Me gusta el aire fresco, es tranquilizador una vez que sientes como tus pulmones se llenan de ese oxigeno puro.
Aunque no me gusta admitirlo, ya que nadie debe saber que un mafioso iltaliano tan importante como yo disfruta solo de respirar en la naturaleza, eso me haría ver débil.
Y yo no puedo ser debil.—amo Flavio, su auto esta listo— dijo mi asistente entregandome las llaves de mi auto.
Es verdad, lo habia olvidado, la razón por la que estoy en este pais ajeno, al cual no estoy acostumbrado pero que aun asi e podido admirar su belleza, la razón, o mejor dicho, el culpable, es un mafioso ruso que a estado molestandome ultimamente, exportando productos ilegales a mi pais, sabiendo bien que es mi territorio.
Un poco molesto subo a mi auto y mi chofer empieza a manejar, mientras que yo estoy en la parte de atras del auto sin dejar de sentirme frustrado por la situación en la que me encuentro.
<<sería agradable dispararle directo a la cabeza a ese idiota>>
Pense, haciendo que una pequeña sonrisa se dibujara en mi rostro.
Obviamente no tenia pensado matarlo directamente, primero trataria de arreglar las cosas de la manera mas correcta, pero si se negaba no tendría otra opción que matarlo.Después de algunas horas por fin llegamos al lugar en el que acordamos reunirnos el y yo.
Bajo del auto tranquilamente, sabiendo que mis guardaspaldas me habían seguido con un auto atras del nuestro todo este tiempo.<<Quiero ver al bastardo directamente>>
Mis pensamientos se apagan cuando veo que un auto llega y deja bajar a un hombre alto y robusto, mis ojos no podían dejar de verlo, su cabello era negro y vestia apropiadamente con un traje y un abrigo que lo hacia ver aun mas grande de lo que ya era.
Pronto ese hombre se acerca a mi junto a sus guardaspaldas, haciendo que yo haga lo mismo, en el fondo tengo un mal presentimiento, uno que fácilmente puedo ignorar pero que no desaparece.
—Mucho gusto de conocerlo señor Flavio— dijo el hombre, acercando su mano para iniciar un apretón de manos.
Me quede paralizado unos segundos, su voz era tan fuerte y profunda que mi cuerpo no supo como reaccionar, asi que simplemente hizo que me diera un escalofrio desde la columna hasta el cuello.
Luego recordé el nombre de este tipo, "Smert" un nombre peculiar pero a la vez apropiado para este hombre.Después de unos segundos de silencio decido aceptar el apretón de manos, haciendo que la sensación de mal presentimiento crezca, haciendo que me ponga un poco nervioso de estar cercas de este hombre, al cuál le estoy tomando de la mano como si nada pasara.
—También me da mucho gusto de poder verlo, señor Smert— digo, soltando su mano poco después
—Entonces...digame, por que decidio este lugar tan particular para hablar de nuestra "situación"— dice Smert mirando a su alrededor con una sonrisa que yo mismo se que es falsa.
En realidad elegí este lugar por lo hermoso que era, elegí este lugar por que era un bosque, un lugar pacífico en el que me siento mas tranquilo al sentir las hojas de los arboles moviendose y la brisa tocando suavemente mi cara y refrescandola.
Simplemente sabia que todo aqui era perfecto y sin ningun tipo de molestia.Cierro los ojos por un momento y camino un poco por el césped verde
—Es agradable— digo con una sonrisa en mi rostro
Smert se queda callado unos momentos, por lo que decido acercarme a el para continuar con la conversación por la que en un inicio vinimos aquí
—No quiero ser grosero, pero sinceramente tus productos son un dolor de cabeza, tienes toda rusia ¿por qué también quieres dominar a mi país?—
Smert se queda mirandome unos segundos, como si el tiempo fuera mas lento por la pregunta que le hice, pero de repente muestra una sonrisa genuina y me dice
—Mi país no me es suficiente, también quiero a italia—
Sus ojos azules me miran fijamente, como si pudiera ver a través de mi, mientras tiene esa espeluznante sonrisa en la cara, que inútilmente trata de tapar con una de sus manos.
Está loco, un hombre completamente ambicioso y loco, no puedo evitar verlo con despreció, haciendo que mi mirada deje de ser tranquila y ahora tenga un brillo de ira.—Te lo advierto chico, si vuelves a enviar un solo producto a mi país, te mataré— lo amenazo con mis palabras y con mi mirada.
Pero al parecer eso no parece importarle, ya que se me acerca y tira mi cabello hacia atrás haciendo que mis guardaspaldas saquen sus armas, preparandose para cualquier movimiento indebido que haga este hombre hacia mi.
—Tienes un lindo cabello rubio, me pregunto como se vera cubierto de tu propia sangre— dice, mirandome fijamente.
De repente escucho algo, un sonido fuerte que aturde mis oidos de una manera familiar, es el sonido de una bala. Rapidamente me alejo y saco mi pistola, la cual guarde en mi bolsillo como precaución por si pasaba una situación como esta.
Puedo escuchar el sonido de las balas puedo ver a mis guardaspaldas siendo masacrados por ellas, puedo sentir mi corazón latiendo con fuerza mientras disparó cada bala de mi pistola hacía los hombres de el tal "smert".Ahora entiendo solo puedo pensar en el significado de su nombre. "Muerte".
Después de los sonidos de balas llega el silencio, un silencio tan abrumador y terrorifico que hace mi piel erizarse.
<<Todo terminó, todos están muertos, solo quedo yo, en este bosque>>
Pienso, viendo los cuerpos de todos los guardaspaldas que no solo eran míos, también eran de ese hombre llamado Smert.
Camino hacía mi auto, buscando mi teléfono para asi poder llamar al resto de mis hombres para que vengan a recogerme, pero en cambio encuentro el interior de mi auto destruido por las balas y sin rastro de mi teléfono.
—Carajo, ahora ¿Qué putas voy a hacer?—
Ahora todo seria aun mas difícil y todo por culpa de ese hijo de puta, que no pudo simplemente dejarme en paz a mi y a mi territorio, estoy realmente molesto.
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Solos en el bosque
Romancedos mafiosos quedan atrapados en el bosque, pronto se acercan mas, hasta que uno decide hacer algo drástico para conservar su amor