llevando el espacio en tiempos de ambruna

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Capítulo 75: Prosperidad, amor, amor y odio

... La voz aguda de Xu Miaomiao penetró con mucha fuerza.

La turbulenta escena quedó en silencio por un momento, y los refugiados con diferentes expresiones levantaron la cabeza uno tras otro y miraron a la mujer parada en la puerta del pasaje secreto, sosteniendo una bata en alto en la mano.

La túnica era pesada y parecía exudar el aroma de la carne, lo que hacía que la gente no pudiera evitar tragar saliva.

"¡Dámelo!", gritó alguien. "¡Date prisa y dámelo!"

La bolsa parecía contener su esperanza de supervivencia.

Rugieron como bestias.

"Lo quieres, ¿verdad?"

Xu Miaomiao levantó la bata y miró a todos.

Calculó el tiempo y lo retrasó, mirando a todos avergonzada.

Sacó carne seca del saco y mostró panqueques y otros alimentos frente a todos.

Esas cosas hicieron salivar a los refugiados, que hacía mucho tiempo que no tenían una comida completa y habían olvidado el sabor de la carne.

"Pero hay tantos de ustedes, ¿a quién debería dárselo?"

"¡Dámelo! ¡Dámelo!"

Tan pronto como Xu Miaomiao terminó de hablar, se escucharon las voces de las personas que luchaban por el primer lugar.

Después de calcular que el tiempo casi había terminado, Xu Miaomiao le dijo a Du Heng a su lado: "Toma a Dabao y vete primero, estaré allí pronto".

Du Dabao también sabía que la situación era urgente en este momento, por lo que sostuvo a Du Heng. cuello y deja que Du Heng lo lleve al pasaje secreto.

"Todos lo quieren", se rió Xu Miaomiao, y sus ojos fríos cruzaron a la multitud y aterrizaron en el rostro de Li De. "¡Entonces, puedes asignarlo tú mismo!",

Arrojó la bata en alto con su revés y la arrojó a la distancia.

Como gatos persiguiendo ratones, todos se dieron la vuelta y corrieron en dirección a la bolsa.

Li De se sintió ansioso cuando vio que nadie perseguía a Xu Miaomiao, se paró entre la multitud y gritó: "¿Qué estás haciendo? Persiguiéndolos. Tienen dinero. Si les robas su dinero, será suficiente para ti". para toda la vida." !"

Pero todos se sintieron atraídos por los pantalones.

¡Aún queda carne ahí!

En cuanto al dinero, en la situación actual, aunque haya dinero, no hay dónde comprar nada, ¿de qué sirve su dinero?

¡Comer es lo más práctico!

Todos los que afirmaron haber entendido las reglas ignoraron la voz de Li De y corrieron hacia la túnica como un enjambre de enjambres.

¡Hay tanta gente que si corren despacio, no podrán atraparlo!

Li De todavía quería detener a todos, pero cuando los esfuerzos de todos se dirigieron en una dirección, la oposición de Li De se convirtió en una mantis.

No sólo no pudo detener a todos, sino que también fue empujado al suelo.

Li De, el guardián, no fue el peor infractor, sino Du Ping, que se paró frente a él y fue tratado como su respaldo.

Cuando Du Ping estaba junto a Li De, todavía se mostraba complaciente, pensando que había hecho una gran contribución esta vez y que el jefe de la aldea definitivamente lo recompensaría bien en el futuro, tal vez dándole un plato de arroz blanco.