Atrapado

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- Ponte en cuatro. Voy a prepararte.

La voz gruesa del mayor lo hizo obedecer automáticamente. A estas alturas, Yuuji ya no tenía nada que perder, salvo su virginidad, la cual estaba a punto de entregar a ese magnífico espécimen.

Se colocó en posición, girando levemente la cabeza para ver al pelinegro, el cual se encontraba humedeciendo sus dedos con un líquido brillante.

"Lubricante", pensó el pelirrosa. "Tal como salen en esos videos".

Los videos a los que se refería, eran p0rno. Los cuales encontró por accidente cuando intentaba ver una película en una plataforma pirata. Al principio solo eran relaciones hetero, pero una vez que comenzó a curiosear un poco, se topó con la sección g4y, despertando su duda sobre su orientación.

Más adelante, comenzaría a buscar cintas eróticas con trama BL y Yaoi, con las cual quedaría fascinado, pues este tipo de películas tenían más consistencia y romance que los film "triple x" que veía en un principio.

Una vez que Toji terminó de humecer sus dedos, se acercó a la cama y con su mano libre acercó al menor hacia él. Yuuji retrocedió un poco para darle facilidad al mayor de realizar su labor, nervioso y ansioso por sentirlo dentro.

Y entonces, un dedo...

- ¡Ahhh! - un grito ahogado escapó de la boca del menor, que a pesar de la lubricación pudo sentir la incomodidad del dedo intruso.

- ¿Te duele? - preguntó Toji un tanto preocupado - Si quieres podemos dejarlo así...

- ¡No! - exclamó Yuuji - Me, me gusta... Se sintió raro, pero... - no sabía cómo encontrar la palabra exacta para esa sensación.

- ¿Placentero? - preguntó el mayor esbozando una sonrisa mientras movía el índice dentro del cvlo del pelirrosa.

- S-sí... Placentero... Ahhh, eso es... ¡Ahhh!

Segundo dedo.

Toji metía y sacaba sus dedos haciendo círculos dentro de la entrada, con la intención de expandir el interior y así no tuviera problemas al momento de ingresar su v3rg4, aunque bien sabía que el índice y el medio no serían suficientes.

- Ahh~ ... ¡Ahhhh!...  ¡Ngh!... ¡Ahhh~!

Tercer dedo.

El cvlo de Yuuji apretaba a morir, tragando cada uno de sus dedos. Esto iba a dolerle a ambos, pero sin duda iban a gozarlo.

Los movimientos de la mano del mayor aumentaron su velocidad, haciendo gemir sin control al menor con el rostro pegado a la cama, apretando las sábanas y salivando excit4d0.

De pronto sintió un vacío en su interior, pues el pelinegro había retirado sus dedos sin previo aviso. Confundido, Yuuji se giró para mirarlo, encontrándose con la imagen más jodid4m3nte erótica de su vida:

Tras él, estaba Toji totalmente desnvdo mostrando su enorme v3rga erecta, rígida, rojiza palpitante y goteando de líquido sem1n4l.

Yuuji tragó saliva ¿Cómo car4j0s iba a entrar esa bestia dentro de su pequeño agujero?

Miró al mayor con una tierna expresión de preocupación, robándole una sonrisa.

- Tranquilo, Yuuji - le dijo mientras se acercaba y le abría las piernas - Dolerá un poco, pero te prometo que luego te sentirás muy, pero muy bien. Seré gentil hasta que te acostumbres. Luego, bueno, veremos qué pasa. Dime ¿Puedo comenzar?

La gentileza y sensualidad con la que hablaba el mayor lo hizo convencerse de inmediato, así que no pudo más que asentir ante la pregunta. La erecc10n del menor también estaba por estallar, pero no quería corr3rse sin antes haber sentido el miembro del pelinegro.

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