritó el Jin, exasperado - No volverás a ver a mi hijo...

- Haz lo que quieras, pero pronto cumplirá 18 años y será libre de hacer lo que le venga en gana...

- ¿Y acaso piensas que irá corriendo tus brazos después de saber de la relación que tuvimos en el pasado? ¿O que en un principio intentaste conquistarlo solo para vengarte de mí?

- Ya te dije que-...

- ¡No me importa! Se acabó... ¡Yuuji, nos vamos!

"¿Yuuji?"

La red de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora