Capítulo 4: un paseo por el campo

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A pesar de no poder dormir, Kiriel Foster estaba exhausto. Los hechos de esa noche y un recuerdo recurrente lo pusieron ansioso. Miraba la foto de perfil de Alexia ¿Qué le diría? ¿Por qué no podía hablarle como antes? Él respiró profundamente y contuvo el aire, entonces entró al chat y escribió <<Hola>>, <<soy Kiriel>>. La respuesta tardó en llegar y él se durmió con el teléfono en el pecho.

A la mañana siguiente, Ian fue a buscar a su amiga como prometió, la diferencia fue que Regina también se unió al viaje. Alexia y él iban cantando canciones y hablando de trivialidades mientras que Regina durmió las 4 horas del viaje. A la par que hablaba con Ian, Alexia le respondía los mensajes a Kiriel <<debo decirte algo importante>>,<< pero deberíamos vernos>>. Antes de llegar a la estancia donde vivía la madre de Ian, Alexia y Kiriel ya habían acordado dónde y cuándo reunirse.

La casa en donde Ian Robles pasó su infancia tenía un aspecto colonial con un colorido jardín al frente. Los jóvenes pudieron apreciar la fragancia floral al bajarse del auto. La madre de Ian salió pronto a recibirlos. A pesar del enorme lugar ella parecía ser la única que estaba allí. Tenía el aspecto de una jovencita de baja estatura y sonrisa amable. llevaba una camisa floreada y jeans descoloridos, además, compartía con su hijo el color de su cabello y de sus ojos. Sin embargo, su mirada tenía un brillo distinto. Ella tenía la mirada perdida como si pudiera ver más allá de la realidad misma.

Tras ver a la mujer, Regina y Alexia intercambiaron miradas inmediatamente. Ellas tardaron en responder el saludo y se las notaba en un estado de alerta. La mujer les sonreía mientras les invitaba a pasar.

–He preparado el desayuno, los estaba esperando –dijo la madre de Ian con una voz tranquila.

–Gracias por recibirnos señora Robles –dijo Alexia sonriendo.

–Ah, si gracias doña –dijo Regina.

–No tienen que ser tan formales, pueden llamarme por mi nombre, soy Lina.

–Claro –respondió Alexia.

–Mamá estamos aquí por información,  no pretendemos quedarnos mucho tiempo.

–No me digas que hicieron un viaje tan largo solo para escuchar viejas historias –el rostro de la mujer se volvió serio y su mirada se oscureció –por favor, siéntense –ella extendió su mano para indicarles que sentaran alrededor de la mesa que había preparado.

Ian suspiró y pasó primero. Alexia y Regina se sentaron junto a él mientras que la mujer se sentó frente a ellos.

–Espero que entiendan que no me gusta hablar de estos temas –comenzó a decir ella –pero si les puedo ser de ayuda no hay más remedio ¿Qué quieren saber?

Alexia miró a Ian esperando su aprobación para hablar.

–Alexia tuvo un encuentro con la entidad de la que habló papá –dijo Ian.

–Supongo que alguien te salvó en el momento justo –le dijo Lina a Alexia.

–Así es –respondió ella –pero cómo…

–Estás aquí, alguien con tu nivel no podría escapar de Yura –dijo Lina.

–¿Con mi nivel?¿De qué está hablando?

–¿Acaso tus padres no te hablaron de eso?

–Es obvio que no –dijo Alexia frunciendo el ceño y bajando la mirada.

–¿Ian por qué no le dijiste? –preguntó Lina.

–Ella nunca me preguntó –se excusó él.

–Bien, esto será aburrido –dijo Lina mientras agarraba la cafetera –los humanos suelen llamar entidad a cualquier cosa que salga de la grieta, pero nosotros nos llamamos iluris, seres con un poder capaz de moldear al mundo. Además, la naturaleza tiene reglas para regular nuestra existencia –ella bebió un sorbo de café.

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