Pov Madre de Alexia:
Después de graduarme decidí convertirme en una cazadora independiente. Quería huir del control de mi familia, el clan Lambert, porque sabía que si me quedaba con ellos nunca usaría todo mi potencial. Era joven e ignorante, creía que podía con todo, que mi entrenamiento y mis conocimientos eran más que suficientes para lidiar con el mundo en el que vivía.
Me mudé cerca de la grieta y comencé mi carrera como cazadora mintiendo sobre mi apellido para evitar un trato especial. En aquellos días la zona de exclusión era pequeña y no estaba tan destruída. A veces me quedaba a dormir en los departamentos abandonados para realizar guardias dobles. Ponía trampas de sonido para evitar sorpresas, pero nunca se activaron. Sentí que era más fácil de lo que imaginaba, hasta que supe la razón.
Había un ser que espantaba a las demás entidades, también venía del otro lado, pero era diferente. Él me estuvo observando durante algún tiempo hasta que decidió mostrarse y hablar conmigo. Un día volví de cazar apenas una entidad, recuerdo que aquella vez tuve que quedarme toda la semana porque empezaron a pagarme por entidad que cazaba en vez de por cada guardia. Como decía, regresé al departamento abandonado donde me estaba quedando. No sentí nada extraño, incluso las trampas que había puesto estaban intactas. Entonces al llegar al dormitorio él estaba allí. Sentado en el medio de la cama de dos plazas como si estuviera meditando.
Supe de inmediato que no era humano, tenía los ojos cerrados y una expresión serena, siquiera se notaba si respiraba o no. La razón por la que dudé en atacarlo era que se veía como un ángel, su rostro era andrógino, su cabello era muy largo y de un tono naranja vibrante. Él llevaba una armadura traslúcida de color azul con una capa blanca. Cuando reaccioné le apunté a la cabeza. Él abrió los ojos y al ver mi arma esta se transformó en diminutos diamantes negros. Miré incrédula los diamantes que quedaron en mis manos.
Entonces habló, su voz era como la de cualquier hombre, pero su forma de hablar solía ser monótona y premeditada.
-Te elegí como representante de tu especie, no intentes atacarme -dijo él.
Yo le respondí que no lo haría y le pregunté qué buscaba.
-Vine a dialogar -me respondió. Dijo que estuvo observándonos y quería asegurarse de que no fuéramos a atacar a "los suyos".
Él me contó que era el líder de un pequeño grupo de personas, algo así como una aldea y que hacía poco descubrió que vivían cerca de la grieta. Eso me hizo sospechar, pero luego dijo que se asentaron en ese lugar porque huían del conflicto. Al parecer, el otro lado no es tan pacífico.
Quise llevarlo para que se reuniera con gente importante, pero él se negó a ir más allá. Así que estuvo merodeando el lugar por un buen tiempo. Al principio, su presencia me molestaba porque ahuyentaba a todas las entidades, pero luego dijo que podía ocultar su presencia por tiempo limitado. De esa manera tenía una especie de interruptor para que las entidades vuelvan o desaparezcan cuando quisiera.
Cuando apenas lo conocía pensaba que era una entidad con centenares de años, entonces le pregunté su edad y descubrí que teníamos la misma. Fue en ese momento cuando comencé a verlo como una persona. Solía hacerle muchas preguntas, quería saber todo sobre él y sus circunstancias porque él comenzó a gustarme.
Un día reconocí mis sentimientos y me sinceré con él, no esperaba una respuesta pues en el fondo sabía que él no era de aquí. Él no me respondió enseguida, desapareció un día entero y al regresar me dijo que deseaba seguir a mi lado y que también le gustaba. Vivimos juntos en la ciudad abandonada por un buen tiempo. Cada quince días nos separábamos y yo iba en busca de provisiones, mientras él regresaba a cuidar su territorio.
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Llama de Vida
FantasiLos secretos de una joven cazadora de entidades comienzan a filtrarse luego de hallar a una entidad que se ve idéntica a ella. Este hecho coincide con el regreso de su primer amor quien podría odiarla si supiera todo lo que ella oculta. Para Alexia...